Las autoridades de
Agaete...
... no estuvieron en el Valle de Agaete la noche del
pasado viernes día 12. Se justificó la ausencia del Concejal de Ganadería por
llevar otras áreas y estar en otro acto previamente programado; pero no así el
primero y el segundo y los demás, que claramente no están con su pueblo, que
masivamente estaba con un servidor en contra del cabildo, menos sus regidores,
por lo del reparto, pues el castigo de Morales, hubiera sido rebajarles sus
limosas, antes las que los mandameses se doblegan o prostituyen.
El pueblo, que
es sabio, en las urnas los van a mandar a paseo y si no, ¡tiempo al tiempo!,
pues éste vuela y en tres años los que están a favor de la matanza de las
cabras, cogerán las de Villa Diego, sea en el cabildo, sea en cualquier
municipio, sea en Agaete, van a correr la misma suerte de las cabras matadas a
tiro de rifles, que las urnas los echarán como agua sucia, porque si no están
con el pueblo, lógicamente el pueblo no estará con ellos. Autoridades de otros
lugares y no del lugar, da de cara. Que una reunión para una charla en el Valle
de Agaete llenara el aforo, con personas de pie y fuera del edificio por no
caber, y que los que llevan el bastón compartido a dos, no estuvieran es seguro
que los echan a bastonazos limpios en tres años, porque si están a favor de las
cabras que les matan, es que están en contra de su propio pueblo. Seguro que Don
Antonio Calcines hubiera asistido o su esposa. Y éstas tenemos. Aviso a
navegantes, y como dice el dicho: al medir contaremos. A favor de la matanza de
las cabras en Agaete, no hay nadie, salvo los jefes; y eso: la masa, la plebe,
el pueblo, los pastores, los amigos de la vida, los amantes de la tradición y de
la Historia, lo castigan duro y claro en las urnas, y además es cosa que no se
olvida. Pues, se pasó lista, y ellos, los del ajunta y miento agaetense o
agaetano (culetos), no estaba ninguno, pues habían dado el aviso, que el
que vaya, será echado (expulsado). Y no fue nadie. Pues, éstas tenemos,
mis amigos a cualquier otra charla o evento, sí y todos; al Padre Báez, no se
atreva ninguno, ni de un lado ni del otro, pues tanto me temen, ¿o las
represalias del Morales, Don Antonio? Dicho queda, para la posteridad, y esto,
el pueblo -de buena memoria- no lo olvida. Son, los únicos que faltaron, y no
estaban en el otro evento con el Concejal. Desprecio total al encuentro-charla,
en la que defendíamos el no matar las cabras. Saúl con 13 años, las pidió:
“¡que me las
den!”
El Padre Báez, extrañado por la falta de asistencia de
los anfitriones, que debían recibir a tantos y despedirlos, por más que no
comulgaran con lo que defendíamos, pues como dice el refrán, lo
cortés no quita lo valiente y ni siquiera lo tuvieron en cuenta, con el
tercero, cuarto, quinto, sexto, séptimo u octavo, ¡nadie dio la cara!, pues se
atengan a las consecuencias: cuando te pones contra el pueblo, el pueblo pasa
factura. Por supuesto, que no tenían obligación alguna de asistir, pero hubiera
sido un detalle, que les hubiera honrado y favorecido, pero el temor a molestar
al presidente del cabildo les pudo más, que estar con su gente y con cuantos de
lejos y de todas partes acudieron a la cita en defensa de las cabras, y como si
esto no les afectara, ni fuera con ellos, cuando era en su municipio donde
comenzó esta batalla, que seguro, ¡vamos a ganar! A otros, les tocará
perder...
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“... sus jefes
cayeron...” (salmo 140). /“... temblad...”
(salmo
4).
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