Hay que discernir sobre las
tabaibas...
“... entonces, comíamos pan hasta
hartarnos...” (del libro del Éxodo 16, 1-5. 9-15)./ “... teníamos provisiones, hasta la
hartura...” (del salmo 77)./ “... salió
el sembrador a sembrar...” (de Jesucristo, en el evangelio de san Mateo 13,
1-9)./ “... cabalga por la verdad y la
justicia...” (del salmo 44)./ “...
examina un terreno... planta un huerto...” (del libro de los Proverbios 31,
10-31)./ “... tierra reseca, agostada,
sin agua...” (del salmo 62),/ “...
bendiga la tierra al Señor...” (del cántico de Daniel 3, 57-88. 56)./ “... lo que uno siembre, eso cosechará...” (de
san pablo a los Gálatas 6, 7b-8)./ “...
los que sembraban con lágrimas cosechan entre cantares...” (del salmo 125)./
“... que comáis el pan de vuestros
sudores...” (del salmo 126)./ “...
comerás del fruto de tu trabajo...” (del salmo 127)./ “... la hermana madre tierra, que da en toda
ocasión las hierbas y los frutos..., y nos sustenta y rige...” (de san Francisco
de Asís)./ “... Dios está -sin mortaja-
donde un hombre trabaja...” (del himno de la hora intermedia del miércoles IV)./
“que comáis el pan de vuestros sudores...· (del salmo 126).
... en un tiempo tan crucial como el que atravesamos: la
crisis. Esto, hay que reformarlo. En este contexto, ¿cómo vivir?; ¿cómo estamos?
Estamos desconcertados. ¿Qué espero (auscultar el mundo donde estamos)? La cosa,
no está clara..., no hay (ni tenemos) recursos... ¿Cómo se cuida la isla?
Una
situación, que nos viene dada, impuesta; pero..., hay que..., proceder, si
seguir así, o cambiar. La situación, nos hace estériles..., (repito:) hay que
proceder. Esto, no se puede eternizar..., hay que elegir; nos esclavizan. Hay
que auscultar al pueblo, escuchar al pueblo. ¿Hay sintonía con el pueblo?;
¿quién orienta? Estamos aquí: ¿a dónde nos lleva esta situación (todo lleno de
tabaibas)? Estamos bloqueados, sin horizontes, sin visión..., esto, hay que
transformarlo. Hay desequilibrio..., desorden..., inoperancia..., esto, ¡hay que
tumbarlo!..., ¿a qué horizontes nos llevan las tabaibas? No es comprensible,
todo sea, y esté lleno de tabaibas. Nos hacen, menos personas... Las tabaibas,
no sirven a los pobres, sino que crean más pobres. Las tabaibas, nos machacan...
Hay que leer la realidad tabaibera, analizar la situación; ¿qué pasa?, ¿a
propósito de qué, está todo lleno de solo tabaibas?, ¿y ello, sin más? ¿A dónde
nos llevan tantísimas tabaibas? Las tabaibas, encarnan el gran (el mayor) mal;
son, la globalización -aquí- del gran mal. Las tabaibas, no mueven nada, ningún
negocio, ni industria alguna... Las
tabaibas, nos han metido en la monotonía del paisaje, en la apatía laboral, en
la rutina del hambre..., no hay iniciativas, todo sigue igual..., ¡estamos
hartos de tabaibas!, estamos (repito) machacados... Estamos engañados por las
tabaibas (cabildo: miedo ambiente, seprona...). ¿Qué interés se sigue con las
tabaibas (salvo el de las sanciones o multas por atentados contra ellas)? ¿Qué
sentido tiene la isla toda esté llena de la sola tabaiba por todas partes y
lados? ¿Son -acaso- el valor esencial para la isla? Tantísimas tabaibas,
chocan... Las tabaibas, nos aparcan, nos deshacen, nos oprimen... ¿A dónde nos
llevan las tabaibas? Las tabaibas, nos excluyen... A las tabaibas, se las
idolatran..., ¿qué generan las tabaibas? Las tabaibas, generan violencia. Las
tabaibas, nos polarizan en las mismas tabaibas..., las tabaibas nos
queman...
El Padre Báez.
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Con alegría les hago partícipes de esta opinión recogida
hoy en un medio digital, sobre los incendios en Cazadores (Telde), dado la masa
de hierbas y matorrales secos, sin que nadie pueda limpiar nada, ni animales
hayan que se la coman (prohibido el pastoreo):
Enviado el 21/07/2015 a las
18:51
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Eso pasa por tanto ecologisto que se las cre toda, llenando el
campo de tabaibas y retamas. Como no tienen idea pasa lo que pasa. El cabildo
tiene que cambiar estas leyes que están acambando con nuestros
campos
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Comentario enviado por labrador
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56. Mientras tanto, los poderes económicos continúan justificando el actual sistema
mundial, donde priman una
especulación y una búsqueda de la renta financiera que tienden a ignorar todo
contexto y los efectos sobre la dignidad humana y el medio ambiente. Así se
manifiesta que la degradación ambiental
y la degradación humana y ética están íntimamente unidas. Muchos dirán que
no tienen conciencia de realizar acciones inmorales, porque la distracción constante nos quita la
valentía de advertir la realidad de un mundo limitado y finito. Por eso,
hoy «cualquier cosa que sea frágil, como el medio ambiente, queda indefensa ante los
intereses del mercado divinizado, convertidos en regla
absoluta»[33].
57. Es previsible que, ante el agotamiento de algunos recursos, se
vaya creando un escenario favorable para nuevas guerras, disfrazadas detrás de
nobles reivindicaciones. La guerra siempre produce daños graves al medio
ambiente y a la riqueza cultural de las poblaciones, y los riesgos se agigantan
cuando se piensa en las armas nucleares y en las armas biológicas. Porque, «a
pesar de que determinados acuerdos internacionales prohíban la guerra química,
bacteriológica y biológica, de hecho en los laboratorios se sigue investigando
para el desarrollo de nuevas armas ofensivas, capaces de alterar los equilibrios
naturales»[34]. Se requiere de la política una mayor
atención para prevenir y resolver las causas que puedan originar nuevos
conflictos. Pero el poder conectado
con las finanzas es el que más se resiste a este esfuerzo, y los diseños
políticos no suelen tener amplitud de miras. ¿Para qué se quiere preservar
hoy un poder que será recordado por su incapacidad de intervenir cuando era
urgente y necesario hacerlo? (de la encíclica de
Francisco: Laudato si).
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