Tierra tabaibera...
“... tierra reseca, agostada, sin agua...” (del salmo
62).
“... bendiga la tierra al
Señor...” (del cántico de Daniel 3, 57-88. 56).
“... los que sembraban con
lágrimas cosechan entre cantares. Al ir iban llorando, llevando la semilla; al
volver, vuelvan cantando, trayendo sus gavillas...” (del salmo
125).
“... comerás del fruto de tu
trabajo...” (del salmo 127).
“... yo decía en mi apuro:
los hombres son unos mentirosos...” (del salmo
115).
“... ¿hasta cuándo... amaréis
la falsedad y buscaréis el engaño?...” (del salmo 4).
... la tierra, que es nuestra madre, nos da leche amarga
de tabaibas en la nuestra. La tabaiba, no es ecológica, es veneno. Las tabaibas
devastan nuestra isla (e islas). Las tabaibas consumen, acaban y terminan los
recursos naturales. Las tabaibas, extinguen y desaparecen la flora autóctona y
otras.
Las tabaibas no nos benefician en nada. Las tabaibas nos empobrecen. Las
tabaibas son causa de grandes sufrimientos (hambre, pobreza, paro, multas,
cárcel, suicidios...). No se puede cuidar la tierra. Nos despegan de la tierra.
Venimos y somos tierra, y no nos la dejan ni tocar. Y eso, que un mandato divino
nos impuso su cultivo, para comer de ella. Más aún el imperativo divino es
someterla, y no nos la dejan ni pisar. De poder trabajarla, el hombre sería
con-Creador. Dependemos de la tierra. ¿Qué futuro nos aguarda, sin la tierra?
Nos prohíben la relación con la tierra. Y, ¡hasta somos tierra! De la tierra
nacimos (y a ella muertos, volvemos). San Francisco de Asís, la llamaba: “la hermana madre tierra”. Nos destruyen
y envenenan la tierra con las tabaibas. Las tabaibas son una sobreexplotación de
la tierra (de nuestra tierra insular). Las tabaibas son un desequilibrio en la
tierra: hambre, paro, desigualdad... Las
tabaibas acaban con la armonía en la tierra. Nos matan la tierra, y ella es
fuente de vida. Las tabaibas son un mal trato a la tierra. La tierra es de todos
y la acapara -robándola-el cabildo. Han politizado la tierra, y se la han
quitado al campesino que la cuidaba, la mimaba, la regaba con sus sudores... Mal
tratan a la tierra, la hieren, la destruyen. La están convirtiendo en
inhabitable (se llena de maleza, de basuras [tabaibas, retamas, zarzas,
cañas...]). Hay que eliminar al seprona, al miedo ambiente y al cabildo de la
tierra, porque son ellos los que la dañan irremediablemente. La tierra no tiene
otro remedio sino quitar de en medio a quienes nos la hieren (que son ellos, y
no los campesinos [agricultores y ganaderos], a los que les prohíben todo, y por
todo los multan severamente). No respetan ni la flora autóctona. No nos dejan
cuidar nuestros árboles de siempre y nos
plantan todo de estériles y envenenadores pinos. No nos dejan cuidar de las
especies en peligro de extinción. Nos prohíben alimentarnos de la tierra (no te
dejan sembrar, ni plantar o cultivar nada; tampoco tener animales). Y todo es
natural, protegido, paisajístico... y no hay donde cultivar ni tener un animal
(salvo que sea perr@ o gat@). No es posible economía alguna desde la tierra.
Nada producimos. Nos hemos quedado sin materia prima alguna. Todo (al 100 %), lo
importamos; nada exportamos. No te dejan volver o regresar a la tierra, a tu
tierra. De esto, no aparece absolutamente nada en los programas de los
políticos, ¡y ello a pesar de ser tantos! Ya, ni los en otros tiempos llamados
“verdes”. Y así la cosa, ¿qué nos aguarda?, ¿quién nos devuelve la tierra?,
¿quién nos quita de encima al cabildo con el sepro y el miedo?,
¿...
El Padre Báez.
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