trabajo

Plan de empleo y tabaibas…

 

“… acusados de mala conducta…” (de la carta de san Pablo a Tito 1, 1-9).

 

“… escandaliza… a estos pequeños…” (Jesucristo Lc 17, 1-6).

 

“… el ignorante no los entiende…” (del salmo 91).

 

“… causa de división… si no detenéis vuestra atención en nuestra humilde persona…” (de los sermones de san León Magno, papa).

 

“… no os dejéis arrastrar…” (de la carta a los Hebreos 13, 7-9a).

 

“… cuídate…” (de la carta de san Pablo a Timoteo 4, 16).

 

“… somos colaboradores…” (de la antífona de Nona [Hora intermedia del lunes II] del común de pastores).

 

“… ¿hasta cuándo daréis sentencia injusta poniéndoos de parte del culpable?  Proteged al desvalido… haced justicia al humilde y al necesitado, defended al pobre y al indigente, sacándolo de las manos del culpable…” (del salmo 81).

 

“… labios mentirosos… de… lengua traidora… cuando yo digo paz, ellos dicen guerra…”” (del salmo 119).

 

“... hace mal a su prójimo...” (del salmo 14).

 

 

… mejor: plan de empleo social, que dice da trabajo unos meses a decenas, docenas, cientos de parados, que después siguen parados, y mientras trabajan solo cobran, sin hacer nada, sino simulacros de trabajo pre o pro votaciones, ¡ah cabr…! Dejémoslo en cabritos, y no digamos cabrones, que en este caso ya sería cosa de ganadería, pero es que ni agricultura, porque cada equis tiempo, en la misma minifinca un ejército que se molestan y hacen que hacen pero no hacen nada, sino molestarse unos a otros, hablar mucho por el móvil, charlar entre ellos, fumar, comer, cagar, mear, y ¡a casa!, sin haber aprovechado ese sueldo en nada útil para la sociedad, cuando con ese dinero, si los dedicaran a controlar (es decir: arrancar las tabaibas), ¡otro gallo nos cantaría! Pues, este es el engaño a una sociedad embobecida con carnavales y otras fiestas, ya sean futboleras o baloncesistas, o lo que sea, que aquí nadie da un golpe al palo, pues venidos del paro, y sin saber nada de nada, los ponen a plantar lechugas y a arrancar hierbas, que salen al día siguiente con más fuerza, sin tocar una sola tabaiba, porque bien les dicen: ¡eso es más que sagrado!, y ahí están, que dan pena y vergüenza, en ediciones repetidas, que nada hacen sino el tonto, que no sacan del paro, sino unos meses, para después seguir igual o peor, pues los han engañado como a tontos, y a como tontos los han tenido haciendo el paripé, y llaman trabajadores a gente que entre ir y volver, nada hacen sino cobrar, por no hacer sino el tonto y nada; y si algo, destrozando lo que hay, pues ni saben, ni son del medio, sino hasta señoras mayores sobradas de kilos y faltas de agilidad que es la que tienen sus hijos y nietos a los que no les permiten les suplan, y sí que haría algo, mirando al futuro, pero no quien está a punto de jubilarse, con carruchas, asadas, y joses (hoces), sin saber cogerlas, y menos usarlas, al tiempo que a los del campo-campo, los campesinos, a estos pobres, multas por intentar hacer algo de los que estos nuevos agricultores hacen, pero estos, con suerte; los otros desgraciados, multados, vigilados, castigados…, los otros, los que cobran y llaman trabajadores, harán de todo más allá de la agricultura, irán por las playas,  a cuidar del patrimonio histórico, proyectos mil cuales bien cualificados, arreglarán o descubrirán caminos que se volverán a cerrar con la maleza, también limpiarán cuales expertos arqueólogos yacimientos que sufrirán sus daños irreparables, y no sigo porque me estoy poniendo malo (enfermo), de pensar la tomadura de pelo y engaño que supone todo esto, porque si dijeran esos ejércitos de parados, se van a dedicar a arrancar las tabaibas, sería algo bueno, pero si esto, después de estos meses de gracia y corrupción por favoritismo y amiguismo, todo seguirá no igual, sino peor, porque lo habrán estropeado todo. Así es la vida en esta desgraciada tierra tabaibera.

 

El Padre Báez.

 

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Me hacen una advertencia, que -además- agradezco:

 

Hay que hacer harina de tabaiba para los tiempos que se acercan. Un saludo Padre Báez; las tabaibas, también son creadas por Dios. No te condenes por una inofensiva y autóctona planta.

(I. S. L.).