domingo, 18 de mayo de 2014

parar ya


Mes de la flores, mes de la flor más hermosa…

María, con S. S. Francisco…

María en La alegría del Evangelio (Evangelii Gaudium)…

AS FLORES

… y le decimos:

 

Virgen y Madre María,

tú que, movida por el Espíritu,

acogiste al Verbo de la vida

en la profundidad de tu humilde fe,

totalmente entregada al Eterno,

ayúdanos a decir nuestro “sí”

ante la urgencia, más imperiosa que nunca,

de hacer resonar la Buena Noticia de Jesús…

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Stop a la tabaiba (Continuación 3ª)…

 

… nos están repitiendo y manteniendo un grave error. Siguen en el deterioro del medioambiente, con una planta que es contaminante, que deforesta (como dijimos ayer). Es excesiva su presencia, podemos afirmar que es ilimitada, sin más. Hay una sobre explotación de la misma. Otros recursos no son posibles. Se agota y es agónica la agricultura y la ganadería. Solo se cultiva tabaibas. No se respeta la naturaleza de este archipiélago; lo están cambiando totalmente y de forma exagerada y abusiva. El actual Sumo Pontífice, el Papa Francisco, en su Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium o lo que es lo mismo: “La alegría del Evangelio”, dice literalmente: “… la desertización del suelo (cosa que hace la tabaiba) es como una enfermedad para cada uno, y podemos lamentar la extinción de una especie como si fuera una mutilación…”, y en nuestro caso, las especies desaparecidas son ya demasiadas, solo campean tabaibas, pinos y pájaros azules (permítaseme la licencia última). No quiero citar en este orden, manifestaciones afines -para no cansar- de los Papas anteriores (Benedicto XVI, Juan Pablo II, y Pablo VI [gustoso lo haré a quienes me lo soliciten], con lo cual quedará clara y evidente la posición de la Iglesia sobre el tema que nos ocupa y preocupa. Mientras, espero con ansias la Encíclica que sobre el tema prepara el actual Papa Francisco, ya citado. Repito y digo: la destrucción de nuestro medio ambiente, es palpable, evidente, salta a la vista; no se preserva la tierra, que es nuestra casa y nuestra madre, nuestra riqueza y nuestro sostén. Todo lleno de tabaibas es la muerte de la tierra y para un servidor, una gran inquietud y desasosiego, que a diario -por un año- manifiesto…

(continuaré).

 

El Padre Báez.

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