Los ingleses y las
tabaibas...
“... siembran campos, plantan huertos, recogen
cosechas... no escatima el ganado...”
(del salmo 106)./ “... pastorea... a las ovejas de tu heredad...
como en tiempos antiguos...” (del profeta Miqueas 7,
7-20).
... pasa, que si en castellano-español y en canario, no
se enteran, si se lo digo en inglés, me parece va a ser que no; no obstante lo
vamos a intentar y a medio traducir. Se trata, de la revista: Country Smallholding, de March 2015 que
en definitiva en un especial se dedica a comentar la vuelta al campo, pero de
forma familiar, ¡vamos como siempre fue!
Y así, en un “lambing special”, hace desfilar a
distintos autores de sendos artículos, como son: Kate Humble, Tim Tyne, Brian
Callaghan, Charles Dowding, Lules Moore, Mrs Simkins, Alan Beat, entre otros
muchos (cuyos nombres les ahorro), pero no el contenido abreviado de sus
comentarios o artículos, que vienen a ser lo mismo -exactamente- que un servidor
viene diciendo desde hace ya un par de años cada día, y es que: hay que volver
al chiquero familiar donde la cerda o cochina con sus cerditos o cochinillos, al
gallinero con las gallinas (o mejor sueltas en la huerta), a la oveja con sus corderos, al mono y a las
botas de goma. Es decir: una larga reflexión, con preguntas, con intervenciones,
opiniones, experiencias, estudios, sugerencias, publicidad, etc., diciéndonos
por activa y pasiva: hay que “a round-up
of rural news” (de nuevo, hay que volver al campo, a lo rural); hay que
volver a la casa de campo, a la huerta, al corral, al alpendre, al prado..., con
las vacas y becerros (leche y carne de la tierra). La actual situación, nos
muestra un futuro muy inseguro, ante el que hay que reaccionar con esta fórmula
familiar; volvamos al cultivo y a la ganadería de pequeña escala (small-scale). Se lamenta la Revista
vaya en disminución y estén en situación crítica el ganado ovino, el vacuno, los
cerdos (pigs), los caballos, las
cabras, los pavos, etc., ya en minoría y en situación de vulnerabilidad. Al
margen de los artículos, ya las mismas fotos son una gozada, por ejemplo poder
ver una casa de campo, con su cerca, con su pajero, y lo rústico y sencillo de
una vida bucólica y un tanto romántica, ya olvidada por lo general, con el
testimonio de toda la familia -incluidos los niños-, en el ambiente campesino,
donde todo es tan distinto a lo que te ofrecen los comercios (supermarket offerings), donde la mejor
escuela para los pequeños (rural
existence for the family), donde la tierra es para la agricultura (is on prime agricultural land), y ello,
con sendas fotos donde las niñas con corderos cogidos cuales muñecos y con caras
muy felices; las gallinas con el gallo, los cochinos mamando de la mamá cerda,
el ordeño de la cabra, las ovejas en el verde campo, el camión para el traslado
de animales (dos cerdos), introducidos por tres adolescentes (10, 12 y 13 años)
muy felices (Katleen loves the baby
animal), todo ello sin dejar la asistencia a la escuela..., donde el
producto, es de la mejor calidad (to
produce our own quality meat), excelente (excellent), y donde el trabajo es de
felicidad, y fascinante, sobre todo si se deriva a la agricultura, al huerto
donde los vegetales u hortalizas...
El Padre Báez.
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104. Pero no podemos ignorar que la energía nuclear, la
biotecnología, la informática, el conocimiento de nuestro propio ADN y otras
capacidades que hemos adquirido nos dan un tremendo poder. Mejor dicho, dan a
quienes tienen el conocimiento, y sobre todo el poder económico para utilizarlo,
un dominio impresionante sobre el conjunto de la humanidad y del mundo entero.
Nunca la humanidad tuvo tanto poder sobre sí misma y nada garantiza que vaya a
utilizarlo bien, sobre todo si se considera el modo como lo está haciendo. Basta
recordar las bombas atómicas lanzadas en pleno siglo XX, como el gran despliegue
tecnológico ostentado por el nazismo, por el comunismo y por otros regímenes
totalitarios al servicio de la matanza de millones de personas, sin olvidar que
hoy la guerra posee un instrumental cada vez más mortífero. ¿En manos
de quiénes está y puede llegar a estar tanto poder? Es tremendamente riesgoso
que resida en una pequeña parte de la humanidad.
105. Se tiende a
creer «que todo incremento del poder constituye sin más un progreso, un aumento
de seguridad, de utilidad, de bienestar, de energía vital, de plenitud de los
valores»[83], como si la realidad, el bien y la verdad
brotaran espontáneamente del mismo poder tecnológico y económico. El hecho es que «el hombre moderno no está
preparado para utilizar el poder con acierto»[84], porque el inmenso crecimiento tecnológico
no estuvo acompañado de un desarrollo del ser humano en responsabilidad,
valores, conciencia. Cada época tiende a desarrollar una escasa
autoconciencia de sus propios límites. Por eso es posible que hoy la humanidad
no advierta la seriedad de los desafíos que se presentan, y «la posibilidad de
que el hombre utilice mal el poder crece constantemente » cuando no está «
sometido a norma alguna reguladora de la libertad, sino únicamente a los
supuestos imperativos de la utilidad y de la seguridad»[85]. El
ser humano no es plenamente autónomo. Su libertad se enferma cuando se entrega a
las fuerzas ciegas del inconsciente, de las necesidades inmediatas, del egoísmo,
de la violencia. En ese sentido, está desnudo y expuesto frente a su propio
poder, que sigue creciendo, sin tener los elementos para controlarlo. Puede
disponer de mecanismos superficiales, pero podemos sostener que le falta una ética sólida, una cultura y
una espiritualidad que realmente lo limiten y lo contengan en una lúcida
abnegación. (de Francisco en su encíclica Laudato
si).
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