Sin tabaibas en la isla (e
islas)...
“... sin dormir muchas
noches, con hambre...” (de la segunda carta de san pablo a los Corintios 11,
18.21b-30).
“... no amontonéis tesoros en
la tierra...” (Jesucristo, según el evangelio de san Mateo 6, 18-23).
“... me estoy hundiendo en un
cieno profundo y no puedo hacer pie...” (del salmo
68).
“... mis ojos se deshacen en
lágrimas, día y noche no cesan; por la terrible desgracia... de mi pueblo...
salgo al campo... hambre... vagan sin sentido...” (del cántico del profeta
Jeremías 14, 17-21).
“... me acorrala... me
cercan... estoy como agua derramada... me taladren... puedo contar mis huesos...
(del salmo 21).
“... Nada de este mundo nos
resulta indiferente
3. Hace más de cincuenta
años, cuando el mundo estaba vacilando al filo de una crisis nuclear, el santo
Papa Juan XXIII escribió una encíclica en la cual no se conformaba con rechazar
una guerra, sino que quiso transmitir una propuesta de paz. Dirigió su mensaje
Pacem in terris a todo el
«mundo católico », pero agregaba «y a todos los hombres de buena voluntad ».
Ahora, frente al deterioro ambiental global,
quiero dirigirme a cada persona que habita este planeta. En mi
exhortación Evangelii gaudium,
escribí a los miembros de la Iglesia en orden a movilizar un proceso de reforma
misionera todavía pendiente. En esta encíclica, intento especialmente entrar en diálogo con
todos acerca de nuestra casa común.
4. Ocho años después de
Pacem in terris, en 1971, el beato Papa Pablo VI se refirió a la
problemática ecológica, presentándola como una crisis, que es « una consecuencia
dramática » de la actividad descontrolada del ser humano: « Debido a una
explotación inconsiderada de la naturaleza, [el ser humano] corre el riesgo de
destruirla y de ser a su vez víctima de esta degradación
»[2].También habló a la FAO sobre la posibilidad de
una «catástrofe ecológica bajo el efecto de la explosión de la civilización
industrial», subrayando la «urgencia y la necesidad de un
cambio radical en el comportamiento de la humanidad», porque «los progresos
científicos más extraordinarios, las proezas técnicas más sorprendentes, el
crecimiento económico más prodigioso, si no van acompañados por un auténtico
progreso social y moral, se vuelven en definitiva contra el hombre»...”[3]. (de la encíclica del papa Francisco:
Laudate si).
... tendríamos:
-
papas por todas partes
-
volverían los tomateros
-
no faltaría el trigo para el
pan
-
cebada y centeno
-
archita y arbergones
-
sobraría el millo para el gofio
-
coles en interior y por las
orillas
-
no importaríamos calabazas, ni
calabacines
-
lechugas de aquí y no de europa
-
ajos y cebollas con verdadero sabor a ajos y
cebollas
-
ñames y acelgas para el potaje
-
rábanos y perejil
-
lentejas y chochos
-
chícharos y guisantes
-
pencas de cardos y alcachofas
-
lentejas y garbanzos
-
hierbas olorosas y otras
-
jaramagos y halabasas
-
judías y habichuelas
-
habas y berros
-
coles y cerrajas
-
mieles y aceites
-
aceitunas y limones
-
naranjas, peras y ciruelas
-
nísperos, manzanas y almendras
-
sandías y melones
-
uvas, vino y vinagre
-
pimientos, pepinos y mangos
-
aguacates, berros, fresas y
tunos
-
castañas y nueces todo el año
-
carnes y leches
-
mantequilla, quesos y suero
-
beletén, huevos y conejos
-
guayabos, higos y cerezas
-
... ... ...
-
de todo, sin faltar nada
-
pero como tenemos solo tabaibas
-
nos falta de todo
-
no tenemos de nada
-
solo tenemos de sobra: pinocha
-
y leche amarga de tabaiba.
El Padre Báez.
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