miércoles, 17 de agosto de 2011

La Gracia


Puesto que en estos comentarios sobre el evento del siglo: los jóvenes católicos -por tanto del mundo- con el Santo Padre, el Papa, Benedicto XVI, en Madrid, varias veces, ha salido ya el término o palabra “gracia”, razón, por la que hoy, quiero dedicarle mi comentario diario a la JMJ (lo de la “M”, se me antoja: “Mundial [que quiere decir “católico”], y a la vez, también “Madrid”).

Por lo pronto, del griego “kharis”, pero es más extensivo en la Biblia, que tiene el significado de lo nuevo o el cambio respecto a Jesucristo; es el don de Dios, que nos da a su Hijo; se trata de la generosidad del dador. En latín “gratia”, y ya en castellano “gracia”, si bien para los hebreos, era algo así como “favor”.

Todo esto, fue prometido, y cumplido en Jesús. Dios que da. Los hombres reciben de Dios. Es, una de las definiciones de Dios: Dios se llama Gracia, que se manifiesta en su misericordia. La gracia de Dios, es una vida más plena.

La gracia de Dios, se manifiesta, en su generosidad; es la iniciativa gratuita de Dios, que elige, por amor. Gratuidad que escoge y que da.

La gracia sobre los elegidos, tiene por efecto la generosidad de Dios que lo bendice; algo más que una protección, pues con ella recibe: vida, alegría, fuerza, gozo, unión con Él (Dios mora en él), y en él de alguna manera se ve el rostro de Dios...

A todo ello, hay una respuesta: consagración de la vida a Dios. Y vendrá su Espíritu.

La gracia de Dios, se reveló en Jesucristo: Dios, nos dio a su Hijo (generosidad total [divina]). Es, la ternura y la fidelidad de Dios. La paz, es la compañera de la gracia. La gracia es, la acción de Dios. Con la gracia, nos viene la verdad. Dios es amor, y Jesucristo es gracia. Jesús, don del Padre.

La gracia es gratis. Y hay diversidad de gracias. La salvación es don de Dios. La gracia abre la generosidad infinita de Dios.

Y la gracia, es fecunda. La gracia, hace que la fe, produzca obras (frutos). La gracia empuja a la actividad. La gracia transforma y actúa, y requiere una contribución o ayuda, una colaboración por nuestra parte, obedeciendo a la gracia. La gracia, no falta nunca. La gracia, nos hace nacer de nuevo; es el Espíritu que anima. El cristiano de verdad, vive en la gracia, de la gracia, con la gracia. Vive de una forma nueva con Cristo. La gracia, se experimenta. La gracia, libera del pecado. Sus frutos, son la santidad. El don por excelencia de Dios, es el Espíritu, que testifica y nos hace llamar a Dios “Abba”, nos hace hijos.

El cristiano, encuentra descubre- en la gracia, la fuente de su vida, se siente orgulloso de esa filiación y vida en Dios, sin jactarse de ello. Con la gracia de Dios, el hombre, es más hombre.

Por eso, hay 200 confesionarios en Madrid, ellos son las fuentes de las gracias, entre otras.

Y todo esto, de alguna manera los millones de jóvenes que vienen a Madrid, o se quedaron con las ganas, y están como si hubieran vendido, pues están atentos a lo que allí suceda, en diversas catequesis de confirmación y otras, todo esto que va en esquema, se les y lo amplían y profundizan, aquí -como siempre- una apretadísima síntesis.

El Padre Báez, aportando su granito de arena, al hecho más noticiable a nivel mundial, que impacta y llena de peregrinos el mundo hacia Madrid; y cuando no, la mirada y el oído atento, a la voz, del que es gracia, y regalo del Padre: el Santo Padre, Benedicto XVI. ¡¡¡Bienvenido!!!, y ¡¡gracias!!

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