Solo una pregunta:

¿Pueden estar tantos millones de jóvenes y no jóvenes equivocados, y en la verdad los cuatro que se han excluido y se han desprendido de la Iglesia universal o católica, en esa incontable juventud, que en edad de razonar y cuestionarlo todo aceptan al Santo Padre, como guía que les lleva a Cristo, en la verdad y fidelidad del Evangelio, a la par que unos pocos rebeldes y desobedientes, soberbios y enviados del enemigo, meten más ruido que todos los millones de obedientes y humildes que aceptan con alegría la paz de sus espíritus, jóvenes, que han cruzado

 fronteras, y en un nuevo Pentecostés de multiplicidad de lenguas se han entendido en la fraternidad que nace de Cristo, que los une a Dios, a través de su Vicario el Papa, que ha venido a Madrid a darnos la confirmación de la fe, y que al margen de la fe, es el líder mundial sin competencia, y por ello el más criticado, por los enemigos de la verdad, que la rechazan y viven en el error de seguir sus pasiones, sin perdón, porque lo rechazan, y que estos millones de jóvenes, nos han enseñado a humildemente a arrodillarnos y recibir el perdón de los pecados, que con la entrega de las llaves Cristo dio a Pedro, y que abre a la gracia, con la absolución, jóvenes que nos han traído la esperanza en un futuro en el que el catolicismo como fiel a Cristo, camina con fuerza y ampliamente, de forma universal, más allá de colores e idiomas, países y lugares: la Iglesia de Cristo, fundada por su Espíritu según la voluntad del Padre, que delega en hombres la continuidad de sus acciones: bendecir, consagrar, predicar, perdonar, bautizar, etc.; van a tener estos cuatro equivocados la verdad de sus disparates contra la mismísima voluntad de Dios, y que custodia fielmente la Iglesia?

El Padre Báez, que solo se hace hoy esta pregunta (¿equivocados millones y millones y acertados cuatro desenganchados de la Iglesia?).