Club de ancianos
tabaiberos...
“... una rama... y la
plantaré... para que eche brotes y dé fruto... árboles altos... árboles
humildes... árboles lozanos...” (del profeta Ezequiel 17,
22-24).
“... crecerá... se alzará...
plantado... crecerá... dando fruto... frondoso...” (del salmo
91).
“... un hombre que echa
simiente en la tierra... la semilla germina y va creciendo... la tierra va
produciendo la cosecha... primero los tallos, luego la espiga, después el
grano... la siega... la semilla...
brota... las demás hortalizas...” (Jesucristo: del evangelio según san
Marcos 4, 26-34).
“... montes y todas las
sierras, árboles frutales... y animales domésticos...” (del salmo
148).
“... cada cual a tomar
posesión de su territorio... de su heredad... bandas de saqueadores, que los
saqueaban... llegando así a una situación desesperada... bandas de
salteadores......” (del libro de los Jueces 2, 6-3,
4).
“... la peste que se
desliza... la epidemia que devasta...” (del salmo
90).
... eso me dijo mi hermano esta mañana, con referencia a
un cartel donde aparecen dos de estos candidatos a seguir en la poltrona, a
pesar de tener más de 70 años, y por tanto más que jubilados, llenos de
corruptelas y de amoralidades, pues han vivido sin ética, sin moral, sin
principios, sin valores, sin fe, sin nada bueno, sino el egoísta y enfermo
instinto de morir en el cargo o vivir de la política de la que se sirven sin
servir al pueblo, sino sirviéndose ellos de mentiras, de promesas que no
cumplirán, de discursos huecos y vacíos,
sin mojarse en compromisos serios, sino como el otro, el de llevar el carnaval,
también al verano, que es un decir, y no lo peor.
Que viejos en años y en
maldades, en ruindades, fraudes, y otras tropelías políticas, no dejan paso
libre y les tapona la entrada, a los jóvenes, que universitarios, preparados en
arquitectura, derecho, informática, etc., etc., no les dan paso, porque ellos
como viejos camaleones -carcamales, muebles inservibles y fosilizados y faltos
de flexibilidad física, mental y psíquicas, son auténticos parásitos de la vida
social, económica, política, religiosa, etc.- les impide la entrada, y mantienen
la corrupción y otros males, y ellos,
repiten, y repiten (mucho más que los ajos), y vuelven a repetir, y llevamos
viendo sus dientes en sonrisa forzada para la foto, 30, y hasta 40 años colgados
de eucaliptos, paredes y cuerdas, en lugar de desaparecer, por dignidad, y
retirarse a meditar lo mal que lo han hecho y el bien que han hecho con dejar el
paso libre a nuevas y juveniles caras -en lugar de permitirles sigan con y entre
nosotros en lugar de tener que emigrar, por no darles ellos canallescamente
entrada-, a nuevas iniciativas, que propias de la juventud, nos harían avanzar y
cambiar; pero ellos, ya ni con fuerzas para el amor, ya con la mente más que
cerradas por la edad, nada nuevo podrán hacer sino repetir, y a peor lo que
siempre hicieron. Y si ya hicieron algo, que se les recuerde por ello, y no lo
echen a perder, con seguir agarrados a la cuerda del poder, con la que debieran
ahorcarse políticamente y salir del escenario. Porque además, ¿dónde la novedad
o el cambio? ¿Renovar y actualizar el pleito de entre hermanos o llamado
insular, que infantil y bobaliconamente cuales niños pequeños (por eso lo de
“infantil”): “¡ yo quiero igual y lo mismo que ellos!; ¿por
qué ellos más que nosotros?”, que
ya es viejo y cansino, defectuoso y hasta psiquiátrico argumento, que a nada
bueno nos lleva, sino al odio al hermano, al enfrentamiento con el vecino,
cuando ya cercano el día de dar cuenta al Creador -si es que tienen fe, y si no
también- debieran prepararse para el examen del amor al que nos someterán al
final de la vida, en lugar de fomentar el odio y la adversidad con los de enfrente, que no deja de ser una forma
peyorativa de citar a los que más que hermanos, somos nosotros mismos, pues
tenemos por padres a los mismos guanches de donde venimos y somos. Así que,
tendremos que soportar las mismas caras de estos viejos, aunque tengan 50 años,
si es que ya en los 30/40 comenzaron la carrera política, ¿no es ya hora de que
se sienten y dejen la pista libre a nuevos corredores, con nuevos impulsos, y
fuerzas propias de la juvenil edad?, ¿acaso pretenden morir en la institución y
por egoísmo y soberbia, dejar en atraso este pueblo que sin ellos avanzaría?
Ellos, siempre los mismos, los de siempre. ¿Comprende ahora por qué un servidor
no votó y les recomendaba no lo hicieran -para no sentirse co-responsables de
los males de sus gobiernos-?, o votaran nulo -fue mi consejo-, de
paso.
El Padre Báez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario