jueves, 13 de septiembre de 2012

Carta a...

Carta a

Don Jaime Llinares Llabré (psicólogo):

En la Víspera de la Virgen de Teror, nos decía que matar a un ser vivo, en el seno materno (o feto), no es delito, ni pecado, ni nada, porque no es persona; ahora, en las Vísperas del Cristo de Telde, vuelve con la matraquilla de lo que es o no un asesinato o crimen (ya sabemos que en “su” doctrina, se puede matar a fetos (personas en proyecto). Ahora son criminales (para Don Jaime): el Banco Mundial, la Organización Mundial del Comercio (tenemos derecho a comer, pero no a nacer [se preocupa Don Jaime de los niños que mueren de hambre, pero no de los que matan sus madres abortándolos]), los depredadores de la economía y de las finanzas, las grandes multinacionales, etc. Demasiados criminales ve Don Jaime (menos a las madres asesinas).

Y por una vez, ha dicho algo muy bueno –desde mi criterio u opinión, Don Jaime, y es que -la pena es que no lo aplique en nuestra isla y anime a los políticos lo lleven a la práctica, y ello, porque el flanco de sus ataques es siempre la Iglesia, de la que parece se ha salido y como objetivo, no tiene otro, sino el resentimiento y un odio oculto, que manifiesta con ironía y burla, como veremos al final de este mi comentario, y a quien quiera confrontarlo, leyendo LA PROVINCIA del día 13 de Septiembre del 2012, en la página 22/3 en su Opinión Arena fina-. Ahí lo bueno, y que nos salvaría de la crisis y hambre (a nosotros aquí) es: “la agricultura, podría alimentar tranquilamente al doble de la población de esta isla (la he resumido y adaptado)”.

Ahora viene el final, el ataque inmisericorde a la Iglesia y a las Religiones. Cita -yendo muy lejos- en la Biblia, cuando tiene en el capítulo 25 de San Mateo -mucho más cerca-, que nos examinarán sobre el hambre que han pasado otros por nuestra culpa; pero siendo libre y “teólogo”, como si se va al Génesis, donde encontrará la agricultura y la ganadería de manos de los hijos no abortados –precisamente- de Adán y Eva (Abel y Caín). Que nuestro hombre, cita al Eclesiástico, para encontrar a asesinos, cuando eso mismo dice San Juan en sus cartas, respecto al que odia a su hermano (o hermanos) y que debiera aplicárselo él a sí mismo, y no remitir la cita y dedicarla a:

-        a todos los políticos,
-        a Mariano Rajoy (¿católico?),
-        a todos los poderosos,
-        a Frau Merkel (luterana),
-        a todos los banqueros,
-        a Chr. Lagarde (católica)
-        a los jerarcas religiosos,
-        a J. Ratzinger (católico cesaropapista), a quien lo hace “especialmente”, olvidando o vengándose del cuarto voto que hizo después del noviciado y probaciones, de obediencia al Papa (ahora ya revocado), y que no desaprovecha ocasión, para fustigarlo, como acabamos de leer.

De pena, Don Jaime, no se cure usted, ese rencor, y esa animadversión, contra la que fue su Madre, la Santa Iglesia y sus miembros, que ciertamente no lo abortó, sino que usted, decidió abandonarla -creo-, porque cuanto dice, en nada se ajusta a su moral, respeto y doctrina. Y que sea usted más que el Santo Padre, el Papa, el Vicario de Cristo, Benedicto XVI, y saque una “J”, que corresponde a su anterior nombre “José”, y solo se quede con su apellido, no deja de ser cachondeo, y burla (“católico cesaropapista”), y pretenda darle lecciones y lea las citas que a usted le plazca.

Como hermano, solo le pido respete la fe de los que seguimos al Pastor universal y garante de nuestra fe; que insultándolo a él, nos insulta a nosotros. Y dele gracias a Dios, que ataca usted a la Iglesia Católica (ésta qué le ha hecho [Jn. 18, 22-23]); no se atreva hacerlo al Islam, porque seguro tendría que ir a su funeral (que es cobardía, hacerlo solo con quien pone la otra cara (Lc. 6, 29) y no devuelve con la misma moneda).

Reciba fraternal y cordial esta carta, que le envío llena de respeto y consideración, y le pido disculpas, si en algo con ésta le he molestado (conste: usted, nos molesta cada vez que escribe, sería bueno se sacara esa espina, y deje ya de fustigar a los que le dieron la cultura que tiene pero que usted ha pervertido).

El Padre Báez.

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