La cabra de Picasso...
El Padre Báez, atreviéndose con el análisis o comentario
–no muy afortunado- de una obra de arte, por la que pasa un tanto irrespetuoso,
por no hilar más fino sobre este animal, que no obstante su estilo, mantiene las
formas más elementales. Pues ya pudiera reflexionar el cabildo sobre esto:
seguro, que Picasso, no hubiera firmado el mandato de acabar con ellas a tiros,
por más que con ello a gente de su tierra se le pagara un sueldo por tal
menester.
“... un baifo de
tus rebaños...” (salmo 49). / “... las praderas se cubren de
rebaños...” (salmo 64). / “... el numeroso
rebaño...” (de la carta de la Iglesia de
Esmirna sobre el martirio de san Policarpo).
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Ciertamente, me abruma y sorprende, me extraña y..., no
sé, no sé:
Disculpe mi atrevimiento por
estas palabras que le escribo... Pero he visto y leído ciertas cosas de usted y
necesito comunicarle mi agradecimiento...
Por ello, le ruego que acepte mis felicitaciones... Es un regalo todas sus palabras y le agradeceré eternamente su cordura emocional... Si todos descendemos de un mismo Padre, usted es la prueba al regalarnos sus consejos como buen hermano...
Espero que siga siendo así siempre y no cambie nunca, pues todos perderíamos un gran hombre y un excelente consejero...
Por ello, le ruego que acepte mis felicitaciones... Es un regalo todas sus palabras y le agradeceré eternamente su cordura emocional... Si todos descendemos de un mismo Padre, usted es la prueba al regalarnos sus consejos como buen hermano...
Espero que siga siendo así siempre y no cambie nunca, pues todos perderíamos un gran hombre y un excelente consejero...
Espero que no olvide nunca
mis agradecimientos cuando algún día recaiga en dudas, pues son sinceras y
respetuosas, movidas por la necesidad de agradecerle todas sus palabras que
regala a todos....
Sin otro particular, le
saludo con mucho aprecio... Gracias. (Estéfano
Viu).
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