martes, 5 de enero de 2016

diferencia



¡Esa es la diferencia!...
... que para los perros hacen falta bolsas para recogerles la mierda, y para las cabras no; la de los primeros como la pises te huele la casa, el coche o allá donde vayas a peste inaguantable, mientras que las cagarrutas además de ser abono para la tierra, es perfume, que agrada. Pues, que para los chuchos, o perralla, cínicos en griego y canes en latín, para estos -que para los guanches eran “perros malditos pal infierno”-, y figura del mal o diablo, para estos digo, bolsas para sus mierdas (o heces, dicho finamente), que también se puede usar la cursilería de excrementos,
que a pesar de que distribuyan miles de esas bolsas de cagadas de perros, o para recoger las cagadas de los perros o lo que es lo mismo su mierda, digo, que a pesar de ello, nadie nos libra de aceras, escaleras, paseos, jardines, campos, carreteras, etc., de tan mala impresión como esos moñigos asquerosos y pestilentes, que por más bolsas se repartan para tal fin higienista, es imposible vernos libres de tanta caca o porquería. Con bolsa recoge-mierda-de-perros, no se limpia nada; se limpia todo, cuando el perro solo cuide al rebaño, guíe a un ciego o sea terapia para un enfermo, lo cual indica que esta sociedad está enferma, desquiciada, y en lugar de una cabra que le dé leche y queso, necesita del mal olor de un perro. Esta sociedad, está mal, muy mal. Y ya más que demencia es esquizofrenia, gente de cargos importantes en ajuntas y mientos, se dediquen a repartir bolsas recoge-mierdas y concejales hayan que en lugar de fomentar cabras, aumente la tenencia y propicie la perralla o perruna que nos mata a virus y a malos olores. A no ser que estos del miento y ajunta, vean en el negocio de multar a los perros por cagar sin bolsa, que las multas les llenen la bolsa no de mierda, sino de euros. ¡Ah, que son astutos, y sus almas las lleva el diablo! Pues ya ven ustedes mis amigos, cómo está el entorno o panorama, que sus perros cagan y si se escapan de la multa nos llenan de mierda por todas partes; así que usted, mire por dónde pisa. Y, que si fuera mierda de cabras, usted tenía abono para sus macetas y huerto, pero..., las cabras no serían objeto de multas, y he ahí la razón por las que no las estimulan y fomentan, sino al contrario como bien sabemos, el cabrón -por cabrero- cabildo las matan.
El Padre Báez, que sí, tuvo perros y en mi infancia y juventud, y hasta de mayor en casa siempre vi y tuvimos perros, pero para cuidar a las cabras, la casa, la ropa tendida, etc., pero ¡jamás entró uno de puertas adentro! Y entonces y lugar su mierda se camuflaba entre la de las cabras, sin problema alguno, ¡esa fue la diferencia!
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“... recuerdo otros tiempos...” (salmo 41). / “... he proclamado..., no he cerrado los labios..., he contado...” (salmo 39). / “... cabalga victorioso por la verdad...” (salmo 44).
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p.d.- ¿Y usted, no tiene bobaliconamente, un juguete que regalar? Pues otra actividad social falsamente caritativa no hay por todas partes. Y uno se pregunta: ¿y tantísimos niños hay sin juguetes? Y más: ¿ya no se juega con lo que se mea (haciendo hoyitos en el suelo? Y la pregunta del millón: ¿por qué no regalar a los niños un baifito (en lugar de un perro)? Tal vez, se haya olvidado: el mejor regalo es un hermanito con quien jugar sin juguetes. Esta sociedad está desquiciada, ha puesto su acento en regalar juguetes, ¿y por qué no comida? Y, etc., etc.

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