leche-leche

La tabaiba habla…

 

… y esto es lo que nos dice: he construido una casa, mi casa (el archipiélago); me he plantado en las siete islas (también en La Graciosa); les he preparado a los antes canarios (ahora tabaiberos), un banquete; les tengo servida la mesa; he despachado con mis criados, para que me protejan; ¡y bien que lo hacen!; quiero que anuncien por todos los rincones, por los cuatro puntos cardinales, que les tengo leche preparada. Los que tengan hambre, que vengan todos a mí; quiero alimentar a los hambrientos; ¡vengan a beber mi leche!, que la tengo sobrante; no me tengan miedo, y vengan y beban abundantemente; los invito a todos; es mentira que yo sea la muerte; quien me pruebe, no me aborrecerá; gracias a mí, alargarán sus vidas; mi leche, es de muy buen provecho; no tengan miedo de mí; ya ven, cómo me acerco a sus casas, por todos los terrenos y caminos; me plantan en sus parques y jardines, soy inofensiva; ya ven cómo domino todas las islas, no soy mala; también yo soy dulce; no todas somos amargas; soy dulce y sabrosa; vengan todos a comer de mí (perdón: a beber de mí); alimento las almas, también los cuerpos; embriago y lleno; les deleito con mis sabores; participen todos de mi leche abundante; les invito a todos; ¡vengan a mí!; acérquense a mí; yo soy la leche que les alimenta y fortalece; beban mi leche; al que beba mi leche, ¡no le pasará nada malo! Es verdad, no les engaño; mi leche es gruesa, es pastosa; mi leche es mejor que la condensada, la asturiana, la manchega; mi leche, es única, excepcional, la mejor; mi leche, es tu leche; yo quiero ser leche tuya, emblanquecerme en ti, vivir en ti; quiero transformarme en ti; tómame y bébeme, ¡y sabrás lo que es bueno!; mi leche es vigorizante, es leche-leche; ¡qué asco la leche de cabras, de ovejas o vacas!; leche-leche, ¡la mía!...

 

El Padre Báez.