Mes de mayo (día 27), mes de María…
Mes de la flores, mes de la flor más hermosa…
María, con S. S. Francisco…
María en La alegría del Evangelio (Evangelii
Gaudium)…
… 125 […]…Pienso en la fe
firme de esas madres al pie del lecho del hijo enfermo que se aferran a un
rosario aunque no sepan hilvanar las proposiciones del Credo, o en tanta carga
e esperanza derramada en una vela que se enciende en un humilde hogar para
pedir ayuda a María, o en esas miradas de amor entrañables al Cristo
crucificado…
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Cáritas y las tabaibas…
… Cáritas, da comida y leche; las tabaibas, dan nada y leche amarga.
Se protege a las tabaibas, no a los pobres. Una cabra, le da leche; las
tabaibas también; la leche de las cabras, se bebe, se toma, se hace queso con
ella; la de las tabaibas te dejan ciego, te envenenan, te matan. La Doctrina Social de la Iglesia, anima
a la acción y a promover la cooperación; los políticos ayudan a las tabaibas.
Las tabaibas solo producen bien a unos pocos que viven de las multas por no
tratarlas con “caridad” o cariño, pero nada hacen por matar el hambre a los
pobres; y es que la clase política no trasciende, no gusta hacer el bien a los
demás, sino a ellos mismos. El cabildo se beneficia de la protección de las
tabaibas, al tiempo que no es solidario con el pobre, al que se le impide comer
de la tierra; ésta, la tienen entregada en su totalidad a las tabaibas. No hay
un desarrollo rural o del campo, sino un beneficio particular del control
absoluto del mismo, entregado a una planta dañina, y robada la tierra al
campesino, al que se le castiga si intenta comer y trabajar de y en su tierra.
Casi dos millones de personas, vivimos en el campo, pero no del campo.
Abandonado el campo, casi dos millones de personas, viven hacinadas,
concentrados en núcleos poblacionales de y en pobreza que va a más. Antes, el
campo estaba en manos del campesino que trabajaba y comía; ahora en manos del cabildo,
nadie come de la tierra nuestra y crece el paro, a la par que la tabaiba
envenenadora extiende su poderío de hambre y muerte, sin freno. El cabildo
controla la tierra, y prohíbe cualquier trabajo de agricultura, que no sea el
de su ridícula y minúscula granja en bañaderos, donde ni hay eficacia ni
sostenibilidad posible, sino un engañabobos con cursos y más cursos, a la par
que no se aprovecha la sabiduría de los pocos ancianos agricultores y pastores
que nos quedan, que pudieran transmitir la sabiduría ancestral y de siglos a
puñados de jóvenes para que reciban el testigo y mantengan lo de siempre. La
tierra, solo para obtener beneficios para ellos desde las multas por cualquier
acción ganadera o agrícola; toda acción en el terreno, sea la que sea, toda es
punible, con multas que aterran y asombran por su cuantía, y ello sin cometer
delito alguno, sino el intento de sobrevivir, justo lo que tienen prohibido,
con una excesiva vigilancia y tal, que nadie escapa como se arriesgue a hacer
algo. Ya la economía verde, no existe en el Tabaibal. Se ha dejado la
agricultura y la ganadería; no tiene cabida en la isla e islas, sino la sola
tabaiba. Mientras el número de candidatos a comer de Cáritas (de la comida que
los pobres -también- creyentes practicantes depositan en las sacristías de los
templos católicos, cuando vienen a la celebraciones de las Misas)…
El Padre Báez.
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