martes, 11 de marzo de 2014

dignidad


La tabaiba, superior en dignidad, respecto al hombre…

 

… que el principio: la naturaleza está al servicio del hombre, y no éste a la otra, emana desde la Creación. Aquí, contrariamente, la tabaiba tiene a su servicio a toda la comunidad autonómica, región, archipiélago o como se la quiera llamar. Grave, que el hombre haya perdido dignidad ante una planta, que se lo usurpa y le gana, y así las cosas, el hombre sometido a la tabaiba, vive para protegerla, respetarla, y amarla. Bajo, baja, muy bajo ha caído la condición humana en este territorio, donde el hombre no cuenta, y ante la tabaiba ya puede -como ha pasado, y está pasando y pasará- perder la vida, pero no la protección de la tabaiba; aquí, el desprotegido, es el hombre, todo hombre, los hombres, los que en otro tiempo -y según quiénes- eran, es y son los dueños de la creación, y por tanto de la naturaleza, menos aquí en donde la dueña es la tabaiba que somete al hombre y lo doblega a un respeto desmedido -porque pienso-, que un respeto normal y general a la naturaleza, es hasta un deber -pero sin pasarse-, no es de recibo, ni hay en ello lógica alguna, salvo la que tantas veces ya, hemos dicho: la recaudatoria, a cuyo fin se la protege, para poder multar y cobrar a costa de matar física y moral, espiritual y real al hombre que se pase con ella, al pretender abrir un camino o pretender sembrar en lo suyo algo, cosa imposibles de hacer ambas, si de por medio se ha establecido la tabaiba. Tabaiba, que ha puesto en segundo orden y detrás de ella al hombre de estas ínsulas, destinadas a solo estar con color verde, la tabaiba grisácea y amarillosa, si está en floración.

 

El Padre Báez.

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