Las tabaibas nos dan
hambre...
“... lo sembrado
en tierra... dará fruto y producirá...”
(Jesucristo, en el evangelio de san Mateo
13, 18-23)./ “... en la ciudad... calamidades...” (del salmo
54).
... por más que nos hablen del fútbol -para despistar-, este pueblo, cada vez pasa y
tiene más hambre. De hecho es un término, que ni citan los medios de
comunicación, ¡y menos los políticos! Y sin embargo, es el plato más abundante
diariamente en las mesas: vacío. El hambre, se pasea entre nosotros
-destruyéndonos-, y llevándonos a la m..... (miseria), y mientras sigamos con
las tabaibas, va a ser imposible librarnos de ella; que cada vez va a más.
Y ya
la cosa, no es castigo divino -en quien ya no se piensa debido a tanto
materialismo-, sino que es obra de los que mal nos gobiernan (cabildo, gobierno,
europa, españa...). La causa del hambre -nadie lo dude- no es otra sino la
sustitución de las cosechas de todo en otros tiempos -aún recientes-, por el
único cultivo extensivo de las tabaibas. La solución, no es Cáritas, sino
devolver a la tierra el cultivo y la ganadería (desapareciendo para ello el
Miedo ambiente y el seprona [el cabildo], que lo impide y castiga). La verdad -y
no hay otra-, mientras sigamos pasivos ante este estado de la cuestión,
permitiéndolo con nuestro silencio y miedos, vamos a tener más y mucha más
hambre (con el paro incluido). Los políticos nos empobrecen, a la par que ellos
se suben en riquezas injustas y abusivas, con sus trapicheos de importarlo todo.
Pronto seremos dos millones de tabaiberos con hambre, menos los que nos
gobiernan. El hambre, ha dejado de ser patrimonio de africanos y otros, para
sentar sus posaderas entre nosotros, los del primer mundo, que contemplamos
fútbol, sin dar un palo al agua (arados y azadas). Y en El Tabaibal (antes
Canarias), donde más hambre hay de toda españa. Y, lo que más me preocupa, es
que la clase dominante, no escuche (o vea) el grito del hambre de un pueblo que
la disimula con el: “¡pío-pío (que es
como la pide el pollito a su madre la gallina, la comida)! Y, lo peor de toda esta movida o
hambruna, es que la clase política haga dejación de alimentar al pueblo (no
permitiendo la vuelta al campo), y lo derive a Cáritas, para que la Iglesia le
saque las castañas del fuego; mientras, ellos les siguen dando fútbol y carnaval
a la masa (que come deportes). Y no
es justo, se laven las manos acerca de alimentar al pueblo, y los manden a otras
manos. Ya no se come en los comedores domésticos, sino en los caritativos. Se ha
cambiado el campo por barrios, ¡y estas tenemos! Se ha llenado el campo de
tabaibas donde antes había: papas, millo, coles, garbanzos, etc., por tabaibas,
beroles, pinos, escobones, etc. (todo esto protegido, con: zarzas, cañas,
tuneras, etc., “basuras”, en decir de un pastor [Miguelito, el de Caideros de
Gáldar]). Mientras no se erradiquen las tabaibas (y cuanto ellas representan),
vamos a tener hambre, y ¡a más!, ¡mucho más! Y, el hambre, es, lo que más
humilla a la condición humana, pues la degrada..., es el hambre, la peor de las
plagas, y en ella andamos...
El Padre Báez.
-----------------------------------
VII. Diversidad de
opiniones
Finalmente, reconozcamos que se han desarrollado
diversas visiones y líneas de pensamiento acerca de la situación y de las
posibles soluciones. En un extremo, algunos sostienen a toda costa el mito del
progreso y afirman que los problemas ecológicos se resolverán simplemente con
nuevas aplicaciones técnicas, sin consideraciones éticas ni cambios de
fondo. En el otro extremo, otros
entienden que el ser humano, con cualquiera de sus intervenciones, sólo puede
ser una amenaza y perjudicar al ecosistema mundial, por lo cual conviene reducir
su presencia en el planeta e impedirle todo tipo de intervención. Entre
estos extremos, la reflexión debería identificar posibles escenarios futuros,
porque no hay un solo camino de solución. Esto daría lugar a diversos aportes
que podrían entrar en diálogo hacia respuestas
integrales.
61. Sobre muchas cuestiones concretas la Iglesia no tiene
por qué proponer una palabra definitiva y entiende que debe escuchar y promover
el debate honesto entre los científicos, respetando la diversidad de opiniones.
Pero basta mirar la realidad con
sinceridad para ver que hay un gran deterioro de nuestra casa común. La
esperanza nos invita a reconocer que siempre hay una salida, que siempre podemos
reorientar el rumbo, que siempre podemos hacer algo para resolver los problemas.
Sin embargo, parecen advertirse síntomas
de un punto de quiebre, a causa de la gran velocidad de los cambios y de la
degradación, que se manifiestan tanto en catástrofes naturales regionales
como en crisis sociales o incluso financieras, dado que los problemas del mundo
no pueden analizarse ni explicarse de forma aislada. Hay regiones que ya están especialmente en
riesgo y, más allá de cualquier predicción catastrófica, lo cierto es que el
actual sistema mundial es insostenible
desde diversos puntos de vista, porque hemos dejado de pensar en los fines de la
acción humana: «Si la mirada recorre las regiones de nuestro planeta,
enseguida nos damos cuenta de que la humanidad ha defraudado las expectativas
divinas»[35]. (de la encíclica Laudato si, de
Francisco).
No hay comentarios:
Publicar un comentario