sábado, 3 de septiembre de 2016

esperanza...

Respecto a los pinos, la esperanza es...
... que la falta de lluvia, el agua que no tenemos y la hidrología que tenemos, acaben poco a poco con ellos. Pues, la falta de lluvias o de precipitaciones -como suelen decir a si llueve o no-, junto con las altas temperaturas, que como consecuencia aumentan, hacen que algunos pinos no se mantengan vivos y mueren (¡gracias a Dios!), pero  no suficiente con ello, y precisamente como consecuencia de ello, la problemática de los pinos se agrava si tenemos en cuenta que se aumentan las plagas que haciendo honor a su nombre van por todas partes ya, y me refiero a la procesionaria, que ascienden en número y en altura.
Y a todo esto el cabildo ciego, no ve sino nuevas plantaciones por hacer en Veneguera como en toda la isla, en una próxima entrega de 350.000 pinos más (para que mueran irremediablemente, sin que ingeniero o “técnico” alguno vean la situación y sigan adelante, ¡con un proyecto absurdo, propio de demencia, de locura o esquizofrenia! Cualquiera que salga al campo, con ojo avizor, puede comprobar lo que digo, y añado: miren al cambio climático y sus consecuencias; van a decaer todo lo forestal como consecuencia de la totalidad o masa de pinos, que sin ellos la cosa sería más llevadera, y que ellos agravan, pero sabia la naturaleza, ella misma soluciona el asunto; que no sigan -por lógica y cordura- en esa gestión absurda de seguir plantando lo que va a desaparecer y ya ha comenzado sin la acción del hombre -que debiera complementar el proceso (arrancando, cortando, aclarando, distanciando, eliminando, etc.); que la sequía va a ir a más, y a más el que se sequen los pinos, o mueran -que es lo mismo-, y ello ayudado además por las plagas consecuentes, como la citada y otras. Situación ésta que me llena de alegría, pues el paisaje pudiera recuperar su antigua fisonomía en unos pocos años, y se pudiera recuperar lo nativo, y hasta volver lo autóctono y endémico. Ya hay zonas donde el cambio del clima (o climático se está cebando con los pinos [amarillos, secos, raquíticos, etc.]). Es decir están muriendo los pinos, por lo general, y el cabildo y su “técnicos”, con ingenieros incluidos siguen en el empeño de llenarlo todo de pinos, es decir: convertir la isla en un cementerio de pinos, tragedia para ellos (los del cabildo) y fortuna para todo el pueblo (campesinado o no, que podrá volver a la agricultura y a la ganadería [si es que para entonces queda un cabra viva, pues sabida es la sentencia de muerte a tiros que pesa sobre ella, según comunicación al Diputado del Común, y que a su vez me remitió Don Jerónimo Saavedra]).
El Padre Báez, que se alegra porque los pinos se secan, por el calor y falta de agua, y el paisaje recupera su verdadera orografía, y así el proyecto absurdo de un cabildo equivocado, que no ha visto sino pinos para plantar (y cabras para matar), sin darse cuenta de la gravedad que el hecho en sí implicaba, y tanto que ha llegado a ser alarmista la cosa o situación, como se puede ver (repito) saliendo al campo: donde ninguna medida cabe, sino esperar a que mueran sin más, en más o menos tiempo, pero ese y no otro va a ser el final, que ya ha comenzado. Y es que a pesar de ser “técnicos” e ingenieros, han ignorado, o han escondido la cabeza como el avestruz para no ver lo que está al alcance hasta de los tontos, que no se debe seguir plantando pinos, sino desaparecerlos, que no dan comida y este pueblo pasa hambre y la pinocha no se come, y el cabildo decidido a agravar más aún la situación sin frenar el seguir plantado pinos, y ello como a la desesperada, situación que no es normal, pues con ello han agravado y siguen agravando la salud no solo de la tierra sino también la de sus habitantes, por lo cual debieran rendir cuenta ante algún tribunal libre, por culpable de: derroches, de acabar con endemismos, exterminar lo nativo, etc., y de tanto y tanto (robar tierras, mentir al pueblo, engañar a campesinos, etc., etc.), pues no es normal el plantar y plantar y no dejar de plantar, solo y todo de pinos; pero, ¿esto qué es? Y eso, que un servidor viene denunciando públicamente (aunque los medios de comunicación jamás se han hecho eco de ello) más de cuarenta años (justo desde cuando estuve de párroco en Tejeda) de la tragedia que esto supone para ellos (el cabildo, [que tiene negocio en ello]) y nosotros (el pueblo engañado y manipulado entregado al fútbol). La problemática de los pinos es grave, y en lugar de solucionar el problema con el corte y demás de los pinos siguen plantándolos conociéndose el final: la muerte de todos ellos, por sí mismos, al no tener recursos para sobrevivir, y los responsables del cabildo como si nada, siguen adelante con su tarea de seguir plantando más pinos, sin ver el resultado visible y notorio, de dicha demente acción (acción de la que desistirán en la medida de no comprar los miércoles, ¡ni agua para beber! En ello está implicada cada vez más la población, según testimonios que a diario recibo, como el de más abajo.
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Padre Báez, súmeme a mí y a mi familia, amigos y vecinos que hemos echado el cerrojo a todo comercio si es a media semana (los miércoles). Gracias por la idea de su abogado amigo. Soy Pepe Sánchez, que le saluda y le muestra mi respeto.
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“... no juegan limpio... y pasamos hambre... nos persiguen... nos tratan como a basura... el desecho...” (1 Cor 4, 6b-15). / “... hacen lo que no está permitido...” (Lc 6, 1-5).

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