Transformación
tabaibera o tabeiberil de...
... lo que era un espléndido jardín. Terrazas
desaparecidas, devoradas por la maleza (y basuras, en decir de los pastores
[hierbas malas]). En lugar de sacarnos de la pobreza, nos hunden más y más en
ella. Y ello, a pesar de nuestras riquezas naturales. Hemos perdido las raíces,
y estamos sin suelo. Nuestro desarrollo, está frenado.
Y, habrá que volver a
colonizar la isla, de lo contrario, no salimos de ésta. Pues, hay cargos de
agricultura, sin agricultura. Sin agricultura, no hay trigo, y sin trigo no hay
pan; solo hambre y paro. Tenemos -sí-, ingenieros agrónomos, en reforestaciones
de pinos. El cabildo ha comprado la isla, sin que ésta estuviera en venta; se
la ha apropiado; sí, grandes extensiones con explotaciones ahora paradas. Somos
-pues- la isla sin tierra. Nos queda algún claro entre pinos, maldecido por
ellos. El carácter ganadero, responde a un tiempo -también- ido. La isla es,
una gran finca comprada por el cabildo a precio irrisorio; fincas que claman
por los herederos de sus dueños (¡si hubiera justicia y una asociación de
afectados, que se movieran!). Propiedades con probabilidades de ser
recuperadas. La tierra, debe retornar a sus legítimos dueños. No solo se han
perdido tierras, sino también sus lindes. De ellas, se conservan viejos títulos
de propiedad (¿?). De vegetación espléndida a bosques de pinos, árboles no
madereros, ni traederos de agua; de
flora rica y variada a la sola tabaiba y floresta desagradable. Todo, hasta
hace poco en uso de ganadería y de agricultura. Se pudiera volver a las fincas,
si se pusieran en marcha las motosierras que abatan o derrumbe la malezas y los
pinos con los otros árboles no frutales (los pocos que quedan, escuálidos y
esqueléticos). Deforestar, es el verbo a conjugar. La madera, no sirve sino
para ser quemada. Desbroce y quema, es lo que espera, como solución para salir
hacia adelante. Es obligatorio, despejar la tierra de pinos y tabaibas. Sin
esta operación, imposible poder volver a plantar, sembrar o simplemente que
salga la hierba o pasto para el ganado (por volver). Hay que poner en valor la
tierra. Hay que preservar lo poco bueno que queda. Hay que volver a la producción
de gran variedad de productos que tendríamos. Ha sucedido que el cabildo nos ha
expoliado, y nos ha exterminado agrícola y ganaderamente (como ejemplo la
matanza de cabras) y esto hay que regenerarlo de nuevo. El cabildo, tomó
posesión de las tierras, acabando con su uso y provecho, expulsando a los
campesinos, únicos dueños y señores de la tierra que cuidaban, de la que vivían
y salía nuestra riqueza. Los anteriores ocupantes de las tierras, deben volver
a ellas, son suyas, sus verdaderos dueños, a pesar de escrituras falsas y por
engaños. Las tierras han sido, ocupadas por un muy ecológico cabildo que las
tiene paradas y acaparadas...
El Padre Báez, que pide al cabildo devuelva lo
robado (mal comprado), y respete al ganado.
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(mirando las
cabras):
“... levanto mis ojos a los
montes...” (salmo
120). / “... al borde del
abismo... yacen caídas, muertas...” (salmo 87).
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