Tabaibeando, del verbo
tabaibear...
“...llegó el
hambre... el pueblo reclamaba pan... el hambre cubrió toda la tierra...
arreciaba el hambre... el hambre arreciaba... había hambre... familias
hambrientas...” (del libro del Génesis
41, 55-57; 42,
5-7.7-24a).”.
“... años de
hambre en nuestro territorio...” (del segundo libro de
Samuel
24, 1-4. 10-18. 24b-25).
“... arrancarás
sus raíces del suelo vital...” (del salmo
51).
“... ¿el
hambre?...” (de la carta de de san Pablo a los Romanos
8,
35-37).
“... la tierra
da su fruto...” (del salmo
66).
“... tu
pueblo... no perezca de hambre...” (de las preces
de Vísperas del miércoles
II).
“... las
cosechas... la tierra da frutos abundantes...” (de las
preces
de Vísperas del miércoles
II).
... es lo que conjuga el cabildo, a diario con su
policía montada (de montes), que entre tabaibas recorren la isla al acecho y
búsqueda de algún desaprensivo -¡y siempre encuentran!- a quien multar por daño
a las tabaibas.
Por su parte la guardia civil, el seprona, le siguen los pasos y
los dos cuerpos, a las órdenes de los del cabildo desde el área del miedo
ambiente, controlan y cuidan del Tabaibal, que es prácticamente toda la isla, la
finca tabaibera, que da leche cual cabaña de vacas o ganados de ovejas y cabras
que no existen, precisamente por culpa de ellos (los tres antes citados (3) y
ellas (las tabaibas y las tabaibitas - ¡y que también las hay tabaibotas, casi
gigantes-!). Y, junto con los pinos y las retamas, forman el bosque verde de
esta más que desgraciada isla tabaibera o del Gran Tabaibal, dado que otra
vegetación no hay, y solo tenemos plantas estériles y dañinas, la gente y
animales huyen del campo, que cada vez se queda más solo, y solo ocupado por las
basuras citadas (tabaibas, pinos y retamas [también zarzas, cañas, escobones,
etc., ¡vamos, más de lo mismo, en lugar de higueras, almendros, castaños castañeros, etc., etc.]). Pues, ¡no señor!:
aquí solo tabaibas, y de ahí nuestro nombre en su día: Tabaibolandia o tierra (e
islas) de las tabaibas. Eso sí, no confundir los distintos lugares conocidos o
llamados localmente “El Tabaibal”, como el que está encima del Descojonado, y
otros, con el genérico Tabaibal con referencia a las ocho islas habida cuenta en
las ocho hay tabaibas, y en las ocho están protegidas, que, por otra parte, si
hubieran cabeza pensantes, bastaba con dedicar una sola isla de tabaibas, y
liberar a las otras siete restantes de esa plaga tan dañina para la tierra,
animales, otras plantas y personas, influyendo en el calentamiento global con su
leche que se pone a hervir con el candente sol del verano, y que explotan
saltando la leche de sus ubres prietas de tanta libertad y regocijo. En fin una
nueva jerga a incorporar en los diccionarios y a cambiar los de Geografía, que
espero para bien de la humanidad y como señal de cultura y puesta al día, todo
esto se lleve a cabo, por los organismos tabaiberiles que son los responsables
de este cambio, que solo a ellos les beneficia (por las multas que ponen por
daños causados a las pobrecitas e inocentes tabaibas. Y, en los libros
escolares, el verbo tabaibear sea a conjugar. ¿Vale?
El Padre Báez.
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28. El agua potable y limpia
representa una cuestión de primera importancia, porque es indispensable para la
vida humana y para sustentar los
ecosistemas terrestres y acuáticos. Las fuentes de agua dulce abastecen a sectores sanitarios, agropecuarios e industriales. La
provisión de agua permaneció relativamente constante durante mucho tiempo, pero
ahora en muchos lugares la demanda supera a la oferta sostenible, con graves
consecuencias a corto y largo término. Grandes ciudades que dependen de un
importante nivel de almacenamiento de agua, sufren períodos de disminución del
recurso, que en los momentos críticos no se administra siempre con una adecuada
gobernanza y con imparcialidad. La pobreza del agua social se da especialmente
en África, donde grandes sectores de la población no acceden al agua potable
segura, o padecen sequías que dificultan
la producción de alimentos. En algunos países hay regiones con abundante
agua y al mismo tiempo otras que padecen grave escasez.
29. Un problema
particularmente serio es el de la calidad del agua disponible para los pobres,
que provoca muchas muertes todos los días. Entre los pobres son frecuentes
enfermedades relacionadas con el agua, incluidas las causadas por
microorganismos y por sustancias químicas. La diarrea y el cólera, que se
relacionan con servicios higiénicos y provisión de agua inadecuados, son un
factor significativo de sufrimiento y de mortalidad infantil. Las aguas
subterráneas en muchos lugares están amenazadas por la contaminación que
producen algunas actividades extractivas, agrícolas e industriales, sobre todo en
países donde no hay una reglamentación y
controles suficientes. No pensemos solamente en los vertidos de las
fábricas. Los detergentes y productos químicos que utiliza la población en
muchos lugares del mundo siguen derramándose en ríos, lagos y
mares. (de la encíclica de
Francisco: Laudato si).
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