Un poco más sobre generalidades de las
cabras...
... para su mejor y mayor conocimiento. Bueno es se sepa
en algunos lugares las llaman chivas; se tienen conocimiento de
ellas ocho mil a. a. d. C. A pesar de ser mal sonante y un insulto según y qué o
quién, el macho de la cabra es cabrón, si bien hay sinónimos, como
el de macho sin más. Muchas cabras con sus
cabrones y baifos, forman lo que llamamos un ganado. De talla pequeña o media,
según sean de explotación o libres. Lo de ellas es escalar o saltar.
Las
nuestras, por más que libres y por los riscos y montañas, no son salvajes
(salvaje el cabildo que las mata). Son domésticas en su inmensa mayoría. De
ellas -como ya tantas veces he dicho-: leche, queso, carne, cuero, pelo,
estiércol, etc. La baifa deja de serlo para pasar a machorra. El macho de la hembra se
diferencia -si mayores- por el olor agradabilísimo del macho (según gustos y
parecer), como por el ubre su compañera. De cola o rabo no muy grande, suelen
tener barba, y en el mismo cuello las adornan unas graciosas mermellas (o “bermellas”). Fuera de
su medio propio, pudieran ser dañinas, no así entre nosotros, en las islas.
Entre sus variadas razas, la nuestra es la mejor del mundo (y a pesar de ello,
el cabildo las mata), en cuanto todo, y por descontado en leche. Ya comienzan a
ser endémicas y están en peligro de extinción de seguir el cabildo con su
política anticabras o matacabras. Solo ellas viven donde ninguna otra especie ni
vegetal ni animal pueden vivir, en zonas de riscos, altura y lejanía de
población, y se alimentan de esterilidades, como espinos, zarzas, y otras
malezas. Así son de beneficiosas en todo. Hay plantas que ni prueban por más que
antes murieran de hambre (que no es el caso), y así tienen en pinos, sabinas y
cedros sus mayores enemigos, ¡ni los prueban: pues morirían! Marcan sus años en
anillos de sus cuernos, y lo normal es que lleguen a los 10/12 años término
medio. Para su reproducción, hasta los 4/5 años. Y el macho, es buen reproductor
durante ese mismo tiempo. Según los climas y zonas, depende su gestación. Por lo
general el baifo mama durante mes o mes y medio, y pasa a comer hierba. Las
nuestras son grandes, son fuertes, son ligeras, de grandes y largos ubres. Les
encantan la sal, el agua, el descanso, el pasto, la hierba verde, y de ahí un
doble ordeñe (mañana y tarde). La leche de cabra tiene hasta propiedades
medicinales, por ser tan buena, ya sea cruda como guisada, y de ellas el mejor
queso. También son de buena carne. Y toda vez la
cabra tira p ál monte, hay que llevarlas y dejarlas (no como hace el
cabildo que las mata) a lugares montañosos, riscos, sitios estériles,
pedregosos, son sus preferencias, y no donde arboledas a las que sí dañan, si
están a su alcance. Libres de enfermedades las libres, no así las en corrales y
explotaciones...
El Padre Báez, que intenta acercar al lector a un
retrato descriptivo de las cabras, con especial incidencia en las nuestras, por
más que generalidades de todas, en un más o menos. Y si es verdad, que lo
que no se conoce no se ama, vaya cuanto precede, para que conociéndolas
no hagamos lo que hace el cabildo, que las mata, ¿será por cuanto desconocen de
ellas? Otro gallo nos cantaría si
presidente o/y consejero fuera pastor de cabras, que quien sabe cuidar de un
ganado -o rebaño- sabrá bien y mejor llevar una institución de ese calibre: el
cabildo.
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“... tienen
orejas, y no oyen...” (salmo 113 B). / “... caerán
a tu izquierda, a tu derecha...” (salmo
90).
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Correos como éste, como que anima; a un servidor, le
toca: dar las gracias (se refiere a la subida al almogarén de
Amurga):
DIOS le guarde
Padre Báez, y ¡feliz Domingo! Su último programa de tv., ha sido muy educativo.
Gracias y, ¡siga adelante! (jm
cr).
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