sábado, 15 de marzo de 2014

miel

Si al menos hubiera miel de tabaibas…

 

… pero, ¡es que ni eso! Ni las abejas se atreven a libar la flor de la tabaiba, porque morirían, caerían muertas al suelo. Y es que esa flor amarga como la hiel, no es apetecible por las que nos regalan con el dulzor de su miel, cosa rica, y que, ¡vaya usted a saber!, si la desaparición de las abejas, se debe -en parte- que las muertas de hambre, al chupar de las tabaibas, se han muerto, en acto desesperado de comer algo, y lo pagan con la vida. Toda vez que no afirmo nada, al respecto lo dejo como hipótesis y que sean otros los que averigüen, qué hay de verdad o acerca de ello. Por de pronto, ningún bien se sigue de las tabaibas, aunque deben tener algún potencial por descubrir, pero que protegidas, tampoco se podrá obtener nada de ellas. Por lo pronto las buscadoras de polen, o de flores (las abejas), las desprecian, ¡que ya es decir! Y es que si por parte de magia, las abejas pudieran soportar el veneno de la leche de la tabaiba, y la convirtieran en miel, ¿quién y dónde el guapo, que coma o endulce su desayuno con esa miel lechosa envenenada? Queda claro, que la sabia naturaleza, rechaza lo que el hombre protege, como si con ello nos fuera la salvación (me refiero a la económica; y sí, para ellos, los del cabildo, que tienen en las tabaibas asegurado el sueldo, cobro o pago a su personal, que se lo saca al incauto y sencillo campesino, que no sabe de leyes, hasta que les llega la receta). Pues lo dicho, la flor de la tabaiba, es rechazada por las que viven de flor en flor, que es cosa de tomar nota: ¿por qué las abejas rechazan las flores de las tabaibas ya sean dulces o amargas?, ¿eh?

 

El Padre Báez

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