Sin patrimonio, sin agricultura, sin
ganadería...
... ¿qué tenemos? Sobre lo primero, ahí lo tienen, en
Madrid, la “pieza” más valiosa del reino de españa, del Tabaibal, allá, cual si
una cerámica fuera, y no un individuo, si bien en sus despojos, sin que político
alguno se comprometa devolverlo a su hogar, a su casa, a su isla, a su tierra, a
los suyos que conservan la misma morfología, este guanche en manos extrañas,
como se puede apreciar en la foto, que en cuanto al sector primario, en boca de
los candidatos varios y múltiples, distintos y distante, ¡ni uno ha pronunciado
-hasta el presente- más allá o acá de debates televisivos, las palabras: pastor, cultivo, cual si ganadería y
agricultura, fueran palabras malditas,
vendiéndonos y atándonos a la globalización, sin que de lo local, pueda
salir un chorro leche de cabra alguna - el cabildo las matan- y ni un saco de
papas pueda producir la mejor tierra y el mejor clima del mundo!
Que para
sacarnos o salir de la crisis, no ven la tierra esperando sudor y trabajo, ni
del ganado ven salidas y puestos de trabajo miles, que ciegos y cual si de otras
galaxias bajaran y desconocieran la tierra, no la ven para la agricultura y la
ganadería, como así fue desde el principio del mundo y buen ejemplo de ello nos
dejaron los guanches, entre los que cuento al que vi en persona en el
Antropológico de Madrid, ahora cambiado de residencia, olvidando los españoles,
que es Tenerife y no Madrid, donde debe estar. Que en programa político algunos,
prometiendo miles de puestos de trabajo, no haya uno solo que mire al campo, a
la tierra y nos diga que el sector primario -única FUENTE laboral- nos daría
trabajo, comida y nos sacaría de la crisis, es como para no ir a votar, salvo
que se considere al que lo haga un subnormal, un vendido, un traidor. Porque que
te dejes engañar, con mentiras como las que de la soberanía energética vamos a tener
empleos, que volver a la construcción
nos va a sacar de la crisis, que de proteger el miedoambiente vamos a tener
trabajo, que el mercado laboral pasa por dignificar a las mujeres, pero ¿es que
están locos?, ¿de qué hablan?, ¿es que no ven la tierra vacía, los establos y
corrales vacíos, que el cabildo no te deja tocar la tierra y si lo haces te
muelen a multas? ¡Oh, si los guanches despertaran, y el de la foto saliera de la
urna de cristal!, ¡nos darían palos de muerte, por haber dejado morir las únicas
que nos darían vida: la agricultura y la ganadería! Pero, si no hacen caso a un
vivo, ¿se lo van a hacer a un muerto? ¡Ni siquiera se preocupan de recuperarlo!,
y en lugar de enseñárselos en españa a los turistas, ¿por qué no nosotros, que
es de los nuestros, de nuestra raza y condición?! Él fue pastor y agricultor, se
lo juro por Dios, ¡ya debiéramos imitarlo! Y dicho sea de paso, era
pelirrojo-rubio, con pecas; y, ¡aunque no se aprecia en la foto!, que verlo al
natural -y con cámara oculta hasta lo fotografié, a pesar de los cinco seguritas
a la puerta de la sala vigilándome-. ¿Pues, no fui ex profeso a visitarlo
(testigos de esto que digo y sigue: Juan Santana Alonso y Adolfo Santana, de la
entonces Televalsequillo)? Y toda vez que la directora no me dejó grabarlo, le
retiré mi libro regalado previamente, al no considerarla digna de mi regalo,
dejándola de piedra, ante el gesto y mis palabras de
reproche.
El Padre Báez, que defiende a los tres: arqueología,
agricultura y ganadería, y ello por dignidad, por esencia, por Historia, por
moral, por parentesco, por principios, por opción política..., ¡porque me sale
del fondo del alma (iba a poner otra palabra, pero
cambié)!
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