jueves, 20 de septiembre de 2012

Culpable...

Culpable

el cabildo:


El cabildo es el culpable de la desaparición de la agricultura, comprando esas tierras de cultivo y pastoreo para plantar sus pinos. Lo de la granja en Bañaderos es una simple tapadera, para engañar a bobos. La única verdad, es que cuanto antes tenía agricultura y ganadería, ahora en manos del cabildo solo tiene pinos. No obstante, aún siguen algunos apegados y pegados a su cachito de tierra (rodeada de pinos, cada vez produce menos), pero no son sino cuatro gatos, a los que no se les hace caso alguno; como si no existieran.

En el caso de los poquísimos y cada vez menos pastores, los que se mantienen, tienen que alimentar a sus ganados con forraje traído de p´fuera, porque el nuestro, no te lo dejan ni tocar, porque está en lo protegido, que es toda la isla, En cuanto a la agricultura, es un resto y testimonial que no va más allá del consumo familiar, si es que llega (porque no te lo dejan ni vallar, para que se lo coman los conejos).

Así el asunto, al no producir hortalizas, ni leche, como productos principales para la dieta y sobrevivir, todo eso, más las frutas y derivados de lo que no producimos, hay que comprarlo todo; todo viene de p´fuera, y todo cada vez es más y más caro, por lo que cada vez se compra menos, y cada vez más malo, resintiéndose la salud, y la vida.

Tenemos que pagar lo que no producimos, y esto es la ruina; la pobreza va a más y más y acompaña al paro que aumenta, porque la tierra y los animales que dan trabajo y economía, están prohibida, perseguida y multada por cualquier detalle minúsculo y absurdo, con multas desconsideradísimas y elevadísimas.

Cada vez todo es más caro, debido a que nada producimos. Todo sube, y no deja de subir, más y más y de forma continua. Y ante este panorama, el cabildo (y el gobierno [uno de los dos sobra]), no estimula la agricultura, y nos idiotizan con huertos urbanos, que son infección, contaminación y basura, que por otra parte, no es sino algo simbólico y una forma de hacer deporte y entretenimiento, para que algunos entierren allí sus nostalgias del campo, al que no se puede acceder). Usted no puede limpiar un estanque, ni levantar una pared caída de un cercado, por poner un par de ejemplos.

No se fomenta la agricultura real, y esto nos lleva a tener más hambre; ya que a ésta se la combate con agricultura y ganadería, sin más. Lo que comemos es fruto de la industrialización mercantil de los grandes y gordos, que deben dar su parte al cabildo y al gobierno, para que nada produzcamos, y así meternos ellos, sus productos asesinos y envenenados.

Ya, desgraciadamente, no dependemos de nosotros, sino del mercado internacional, que nos facilita sus cosechas, mientras  nosotros andamos de brazos cruzados, mirando al mar, por si los barcos nos traen la comida, porque ya ni la leche de cabra, ni trigo, ni nada.

Pero, la cosa se puede poner fea, si por mor de los años malos, los países productores, no nos puedan mandar por no producir lo que necesitamos y después, ni ellos ni nosotros, ¿de qué vamos a vivir?, ¿nos comeremos unos a otros?, ¿haremos sopas de pinocha, y comeremos retamas y haremos queso con la leche de tabaiba? Porque el cabildo ha mandado a cuadrillas a arrancar hasta las tuneras indias, que son una bendición y una exquisitez, y hasta terapéuticas.

La subida del combustible, va a dificultar, como es lógico todo este proceso, encareciendo más aún si cabe todo, y ello reducirá la producción como efecto inmediato.  Está ya avanzado septiembre, y usted no ve a nadie que siembre. Ya toda la tierra está muerta, apelmazada, desnaturalizada, envenenada, por más que se plante, no nace ni crece nada. Ya no hay estiércol animal (de vacas, cabras y ovejas: “la salud de la tierra”, en decir de un pastor –Santiago de La Atalaya de Santa Brígida-).

Por todo ello, hay que volver al comienzo, y repetir, que este gobierno doble que tenemos, más 21 concejal del ramo y fauna, llevan y practican una política criminal, de muerte, al matar de hambre a los gobernados. Son unos irracionales. No se dan cuenta, que dependemos de la tierra, y del campo, de la agricultura y de los animales, y todos a coro repiten: “¡turismo, turismo, turismo...!”

Un gobierno, que no priorice el sector primario, es un gobierno que no se preocupa de lo fundamental y principal. Todo y más para invertir, debe ser en lo que produce comida y de paso da trabajo, y sin embargo hacen caso omiso. Las notitas ridículas que dan la prensa los del área, no son sino para distraer y echar balones fuera, engañando a la gente; y ello, sin coger el toro por los cuernos. Nada producimos, porque nada se invierte en ello.

Se nos mete el invierno, y no cabe esperar nada en cuanto a producción. Todo seguirá subiendo. Cada vez se podrá adquirir menos. Habrán más pobres. Y viviremos de importar (de ello, el cabildo y el otro gobierno, se quedarán con un buen pellizcón; por eso, no favorecen ni fomentan la agricultura y la ganadería. Para ello, tendrían que comenzar por limpiar el campo de pinos; y sin embargo, lo que hacen es cada vez plantar más pinos, y si se quema uno –que no se quema- le plantan cien alrededor (¡y no es un decir, que lo puedo demostrar al que quiera!).

El Padre Báez.

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