Tierra, ¿para las
tabaibas?...
“... este desierto para que muramos en
él...”
(del libro de los Números 20, 1-13)./ “... escarnio... irrisión y burla de los
que nos rodean...” (del salmo 43)./ “... ansían matarnos...” (del
salmo 56)./ “... muchos años vivirán así... después
volverán a buscar...” (del profeta Oseas 1, 1-9; 3, 1-5)./
“... y de las
islas ... broten las espigas como hierba en el campo... y llenen la
tierra...” (del salmo 71).Nota: el salmo
71, habla de las Islas Canarias.
... la tierra, es para producir alimentos, y ya de por
sí es ecológico todo lo producido. Las tabaibas degradan a la tierra. La tierra
cultivada, construye comunidades. Cada tierra, tiene su propia cultura. La
producción industrial y global, nos ha traído hambre, paro, miseria,
desaparición de recursos, desigualdades abismales, contaminación, acumulación de
basuras o residuos, la desaparición de la agricultura y ganadería...
Para
regenerar la agricultura, hay que acercarla, ponerla aquí, sin más. Ya es
cuestión de moral o ética, si lo miramos desde la filosofía. Sobre la mirada
teológica, ya les he dado -y doy citas bíblicas y otras-. El gran error, es
olvidar a las generaciones que nos van a seguir; tienen derecho a poder comer de
la tierra, y no se la debemos dejar estéril, envenenada e inutilizada por culpa
de las tabaibas. Pienso, que el cambio de una agricultura por otra, ha sido la
causa de la crisis en la que estamos y de la que tardaremos mucho en salir. Hay
que devolver a la tierra la agricultura, que le es afín y su razón de ser o
estar: darnos de comer. Para que nuestra isla -y las otras- nos puedan alimentar
hay que retirar las tabaibas de su superficie (salvo una reserva en el Jardín
Canario de Tafira, sin más). Tabaibas y agricultura, no son compatible, sino
excluyentes. Si algo ha habido respetuoso con el medio ambiente ha sido -y lo
es- la agricultura (el miedo ambiente, es todo lo contrario, ya lo dice su
propia denominación popular). Tenemos y debemos recuperar la tierra, y librarla
de esa lacra y veneno que son las tabaibas. Hay que recuperar la vida social en
el terreno, en el campo, el campesinado (hay barrios, como La Lechuza (San Mateo
[o Tinamar]), con 9 tiendas y 2 panaderías, en mi infancia, y al presente no
tiene ningunas; todos han huido de allí). Que la tierra, no solo produce, sino
que crea comunidad, sociedad y sus relaciones. Plantas y animales no solo están
amenazados, sino que muchos han desaparecido (en flora y fauna), la sola
agricultura de tabaibas lo ha conseguido, entre otros muchos males. ¿Quién dando
una vuelta a la isla encuentra un agricultor? Desgraciadamente, los políticos lo
han conseguido, porque ven un negocio en la alimentación que entra de fuera, y
no la que saldría de dentro. Hay que abandonar esa producción intensiva de
tabaibas y olvidar la de fuera, de donde nos traen toda la comida, y producirla
aquí. De por sí, la sola agricultura, ya sería riqueza para el mismo suelo, y
por descontado -en salud- para la población. La economía en esto, no debe contar
nada, no es su campo (pues, “con la
comida -como dice un dicho- no se
juega”). Nunca la calidad de lo producido en la tierra propia, es como la de
fuera, ¡imposible! Y, hablando de agricultura, no olvido a los árboles frutales;
tampoco al ganado...
El Padre Báez.
---------------------------------------
86. El conjunto del universo, con sus múltiples
relaciones, muestra mejor la inagotable riqueza de Dios. Santo Tomás de Aquino
remarcaba sabiamente que la multiplicidad y la variedad provienen «de la
intención del primer agente», que quiso que «lo que falta a cada cosa para
representar la bondad divina fuera suplido por las otras»[60], porque su
bondad «no puede ser representada convenientemente por una sola
criatura»[61]. Por eso,
nosotros necesitamos captar la variedad de las cosas en sus múltiples
relaciones[62]. Entonces,
se entiende mejor la importancia y el sentido de cualquier criatura si se la
contempla en el conjunto del proyecto de Dios. Así lo enseña el Catecismo: «La interdependencia de
las criaturas es querida por Dios. El sol y la luna, el cedro y la florecilla,
el águila y el gorrión, las innumerables diversidades y desigualdades significan
que ninguna criatura se basta a sí misma, que no existen sino en dependencia
unas de otras, para complementarse y servirse mutuamente»[63].
87. Cuando tomamos conciencia
del reflejo de Dios que hay en todo lo que existe, el corazón experimenta el
deseo de adorar al Señor por todas sus criaturas y junto con ellas, como se
expresa en el precioso himno de san Francisco de
Asís:
«Alabado
seas Laudato
si, mi Señor,
con todas tus criaturas,
especialmente el hermano sol,
por quien nos das el día y nos iluminas.
Y es bello y radiante con gran esplendor,
de ti, Altísimo, lleva significación.
Alabado seas Laudato si, mi Señor,
por la hermana luna y las estrellas,
en el cielo las formaste claras y preciosas, y bellas.
Alabado seas Laudato si, mi Señor, por el hermano viento
y por el aire, y la nube y el cielo sereno,
y todo tiempo,
por todos ellos a tus criaturas das sustento.
Alabado seas Laudato si, mi Señor, por la hermana agua,
la cual es muy humilde, y preciosa y casta.
Alabado seas Laudato si, mi Señor, por el hermano fuego,
por el cual iluminas la noche,
y es bello, y alegre y vigoroso, y fuerte»[64]. (de Francisco, en su encíclica: Laudato si).
con todas tus criaturas,
especialmente el hermano sol,
por quien nos das el día y nos iluminas.
Y es bello y radiante con gran esplendor,
de ti, Altísimo, lleva significación.
Alabado seas Laudato si, mi Señor,
por la hermana luna y las estrellas,
en el cielo las formaste claras y preciosas, y bellas.
Alabado seas Laudato si, mi Señor, por el hermano viento
y por el aire, y la nube y el cielo sereno,
y todo tiempo,
por todos ellos a tus criaturas das sustento.
Alabado seas Laudato si, mi Señor, por la hermana agua,
la cual es muy humilde, y preciosa y casta.
Alabado seas Laudato si, mi Señor, por el hermano fuego,
por el cual iluminas la noche,
y es bello, y alegre y vigoroso, y fuerte»[64]. (de Francisco, en su encíclica: Laudato si).
No hay comentarios:
Publicar un comentario