Con motivo del debate-coloquio en EL DÍA, del pasado día 10 (del cual tendrán resumen el Domingo día 14 en ese Medio de Comunicación Social, toda vez, que llego a Santa Cruz de Tenerife a las 10,00 y el encuentro entre independentistas era a las 13,30 tuve tiempo de dar un largo paseo por entre la ciudad, no debiera decirlo, pero por aquello de ser sincero y contarlo todo, que, casi en mala hora, pues no podía avanzar sino con gran dificultad, pues por todas partes, el saludo en estos o parecidos términos: “¡Padre Báez, usted por aquí!”, “¡qué alegría conocerle y así durante tres largas horas en las que además de atender y sonreír, hablar y agradecer, pude ir tomando nota de la gran similitud, que hay entre las dos capitales canarias o tabaiberas, que salido de la Concepción -¡maravilla de templo, con su riqueza interior y magnífica torre!, salgo y me dirijo hacia el auditorio, para una vez más contemplar su estructura, y heme aquí que pregunto a un señor -había trabajado 30 años en Salinetas, me contó- :¿Qué nombre es el de esa ermita?, y me contesta que es la Iglesia más antigua de Tenerife y que es la ermita de San Telmo; y cierto allí junto al mar, al puerto, como aquí San Telmo también junto al antiguo puerto de Las Palmas, que conocí de niño estudiante donde hoy está el monumento a la vela con forma de cuchillo; y pienso las dos islas iguales, pero sigo hacia el auditorio -paseando- y me encuentro que junto al auditorio, está metido dentro del mismísimo mar, el castillo de piedra negra, y pienso, que exactamente, y en la misma dirección y casi distancia, también aquí, frente al Hospital Insular, tenemos idéntico castillo, también metido en el agua; sigo y reparo en la similitud, y en la copia una de otra, en cuanto a ermitas, castillos, y me fijo y caigo en la cuenta, que entre ambas obras, tanto allí como aquí, han metido un adefesio, que no pega ni con cola, y son: allí el dicho auditorio, y aquí, la dichosa “señora guanche” de hierros retorcidos.
personalmente!”, “¡qué sorpresa: el Padre Báez!”,
Y ya en un plan jocoso, al ver allí el rabo de gato, me digo como en el gran tabaibal o secarral -según con todo acierto, dice Don José Rodríguez-, que no acabando ahí las similitudes o igualdades, veo, que hasta en el nombre se han copiado con un “de”, pues siendo allí Santa Cruz, y aquí Las Palmas, ambas a la par y no se quién copiando a quién (presumo que Las Palmas a Tenerife), pusieron, para alargar el nombre y darle pertenencia y lugar más preciso -y que para un servidor sobraba y sobra-, vinieron a poner: Santa Cruz de Tenerife y Las Palmas de Gran Canaria, pues ¿que creían?: ¿eran de la Conchinchina?, ¡no te digo!
Pues ahí están: dos ciudades tan iguales, que pasan por tener las mismas ermitas, los mismos castillos, en el mismo orden, el mimos adefesio, el mismo rabo gato, el mismo de, y si tan iguales son, me pregunto: ¿a qué ese constante compararse que si yo menos que ellos, que si ellos más que nosotros?
El Padre Báez, que no ve diferencia entre las islas y ciudades hermanas, y si diferencias, alegría porque la otra nos gana y es un estímulo para superarla, pero nunca por envidia, sino por deseo de superación.
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