En la isla de las cabras, rompen la
Montaña...
... y ello a pesar de las señales dejadas por los
guanches prohibiendo pasar, subir o tocar Tindaya, dado su carácter sagrado.
Pues Marcial Morales, presidente de allí, les hace caso nulo u omiso. Algo que
de llevarse a cabo, será la muerte y desaparición de la coalición canaria (CC),
porque el pueblo, como aquí con el caso de las cabras que mata el cabildo, no
perdona y pasa cuenta en los votos, única arma del pueblo cada cuatro años, pero
al fin hablarán, y ¡a la calle los dictadores!, como o peor que Franco.
A ti, no
te dejan tocar la tierra, ellos rompen montañas, y donde casi ni las hay
(Fuerteventura). Algún día -y hago de profeta- la justicia los juzgarán y
dormirán a la sombra como la mayoría de los políticos ladrones de españa. De mi
tocayo Fernando Clavijo, no me lo esperaba. Con paro y hambre, con comida de
Cáritas y creciendo la pobreza y la miseria y van a gastar 80,000.000.00 de
euros en abrir las entrañas de una montaña que precisamente por ello, se podrá
venir a abajo, y ya sin recuperación posible de un solo €. Y es que esto
ladrones presuntos, creen que el mundo va a caminar hacia lo que quede de
Tindaya, para entrar en una montaña y practicar espeleología. Y es que están en
este miserable gobierno en aupar el “arte” de un vasco en un lugar -repito-
sagrado: Tindaya. ¿No hay en los Pirineos una montañita que agujerear? Si el
pueblo majorero y tabaibero (antes “canario”), si no lo impide, antes de un año
comienza el desastre y ruina de la mejor montaña de Fuertedesgracia. Tindaya en
manos sucias, por limpiar la justicia, ¡tiempo al tiempo!, y siguen. Algún día
serán investigados, y ¡se les caerá la montaña encima aplastándolos a todos!;
pasa que está ahora mismo muy ocupado con la corrupción del pesoe y del pepé en
españa, pero a estas islas les aguarda el turno, y echan más leña al fuego para
que lo hagan antes. Hay corrupción pura y dura, ¡ya saldrá a la luz!, antes que
se llegue al fin de la obra de agujerear que quedará en ruinas de escombros sin
acabar, ¡ya lo verán (lo veremos)! Si creen que porque estamos en el Atlántico y
lejos del continente van a escapar, se equivocan. Mejor, por tanto ni toquen a
Tindaya, y las penas serán menores. Que -por otra parte-, sin dar un mochazo en
la montaña, llevan ya gastado en ello, una lluvia de millones; que, ¿a dónde han
ido a parar? ¡Al fin, todo se sabrá (y se sabe)! Y maldito el caso que hacen
estos corruptos ladrones, a los podomorfos que cual señal de
prohibición aborigen nos dicen: no entren, no pasen, no sigan... Y pasa, que
“arte” es romper y vaciar una montaña -por el valor y calidad de esa piedra-
cual pretexto, para poner por encima de los grabados de los guanches, y otras
manifestaciones de los mismos en la montaña, a unos cubos gigantescos con
chimeneas buscadoras de aire, cual arte superior al nuestro. ¡Increíble, la
tomadura de pelo al pueblo cateto, que calla y no se manifiesta lo suficiente! Y
nos engañan con turistas que vendrán en lugar de decir que les interesa esa
piedra más cara que el mármol, ¡negocio encubierto, y no cuadrado, sino redondo!
Al fin conseguirán que nadie toque esa montaña en su interior por el miedo de
caída de cascotes o la misma cresta toda enterrando y desapareciendo la
auténtica obra de arte que es la que nos dejaron nuestros antepasados los
guanches, que si mantuviéramos la fiereza de ellos, allí nadie pondría desde la
política sus sucias manos de ladrones. Sí que seguiría los turistas visitando
los podomorfos; pero, buscando
nuestro sol, ¿se van a meter en la sombra de una cueva, sin más, para solo ver
riscos iluminados?; pero, ¿a quién quieren engañar? Políticos que prostituyen
nuestra montaña (Tindaya), y la entregan a extraños, la misma que el pueblo debe
salvar cueste lo que cueste, hasta la muerte con ayunos (huelga de hambre en su
entorno) y otras manifestaciones. ¡Ya va siendo hora este pueblo despierte y
proteja su patrimonio arqueológico, y más allá de Tindaya y la sola cueva
pintada, como si otros no hubieran en total abandono y negocios de planchas de
cortén! Y nada extraña cuanto precede y que resumo de Doramas, si tenemos en
cuenta que igualmente intenta el cabildo de aquí desaparecer la mejor raza de
cabras, las mismas con las que están acabando con tiros andaluces (todo viene de
fuera, sin que los de dentro digan ni media palabra, sino: ¡sí,
sií... guana!).
El Padre Báez, que cree la corrupción española es mínima
comparada con la nuestra, y a ver si los de los tribunales de justicia se ponen
las botas y encarcelan sin dejarlos salir al extranjero, quitándoles el
pasaporte y obligándoles a devolver a los pobres “canaritos” -como decía el
difunto gran Paco Díaz- esos millones robados y entregados a tantos y tantos,
sin redundar nada en este hambriento y en paro pueblo.
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“... y le seguía
una multitud inmensa, con cabras, ovejas y vacas y enorme cantidad de
ganado...”
(Ex. 12, 37-49; 13,
11-16).
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