jueves, 7 de julio de 2011

Af.2: FUNDAMENTANDO EL CRISTIANISMO DE LOS GUANCHES:

 
 
    Siguiendo con lo que traíamos de ayer, digamos que hasta el mismo Cristo, en su infancia, estuvo en África, pues nadie ignora que huyendo de la persecución de Herodes, tuvo que refugiarse en Egipto (que no es precisamente Europa), pero esto dicho sea en plan anecdótico; no obstante, es un hecho (incluso profetizado estaba).
 
    Resumiendo lo que ya dijimos ayer, y ahondando más en ello, añadamos o digamos, que es un hecho real, que: se desconoce -por lo general- el grandioso florecimiento que hubo en África, del cristianismo durante los primeros siglos del mismo; justo cuando eran contemporáneos con los canarii en la zona o continente.  Pues es falso que los colonizadores, los misioneros, los evangelizadores, etc., de siglos posteriores les llevaran a ellos y a nosotros ( a África y a Canarias) el cristianismo o la fe en Cristo. Y así la verdadera Historia sabe cómo en ambos lugares pervivía la fe en Cristo, y ello con una radicalidad y perfección -la dicha y ya comentada de los guanches aquí, antes de la venida o llegada de Castilla y de otros-. Y, la prueba de lo que estamos diciendo es que son más de mil los santos que dio en estos pocos siglos (cuatro) África, y dado que no eran tiempos fáciles de documentar, son más los que no quedaron registrados sus nombres, vida y muerte.
 
    Si bien la Historia suele olvidar y no tratar el tema que un servidor trae entre manos, hay que añadir también que se ocuparon los musulmanes, los seguidores de Alá y Mahoma, de extender una idea que ha cuajado y algunos han acabado por aceptar bobaliconamente, sin darse cuenta de la estrategia: que han hecho creer, que la primacía en África es de ellos, cuando la verdad histórica es la siguiente: Mahoma no había ni nacido, y África ya había dado a la Iglesia católica tres Papas. Y son ellos (los papas): San Víctor I, papa entre los años 189 al 199; Melquiades, entre el 311 al 314, y Gelasio, 492 y 496. Recuérdese, que Mahoma se cree nació el año 570.
 
    Puede que les líe un poco, pero ¡vamos a la Historia-Historia!: Cuando el Concilio de Nicea, convocado por Constantino el Grande en el año 325, para rebatir las teorías heréticas del africano Arrio, los apologistas fueron precisamente, también africanos, entre los que sobresalió, por citar a uno tan solo: San Atanasio.
 
    Lo que antecede, simplemente se puede resumir diciendo, que: los cristianos norteafricanos -entre los que estaban los canarii- tenían una preparación cultural elevadísima (no se olvide lo que dijeron los del “Le Canarien”: “... irán al mundo entero, y no encontrarán a gente de más lindo entendimiento...”. Eran, descendientes de aquella escuela alejandrina de Teología (220 al 250), y de allí salieron las sabios más grandes del cristianismo: Agustín, Atanasio, Cipriano...
 
    El Padre Báez, que sabe de sobra, los guanches eran cristianos, por vivir en ese ambiente antes de venir aquí, y una vez aquí el modo de vida de los canarii llegados se ajusta a la perfección al Evangelio de Cristo.

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