sábado, 3 de noviembre de 2012

Medio siglo...

Medio siglo (50 años) de retroceso en la agricultura y ganadería.


Conocida como las afortunadas, han venido a ser las más desgraciadas. Un archipiélago en el atlántico, a orillas de África, que dio de comer a medio mundo, hoy no tiene nada. Solo tabaibas, retamas y pinos. Nuestro progreso ha sido depender del mundo para poder sobrevivir, teniendo la misma tierra, clima, agua., etc.

Tres continentes nos miran. Los otros dos, también. Lo que esto fue, y es ahora, es una pena. Esta tierra, ha dado a grandes hombres. No se ha respetado las tradiciones, y ya no producimos nada, ¡ni hombres que luchen por nuestra libertad e independencia! Nuestra cultura hace agua, se diluye, desaparece. No se respeta nuestro pasado. Y eso, que los guanches, nos dejaron sus estructuras, filosofía, derecho, etc. Faltan líderes.

Han desaparecido las semillas. El campo no se trabaja; solo se “trabaja” en turismo. Hay dos grupos; estamos, divididos. Hay nacionales, y nacionalistas. La Universidad, no ha servido para nada. El campo ha dado paso a la basura. Han cambiado de manos. El gran terrateniente es el cabildo insular, que se ha hecho con las pequeñas propiedades de humildes campesinos. Y la economía comenzó a ir de culo.

Hoy, los nietos de aquellos abuelos que emigraron, les imitan, y siguen. Otros emigran al Tabaibal, que se llena de gente que no trabajan, pero que comen (¡). No se siembra, nada; y total, ¿para qué si los barcos nos traen la comida desde el fin del mundo? El medio ambiente reprime a la población, no dejándola tocar el terreno a nadie, y ni a animales. Ya nada es lo que era; el cambio ha sido bestial, ¡ya sin ganadería alguna, salvo la perruna!

Nadie se rebela ante este estado de cosas, entretenidos con fútbol y carnaval. La gente vive con miedo (¡que así no es vivir!). Desarrollo no hay alguno. En otro tiempo, aquí, la economía, era próspera. Se desestabiliza la paz. Solo crece el paro y el hambre. No se vuelve al sector primario: la única salida (tarde o más temprano). Se abrazaron en los sesenta con el turismo, y siguen con el turismo cual tabla de salvación, que se hunde.

Industria no hay ninguna (ni puede haberla sin materia prima y sin producción alguna). Y aquí, o somos agrícolas-ganaderos, o no somos nada (ni nadie). El campo, daría trabajo al 100 % y comida de sobra. Tenemos el mejor clima del mundo (y piensan en el turismo, y no en el cultivo). La fertilidad de nuestro suelo es tal, que basta ver retamas como castañeros y helechos de tres metros; un cañaveral vicioso que devora toda tierra fértil, con zarzas que todo lo enmarañan y toda clase de hierbas malas, que cierran caminos y entierra etnografía, arqueología, patrimonio, etc.

No tenemos política agraria; tenemos los peores políticos de todos los tiempos. La entrada de toda clase de comida de fuera, perjudica a la de dentro , ya desaparecida y solo testimonial o residual. Todo ello, como fruto de la corrupción política, que solo busca el bien de su partido, pero no el del pueblo. Corrupción, que no explota este potencial dormido o ya casi muerto, que de activarlo, sería en exclusiva sostenibilidad total.

Solo invierten en obras faraónicas, imposible terminar, y quedan como monumentos a la imbecilidad y al egoísmo. La pobreza aumenta. Y la dependencia es total del exterior. Y las cumbres, aparecen tomadas policialmente dado la variación de uniformes, y los únicos que se mueven. El jefe de todos ellos, mintió (dijo no volver a plantar pinos, y sigue en ello, de forma y manera brutal). Y van a seguir. No hay oposición: unos y otros hacen lo mismo.

Se controla hasta el menor movimiento de cualquier campesino o alguien que salga al campo. Nadie puede tocar una piedra, ni limpiar una acequia, y menos cortar ramas para poder andar por caminos obstruidos para volverlo transitable, sin que la pertinente multa elevadísima, que cuesta hasta la vida ante la imposibilidad de pagarlas (como ha sido ya el de varios casos). A los hombres del campo, se le han quitado todos los derechos (incluido el de propiedad, trabajo, vivienda con dignidad, etc.).

Las cumbres y los pueblos del interior y altura, se vacían;  ha desaparecido a flora y la fauna, al prohibir la ganadería y la agricultura, las grandes defensoras y favorecedoras del medio. El campo se desmantela. La población, no puede volver a lo que ha sido ancestral. No hay libertad de cultivar el campo, ni para soltar un animal. Y sin esto, no es posible mejorar la calidad de vida. En ningún lugar la corrupción es más visible: lo que a mí me persiguen al lado, al otro se lo permiten. Nos tienen drogados. Se vive la noche. La democracia es ir cada cuatro años a votar, y ya tienen tiempo para hacer lo que les venga en gana, sin cumplir promesa alguna.

En 50 años, aún con el crecimiento demográfico enrome, se ha construido ni una sola presa más (gracias a las que hizo a quien llaman “el dictador”, por cuyas carreteras se sigue rodando, sin ninguna otra nueva). Solo proyectan negocios sucios (trenes, aeropuertos, puertos, carreteras fantasmas [con túneles y puentes bimillonarios]; etc.), pero nada en mejorar la agricultura y ganadería, que son las que dan la comida.

El patrimonio arqueológico –superior al griego, romano, turco, egipcio, maya, azteca, etc.-, totalmente dejado en las manos de explotadores sin c conciencia y formación y solo con visión de meter planchas de hierros en todos ellos, deformándolos y dañándolos en sus estructuras y afectándolos de forma irreparable...

El Padre Báez.


PD. Un amigo, en correo que me envía dice, entre otras cosas:

“... Sres. PePeros son ustedes el cáncer que siempre ha mantenido este país en el atraso, son ustedes y los capullos del P$o, los que han privatizado y destruido la agricultura, cerrado los astilleros, las fabricas, las minas, etc. y han echado los trabajadores a la calle dándoles palos con la policía; son ustedes los que se han llevado las empresas del textil pá Marruecos, pá la India, pá China y para los infiernos y ahora se ensañan con los trabajadores, para cubrir el déficit, la deuda que han creado los grades ladrones...”

No hay comentarios:

Publicar un comentario