Las tabaibas y la crisis...
“... cansados y
agobiados...” (Jesucristo, del evangelio de san Mateo 11,
28-30).
“... rechazado y
desechado...” (del
salmo 88).
“... siembras
año por año...” (del
salmo 89).
“... pastor que
apacienta el rebaño...” (del
cántico de Isaías 40 10-17).
“... nos tienen
por escoria...” (del
salmo 116, 113-120).
“... han
entrado... y han reducido...” (del
salmo 78).
“... se burlan
de nosotros... (del
salmo 79).
“... estamos
prisioneros, custodiados... esclavizados...” (de la
carta de san pablo a los Gálatas, 3,22-4,7).
“... estamos
saciados de desprecios...” (del
salmo 122).
“... nos asaltan
con ira...” (del
salmo 123).
“... arruinaron
la tierra...” (del
cántico del Apocalipsis 11, 17-18; 12, 10b-12a).
... hay que abrir los ojos. Los pastores han
desaparecido. Las tabaibas generan pobres, pobreza, miseria... Las tabaibas nos
echan a las periferias, al sufrimiento de la pobreza y al paro.
La tierra clama,
por la pobreza, por su pobreza; y las víctimas: son los pobres.
Irresponsabilidad es lo que hay respecto a la tierra. La realidad tabaibera nos
hace ver el rostro de la pobreza. La tierra llena de basuras (Laudato si). Las
tabaibas, nos llevan a más pobres, y a más. Tenemos derecho al trabajo, y nos
cierran el campo, el único dador de empleo (¡y comida!). Hay que cuidar la
tierra, y no llenarla de tabaibas. Hay que luchar contra esa degradación
tabaibera. Casi sin esperanza, ante la cerrazón cabildicia (a no ser que
trabajemos porque cambien). Difícil
mantener la esperanza. Se excluye al hombre del campo, y se lo entregan a las
tabaibas. Sí, hay, y tenemos derecho a la tierra, a su cultivo, a su
agricultura, y ganadería, que nos darán trabajo y comida. Las tabaibas vulneran
nuestro derecho a la tierra. Debemos cuidar de y a la tierra. Vivimos un tiempo
especial y nos toca discernir este
tiempo. El camino del Tabaibal, es un camino lleno de tabaibas, y hay que salir
de ahí, para volver a entrar y estar en la tierra (sin tabaibas). La hermana madre tierra, está siendo
degradada por las tabaibas. La tierra clama, grita ante ese atropello que le
hacen las tabaibas. Tiempo duro, de desigualdad, de gente fuera de la tierra, la
tierra sin cultivo... ¡momento duro! Escuchemos el grito y el clamor de la
tierra. El tabaibal nos sitúa en las condiciones en las que estamos. Se agrede a
la tierra. No cuidamos la tierra. Desaparece la biodiversidad. Sabemos mucho del
tabaibal, pero éste esconde cosas que aún no conocemos. Desaparecen especies
vegetales y de animales. Perdemos biodiversidad. Y hay cosas fuera de nuestra
vista... (continuaré mañana).
El Padre Báez.
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44. Hoy advertimos, por
ejemplo, el crecimiento desmedido y desordenado de muchas ciudades que se han hecho insalubres para
vivir, debido no solamente a la contaminación originada por las emisiones
tóxicas, sino también al caos urbano, a los problemas del transporte y a la
contaminación visual y acústica. Muchas
ciudades son grandes estructuras ineficientes que gastan energía y agua en
exceso. Hay barrios que, aunque hayan
sido construidos recientemente, están congestionados y desordenados, sin
espacios verdes suficientes. No es
propio de habitantes de este planeta vivir cada vez más inundados de cemento,
asfalto, vidrio y metales, privados del contacto físico con la naturaleza.
45. En algunos lugares, rurales y urbanos, la
privatización de los espacios ha hecho que el acceso de los ciudadanos a zonas
de particular belleza se vuelva difícil. En otros, se crean urbanizaciones «
ecológicas » sólo al servicio de unos pocos, donde se procura evitar que otros
entren a molestar una tranquilidad artificial. Suele encontrarse una ciudad
bella y llena de espacios verdes bien cuidados en algunas áreas « seguras »,
pero no tanto en zonas menos visibles, donde viven los descartables de la
sociedad.
(de la encíclica de Francisco: Laudato
si).
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