lunes, 18 de julio de 2011

- ¿Yo?


La verdad, que el cuerpo está tan lleno o repleto, que para rellenar algún hueco o vacante con un centenar para todo el territorio espakistaní, es suficiente; y esto, esto es una gran tragedia, porque vocacionalmente, para cubrir ese generoso centenar de nuevos policías, solo caben cien más, y de esos más de 40.000 que se presentan, pues sobran más de 39.900 candidatos, que son los que frustrados, por no poder realizar sus sueños, se quedarán en la depresión, por no poder ser felices, haciendo lo que quieren.

Pero, la cosa, tiene que ver con nosotros, ¡pobres tabaiberos!, que solo de aquí, quieren entrar en la policía unos 4.000 que al tener que competir con los sabios y empollones de espakistania, mucho me temo que no entre ninguno, o a lo sumo uno o dos, con lo cual, si entran dos, se nos quedan fuera 3.998 que no podrán vestir el uniforme de sus sueños, y salir así del paro.

Pero -es mi segundo pero-, me pregunto, y si el campo está vacío, esperando manos que lo trabajen, ¿por qué no cambian de vocación? ¡Chacho, 3.998 nuevos campesinos o agricultores, saldrían del paro de inmediato, sin más pruebas psicotécnicas, ni deportivas, ni intelectuales!, que para coger una azada, y surcar, cavar, desterronar, etc., no hace falta tanto, y sin salir de la tierra –ella-, nuestra madre, enseguida nos va a dar trabajo, comida y dinero, y ello sin uniforme de por medio, sino libre y gozando de la naturaleza.

Pues no sé, por qué ese empeño en hacerse policía, cuando a lo mejor más que vocación, es salir del paro. Que lo realmente estable, es la tierra, que aunque gira alrededor del sol, ella da seguro la comida, y sin tanto riesgo y competencia. ¡Y mira que hay quienes lo llevan intentándolo años!, y a pesar de suspender, y suspender y volver a suspender, estando la tierra esperando manos, los hay obstinados, esperando entrar, y ello con la competencia brutal que hay, pues no se olvide, que para 100 plazas, se presentan más de 40.000 individu@s , que si volvieran sus sueños al campo, y si no le gusta la tierra echen mano de los animales, con sus corrales, rebaños y ganados, seguro ganaban más haciendo queso, y ordeñando.

Esas tetas, son más seguras, y resulta, que nadie enfoca, ni señala al campo como la solución del paro, de la crisis, del hambre, del... ¡suicidio! Que tanta gente pensando en entrar en el cuerpo de la policía, que en lugar de cuidar de la ciudad (eso es lo que significa “policía”, del “polis” griego, que quiere decir “ciudad”, y de ahí el “cuidador de la ciudad”, pues que en lugar de cuidar de la ciudad, que cuiden del campo (tierra y ganado; hortalizas y cabras), y así aunque se tenga más de 30 años, hasta los 90, puede seguir cuidando una bayfa, cogiendo un puño yerba, y también estacando un becerro o becerra, y esperar se hagan grandes (o adultos) y hacerse unos euros.

Para un servidor, tan digno es el trabajo de la cultura del agro o campo (agri-cultura), como la cultura policial, que en definitivas, es prepararse para atacar a un semejante, yo creo se debiera atacar al campo, que da más leche, y dinero. Pero (tercer pero), que la cosa aquí como que es más que en ningún lado o parte, porque resulta, que de cada 10 que quieren ser policías, uno es de aquí, ¡es una pasada o una barbaridad (salvajada)! Que de cada 100 candidatos a policía nacional y entrar en ese cuerpo sean 10 de aquí, es algo que da repeluz y grima (¡muertos de hambre, que gandules, no quieren trabajar, sino mantener edificios!).

¿Tanta gente con vocación a policía?, ¿y al campo ninguno? Pero lo grave, es que hay aspirantes de hasta más de 40 años, ¿se imaginan ustedes a un cuarentón en la academia, para después estar unos años de nada en el cuerpo y luego jubilarse y vivir de la teta del Estado, sin dar golpe y el campo vacío?; porque esta es otra: ¿realmente es vocación o estabilidad y establecerse, se tenga o no cualidades, se sea o no vocacionado a ello? Y hay más: ¿cómo va a competir un simple graduado escolar tabaibero, con abogados, ingenieros, arquitectos, médicos, informáticos, traductores, etc., que por mor de no tener curro, se agarra a una pistola?

Y encima si no tienen carné de conducir..., ¡que coja una carrucha y empiece a sacar estiércol de la cueva, hombre! Pero, encima (¡más todavía!), se tienen que preparar para no entrar -porque de cada 1 que entra, 400 no pueden entrar- durante seis meses preparándose, para nada, cuando para entrar en el campo, solo hace falta que digan “¡sí, quiero!”, y ¡adelante, todo el campo es tuyo, y puedes plantar lo que quieras, y pronto, pronto a coger la fruta, las hortalizas, la cosecha, y si los animales, lo mismo: leche, estiércol, las crías, el queso, el cuero..., ¡p´forrarte tío!

“El campo -la tierra- no se deja morir a nadie de hambre”, le decía el padre de Miguelito Jiménez del Caideros de Gáldar, y pastores ellos) a su hijo (el citado). ¡Y es verdad! Pero (¡y va el cuarto pero!), se pasan la vida previa en el gimnasio sacando bíceps y pecho, en lugar de coger el arado, que te pone más en forma, y si levantas un saco de 50 kilos, ¡te pones como un mulo!, y hay que pasar por el doctor, que dirá después de todo, si se es apto o no, aparte el psicólogo, total, que insisto, entrar en el campo y ganarse la vida honradamente -no digo que los policías no se la ganen honradamente- es uno, o lo mismo, sin tener que responder a cien preguntas, sin tener que ir a  academia , gimnasio, etc., etc.

P´al campo, directamente, sin traba, sin dificultad, sin tanto rollo, sino que se atraca, hasta sin pedir práctico. Eso sí, se ensucia uno un poco, con el polvo de la tierra, con el estiércol, etc. Con decirles, que hasta los candidatos que saben idioma, lo tienen más fácil, y que para el campo, no es necesario traducir, sino aprender a mirar las estrellas y a las nubes, que dan señales del tiempo y este es el que marca la vida y rutina campestre.

Y es que creo, sinceramente, que entre servicio público policial, y servicio público campestre, este segundo es mejor; está mejor pagado, no hay que obedecer, y se es libre y se gana -si se lo curra bien- más, ¡mucho más! Insisto: si tanto candidato a policía, se volvieran todos juntos al campo, no habría que importar nada, y hasta tendríamos para exportar y enriquecernos, con el sudor de la frente (¡claro, esto es lo malo; los hay que prefieren sudar corriendo y en el gimnasio!, pues “p´ gusto, hay colores”.

Hay razones para no ser policía:
“Mi hermano lo es, y yo también quiero ser policía...”
“Yo quiero ganar 1.500,00 €. aunque me conformo con menos...”
“Si entro en la policía, conoceré muchos lugares (turismo barato)...”
¡Falso que la vocación nazca después de los 20 años; o se nace o na nai...
“Porque mi padre quiere que yo sea policía (¡ja,  ja,  ja,  ja...!)...”
“Como estoy en paro y no hay otra cosa...” ¿cómo que no hay otra cosa?, ¡el campo tí@! ;
“Busco un uniforme y lo mismo me da el ejército, que la guardia civil, que bombero, o lo que sea ¡hasta me iría a la cruz encarnada o roja!...”
“Por curiosidad...” ¡vaya razón! (ese ¡¡fuera del cuerpo!!)...
“Si me destinan después p´espakistania, ya me buscaré la vida p´ver a mi novi@, y a mi madre...” (¡) A este, ¡un chupete (otro que sobra)!;
Etc.
          El Padre Báez, que desea al fin, ojalá mi propuesta, para bien de estas pobres islas, tanto candidato a policía se menta a boyero o a agricultor, ¡Todos saldríamos ganando!

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