domingo, 4 de mayo de 2014

correos


Mes de mayo (día 4), mes de María…

Mes de la flores, mes de la flor más hermosa…

María, con S. S. Francisco…

María en La alegría del Evangelio (Evangelii Gaudium)…

Flores, assim, não tão raras

 

… Al pie de la cruz, en la hora suprema de la nueva creación, Cristo nos lleva a María. Él nos lleva a ella, porque no quiere que caminemos sin una madre, y el pueblo lee en esa imagen materna todos los misterios del Evangelio. Al Señor no le agrada que falte a su Iglesia el icono femenino. Ella, que lo engendró con tanta fe, también acompaña «al resto de sus hijos, los que guardan los mandamientos de Dios y mantienen el testimonio de Jesús» (Ap 12, 17)…

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Correspondencia tabaibera…

 

… a continuación les recorto y abrevio parte de lo que es una larga correspondencia entre alguien -cuyo anonimato mantengo-, y un servidor sobre el tema de las tabaibas.

 

Esto le escribo:

Manteniendo la amistad, Don CCC, le puedo asegurar: ¡no miento!, tengo papeles y personas, que le pueden demostrar a usted, cuanto digo; otra cosa es, que por el sigilo sacramental, no pueda dar nombres y lugares, fechas y cantidades. Por lo pronto, en este escrito, usted mismo ratifica se va a... enterar lo que cuesta una multa por cortar una tabaiba amarga (sin permiso)... Según sus propias palabras: ¿multan o no multan?  Mi condición de sacerdote, no me permite desvelar fuentes. Le hablo de doncellas, sin decir quiénes son ellas. En cuanto a lo que difundo, lo hago en defensa de los pobres y más desgraciados, como son todos aquellos que se arriesgan a hacer algo, y les caen con multas por todo y por nada. Y usted lo sabe; y sabe no miento. Miente el que calla la verdad, y un servidor, se mueve en ella, ¡téngalo por seguro! Por multa de 300.000,00 euros y seis meses de cárcel, se tiró uno a un estanque dejando viuda y dos niñas (su delito: abrir un camino desde una pista de tierra a lo suyo, y arrancar algunas tabaibas, retamas, tajinastes, etc., solo quería plantar papas, pero lo hizo todo sin permiso, y...; y no sigo, porque pudiera desvelar personas, pero conozco varios casos (de suicidios), y de multas...

 

Esto me contesta:

“…la amarga no está protegida y por tanto no se pueden poner multas. Me refería a la tabaiba dulce, que esa sí está en el anexo de Flora silvestre y hay que solicitar permiso. Le confirmo que quiero enterarme de la posible sanción. Lógicamente no necesito saber más detalles del caso que usted refiere, sin duda se ponen muchas multas injustas y sin sentido, el Seprona más que el Cabildo por cierto. Pero me supongo que la cuantía que usted cita, debe ser por alguna cuestión más. No entro a valorar si está justificado o no, pero me extraña que una cuantía tan alta sea solo por cortar plantas. No obstante, también coincido en que para que haya agricultura tiene que haber accesos y que la normativa es muy restrictiva con las pistas. Hay demasiados técnicos que no entienden, que los agricultores tienen que acceder a sus terrenos con tractor o con su coche y no en burro o a pie. Saludos.

  

 

Sin más (por hoy).

El Padre Báez.

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¡Perdonen: va otra!:

 

                                                                                                                      Ingenio 2 de Mayo del 2014

 

 

 

              Querido Padre Báez: Ya sabe el respetuoso cariño y la admiración que siento por  usted. En nombre de esa amistad me gustaría erigirme en defensora de la tabaiba. He leído todas sus acusaciones y me gustaría aportar algunos datos que la libren del castigo del odio y la indiferencia.                         

 

                Debo comenzar por decir que algunos estudiosos aseguran que  la palabra tabaiba es de origen guanche y que ya se usaba en el siglo XV. Hay muchas plantas parecidas en América latina y se conocen con el nombre de tapaiba. Como soy una fabuladora quiero imaginar que el nombre se lo debió poner los canarios llevados a esas tierras  al principio del descubrimiento.

             Comienzo recordando mi infancia, cuando el chicle venido de las Américas era un artículo de lujo para los niños de mi entorno. Entonces recurríamos a la tabaiba para estar a la moda. Dejábamos coagular  su savia  hasta que se convirtiera en una masa blanca, semejante a la goma, y la masticábamos. Al principio  era muy amarga; pero después se transformaba en un eterno chicle que podíamos masticar días y días. Cuando nos cansábamos de él lo utilizábamos como pegamento para decorar las libretas, carteles y trabajos manuales. Curiosamente, sesenta años después, en una escuela de una de las islas, donde la crisis ha sumido en la miseria a la mitad  de  los niños, una avispada maestra, conocedora del medio, ha vuelto a utilizar la savia de la tabaiba como goma de pegar para sus trabajos en el aula.

             Sabíamos que tenía una cierta dosis de veneno, aunque no era  tóxico para las personas. ¿Qué cómo lo sabíamos? Seguramente  era una de esas cosas  que se conocen sin saber por qué; uno de esos aprendizajes grabados en la mente por  nuestro ancestro cultural siguiendo las leyes de la naturaleza. Tal vez mis antepasados también machacaban la tabaiba y las pencas de cardón para pescar en los charcos o puede que el conocimiento proviniera de la simple observación  de la naturaleza.

              Recuerdo que las mariposas que se criaban en las tabaibas eran las más hermosas, y a pesar de sus llamativos colores los pájaros no se le acercaban. Hoy sé, que justamente vestían esos llamativos colores para avisar de su carga venenosa.

             También sé que cuando iba a buscar caracoles, nos dirigíamos directamente a las tabaibas porque ellos se protegen bajo la planta, desovan junto a sus raíces y están siempre en sus alrededores. Añado además, que bajo sus sombras  y su lechosa savia se protegen multitud de insectos, lagartos, lisas y saltamontes.

           Sí que aprendí, por mi abuelo, maestro, enamorado del campo y la agricultura, los efectos de la erosión y que gracias a las plantas de tabaibas se mantenían intactas nuestras secas laderas.

              Desde luego, lo que le estoy contando no lo leí en ningún libro, ya que en mi infancia nada canario interesaba ni se escribía. Es sólo producto del aprendizaje experimental del entorno. Imagino que los técnicos de medioambiente, que sí están preparados, tendrán argumentos suficientes para proteger la planta.

           Yo la respeto y siento una inmensa ternura  por ella. La principal razón es su derecho a la vida y al espacio. ¿Acaso tienen más derecho las publicitadas margaritas o los lirios silvestres? Fíjese si la respeto que hasta le hice un poema…

          Dice así:

     Taba, tabaiba

     Tabaiba dulce,

     Tabaiba amarga.

Palmeral de los pequeños

soberbio  drago enano.

paragua de los insectos,

la cuna  de los chuchangos,

el lechoso pegamento

y el amargo chicle sano.

     Taba, tabaiba,

     ¡Qué amarga savia!

 

Quisiera creer, con eso de que “Dios escribe derecho con los renglones torcidos” que su enfado se debe a que la utiliza como metáfora para enseñarnos algo que no atino a comprender. Espero que me lo explique y llegar a un entendimiento.

 

      Respetuosos abrazos de su admiradora y amiga Pepa Aurora.

 

¡Cuantas veces he leído y escuchado aquello de: si con esto solo a una persona le hizo bien, bien valió la pena! Pues eso es lo que digo con referencia a este correo: si los 94 comentarios que he hecho en torno a las tabaibas, han servido para este correo de Pepa Aurora, lo doy por bien empleados. La autora de tantos cuentos e historias infantiles, inteligentemente ha adivinado -sin saber qué- qué se esconde detrás de todo esto. Pues le respondo (a ella y a todos): la palabra tabaiba es sinónimo de toda esa clase de hierbas malas, arbustos y “basuras” -como las llaman algunos pastores-; la palabra tabaiba engloba, pues: retamas, vinagreras, cañas, cardones, pitas, etc., etc., que prohibido tocarlas, han posibilitado la desaparición -casi- de la agricultura y ganadería. Comprendo, que una poeta, vea el lado estético, lírico, romántico, etc., de las plantas -en este caso-, pero, fiel a mi mismo -y no por cabezonería-, sino porque es una promesa y son muchísimos, los que esperan gustosos los que quedan (exactamente 271 [ya tengo preparado hasta el 165]).

¡Dios mío, cómo me iba a enfadar con Pepa Aurora!; es un lujo, nos hay regalado esta defensa de las tabaibas, que por poco, me hace decir: yo pienso igual que usted (en el fondo: sí, pero…)

Pepa Aurora, gracias mil, por cuanto dice de bien sobre la tabaiba.

Saludos a Don Jesús. Para ambos mis mejores deseos, y ¡ojalá medio ambiente no les visite!; ¡ni el Seprona! Siempre encuentran algo por qué multar, y eso hace que nadie toque nada, salvo que… ¡no sigo!

Cordiales saludos.

 

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