... EL CAPITÁN GUAYONJA: YOGA
GUANCHE”... presento en portada e interior con vestido de piel
de cabra a quien posa para ilustrar portada contraportada e interior (el doctor
en arquitectura Don Ismael Quevedo Medina). Rememorando sí y trayendo al
presente lo que fue desde siempre y en otros tiempos, el vestido único posible,
de piel y de cabras. Curioso que entre los guanches el pudor no existía y más
que cubrir la parte delantera cubrían con la piel desde los hombros hacia atrás
cubriéndoles espalda-nalgas y piernas, que en casos y como en la foto, se tirara
del mismo para cubrir partes delicadas del cuerpo frente a arañazos u otros
peligros.
Queda pues recogida la vestimenta de piel de los guanches,
confeccionada sin más con las pieles de sus cabras, las mismas que nos taparon,
cubrieron, vistieron, etc., como ampliación de una variedad de funciones y
finalidades de dicha piel o cuero. Y
porque no vine -como el otro a hablar de mi libro (uno de ellos)-, es por lo que
paso de su contenido, y solo me quedo en el vestuario, incluido el gorro que
debía ser aprovechando el cuero de un baifo pequeño, y de gran utilidad, como es
justo imaginar.
El Padre
Báez, que muestra la vestimenta del guanche, o el uso que de las pieles de sus
cabras, estos hacían. Y al respecto, nada más ridículo y falso que la
presentación de la ropa como la nuestra actual solo que en lugar de tela, es la
unión de varias pieles, hasta conseguir: chaquetas, camisas, pantalones, faldas,
corpiños, blusas, etc., a la europea, pero todo confeccionado con pieles en
anacronismo sin igual, y falsa presentación de la ropa aborigen o de los
guanches, pues en sus “roperos”, simplemente colgaban pieles, con las que se
tapaban o parcialmente se cubrían, sin más.
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“... están al
borde del abismo... bajan a la fosa... muertas... caídas yacen...
” (salmo
87).
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