sábado, 19 de abril de 2014

¿dulces?


La tabaiba dulce, es amarga…

 

… nadie caiga en el engaño de creer, que si la tabaiba amarga es amarga, la dulce es dulce; ¡ni mucho menos!, la tabaiba dulce, aún llamándose dulce, es igualmente amarga. En todo caso, será menos amarga, pero amarga al fin y al cabo. ¡Y mira que llamar dulce a lo que es amargo! Las tabaibas, sean dulces o amargas, amargas o dulces, todas son amargas. Amargas si las pruebas, y si catándolas descubres que unas son menos amargas que las otras, ¡vas a saber lo que son amarguras!, porque el amargor de dichas tabaibas, sean o no amargas, lo son; porque dulces, no hay ninguna. Así que, en su propia definición de dulces, ya va implícito el engaño o la mentira, y ello en cuanto a su sabor, si las pruebas, pero mayor será la amargura, si arrancas -ellos dicen, si cortas- una tabaiba, porque la amargura ya no es cosa del gusto, sino de la bolsa, del sueldo, de la comida, de los ahorros, y hasta de las propiedades. Y esas, si que son amarguras, que te multen y te hagan pagar una amarga sanción, por cortar una tabaiba sea ella dulce o amarga, porque al fin y al cabo, ¿quién las sabe distinguir a simple vista?, ¿acaso se hace azúcar de las dulces?, ¿las usan como golosina la repostería? Así que dulces de nombre, pero no de sabor. Las tabaibas son todas amargas, sean amargas o sean dulces, son tabaibas y la esencia de ambas, es la amargura. Que si fueran dulces, una ramita en el café solucionaba el asunto, pero si cayera alguien en la idiotez de echar unas gotas de leche de tabaibas en su café, para endulzarlo, por más que sea de tabaiba dulce, y creyendo cogió una amarga, endereza en entuerto tomando leche de la que realmente es más amarga todavía (creyendo es dulce), no digo que vaya  a creer en Dios si es ateo, pero sí, que va a saber lo que es bueno, y no digo vaya a ver las estrellas, porque si le salta una brizan de esa leche a los ojos, al quedarse ciego, ni estrellas ni sol, sino oscuridad y los ojos rojos como tomates, por tres días como mínimo. Así que, ándense con cuidado, no se fíen de las dulces, porque les repito, aún las dulces, son amargas.

 

El Padre Báez.

No hay comentarios:

Publicar un comentario