miércoles, 4 de julio de 2018

¿Dónde el ganado que prevenga los incendios?
 
¿Dónde el ganado que prevenga los incendios? En otros tiempos idos, sí; pero, ¿ahora, dónde y cuántos ganados y de qué, si los poquitos que quedan están encerrados en explotaciones y con prohibición de pastar? Pero, ¡si los terrenos de pastos de otros tiempos atrás, se los han llenado de pinos! Pero, ¿la falta de cabras y ovejas sueltas, así como de vacas y burros -todo eso desaparecido- está llenando la isla de cañaverales, que arden como rosquillas? Y, es que el pastor, a no ser que se refieran a los sacerdotes, que lo somos, pero de almas, ya no quedan sino un número insignificante y ridículo, ¿y van con tres cabras mal contadas –y el cabildo mata a las libres- van a prevenir incendios cuando la hierba está a la altura de las personas y tapan árboles frutales por todas partes y se les prohíbe al ganado ya casi inexistente coman nada de la tierra, sino todo y solo lo que les traen de fuera? Pero, ¿de qué hablan, cuando nos dicen desde el cabildo que por medio del miedo ambiente, que con la ayuda de los pastores -tres que quedan y ancianos- vamos a evitar los incendio? Pero ¿no es eso reírse de todos nosotros? ¡Se acabó el pastoreo tradicional!, eso pertenece ya a la etnografía y a la Historia, pertenece al pasado. La desaparición de los ganados -de forma paulatina y constante-, solo ha conseguido desaparecer el patrimonio , se han cargado el paisaje -todo muerto- y ya no se produce el fruto de los animales (queso, leche, lana, cueros, estiércol, flora, fauna, trabajo, comida, etc., etc.. ¿Y vienen los del cabildo con el cuento de los animales para evitar incendios?; ¿se refieren tal vez a los perros?, pues son únicos animales que van en aumento sin parar, pero una cabra u oveja, das la vuelta a la isla a la redonda, y no ves una, y si la hubiera, el cabildo ya saben piensa en matarlas a todas, pero, ¿de qué me hablan? No hay ya pastoreo; ya no hay ganados; ya no queda ganadería (salvo la perruna o de perralla [canina]). Todo lo tienen protegido, y no te dejan pastorear. Y, la única verdad -aunque no la quieren ver-, es: que en cuanto dejen de plantar más pinos y arranquen los que están (y que los sustituyan por árboles frutales y que no arden como castañeros y nogales), mientras esto no hagan, las posibilidades de los temidos y asesinos incendios es algo más que una posibilidad, son o serán realidades, para nuestra mayor desgracias y muertes por asfixias y quemaduras. No se olvide, que los barrancos son los grandes olvidados, donde la flora salvaje y con cañas crecen a mansalva y desbocadamente, justo donde los nogales harían su agosto, y nos darían nueces, sin la más remota posibilidad –ninguna- de incendio alguno; pero no, solo cañas y tabaibas. Y, los ganados brillan por sus ausencias. ¿dónde uno solo?
 
El Padre Báez, Pbro. 04-07-18

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