¿Ánimos
tabaiberos?...
... ¿qué bienes se siguen de una producción
inexistente? Vivimos en un mundo al revés. Dictadura encubierta, clima de pre-guerra, esclavitud real, paro
generalizado, sin prosperidad futura a la vista... Caminamos; pero, ¿a dónde?
Sobrevivir, comienza a ser ya un grave problema. Mientras, nos comen las
retamas (por no citar reiteradas las tabaibas omnipresentes). Ambas (tabaibas y
retamas, retamas y tabaibas [sin olvidar a los pinos y a otras malas hierbas y
arbustos, también árboles]), las tenemos hasta donde se pierde la vista. Sí,
pinos sin fin.
Los pinares, tapan u ocultan paisajes y montañas, se lo comen
todo. Y en ello, no hay ni siquiera belleza alguna, y nos acortan las vistas.
Tierras, campos, barrios y pueblos abandonados. Silencio, ni siquiera
interrumpido por cuervos y otras aves (inexistentes y desaparecidas, como
consecuencia de la extinción de la agricultura y la ganadería, y la sola
plantación de pinos, dejando en libertad a tabaibas, retamas, cañas, zarzas,
etc.). Arboledas de castaños, nogales, higueras, etc., venidas a menos, secas y
lánguidas apresadas por los pinos y otras malezas depredadoras. En el campo, ya
solo se huele resina de los pinos y de otras basuras. El medio (la naturaleza),
se ha vuelto miedo. Cual peste, vivimos en esta epidemia verde mortal, todo
lúgubre, y camino a muerte (bis), sin más. ¿Cómo ser optimista, tener
entusiasmo, una nueva vida? En lo
económico, nada cambia. Y la crisis evoluciona, crece, va a más; y ello, en lo
financiero, en lo industrial, en lo energético, en lo ético (o moral), en lo
espiritual... No hay trabajo; no hay consumo. No hay inversión; porque no hay
producción. Hay inflación; no se libera el mercado. No hay compromiso político,
sino globos al aire. Nada se transforma; no hay criterios. No hay desarrollo
económico; no hay modelos: Se ha perdido el derecho al trabajo. Sin agricultura, no hay
democracia. Sin sector primario, imposible alguna industria. El comercio con
otros países, nos arruina. El más mínimo esfuerzo (ninguno) universitario.
Total dependencia del exterior. El engañabobos de la agricultura en lo urbano,
en barrios, pueblos y ciudades. Cambios necesarios e imprescindibles, que no
acaban de llegar, pero es que no hay ni siquiera señales de querer comenzar con
ellos, sino que se persiste y mantiene un esquema paralizante y mortecino, que
acaba con todo. Los distintos y distantes programas políticos de caras a las
distintas y otras tantas elecciones, solo se echan trapos sucios a la cara, pero
no ninguna solución de cuanto aquí apunto brevemente. Y la cosa es ya urgente,
a pesar de tanta pasividad y echar balones fuera...
El Padre Báez, que no puede olvidar la última, y que
va a seguir, hasta acabar o terminar con todas según se reiteran, sin dar
marcha atrás; me refiero a la matanza de cabras, la única y última esperanza
que teníamos; pues ya después -sin ellas-, nos quedamos, sin nada.
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“... estamos saciados de desprecios... del
desprecio de los orgullosos...” (salmo 122). / “... nos asaltan... nos tragan
vivos... presas somos en sus dientes... (salmo 123). / “... somos pobres desamparados...” (salmo 85).
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