martes, 21 de mayo de 2013

Popurrí 597 y "La hermana madre tierra", es el campo.


POPURRÍ 597:

En el Año de la Fe (221): Hay que autoformarse en la fe.

 

fotos de flores 3 - foto de flor de calendula

Mes de María.

21 de mayo.

Ella, la del bendito seno.

 

 

Al habla el historiador (221):

 

Contra la pobreza, no hay que salir a las calles...

... hay que salir al campo.

 

Una concentración manifestándose frente a un ajuntaymieno...

... no consigue, ni trabajo ni comida. Vayan al campo con una azada.

 

Si se abandona el campo, y todo el mundo se viene a vivir a barrios...

... ¿no va a haber hambre y paro? Hay que volver al campo.

 

Hay que movilizarse hacia el campo...

... no con pancartas, sino con semillas y papas de plantar.

 

Solo hay que protestar contra el cabildo...

... que mantiene el seprona y el miedoambiente contra todo lo que se mueva en el campo. De ahí: el hambre y el paro.

 

No hay que exigir ayudas, hay que exigir...

... la vuelta al campo, para no necesitar ayuda, ni de Cáritas.

 

Para salir de la pobreza...

... hay que salir a los cercados, a las cadenas, a las fincas, a los bocados, a las terrazas (de tierra), a los pinares, etc.

 

El campo da de comer, según se plante...

... si tabaibas, bebemos leche tabaiba; si pinos, pinochas; si retamas, flores; etc.

 

Si se plantara millo, tendríamos gofio...

... si tuviéramos ganado, leche de aquí, y queso de aquí.

 

Insisto, hay que manifestarse frente al cabildo...

... y no exigir su desaparición. Es el mayor enemigo y peligro del

campo.

 

Los pinares han quitado tierras de cultivo y pastoreo...

... y de esos polvos, estos lodos.

 

Para subsistir, hay que volver al campo...

... para el autoconsumo.

 

A no ser que vayamos a la granja del cabildo en Bañaderos...

... que allí hay agricultura y comida, ganado y leche. También un mercadillo quincenal (me parece). Todo al mejor precio.

 

Repito, la agricultura de secano...

... da unas cosechas estupendas, inmejorables.

 

Hay que recuperar las tierras llenas de retamas, tabaibas, pinos...

... y demás basuras protegidas (con permiso).

 

Hay que arar más, sembrar, surcar, cavar, rastrar (limpieza de hierbas y matojos malos)...

... y menos campos de fútbol (a diario).

 

El único uso serio que se hace del campo, por ahora (y debe cesar), es...

... correr, haciendo maratones. Y no, no; el campo, no es para eso.

 

Ejemplo de lo que no se debe plantar (no da comida), en Telde...

... plantan: palmeras, dragos y tabaibas.

 

Saldremos de la crisis, cultivando...

... y no siempre hace falta agua, para cultivar.

 

Inglaterra, quiere salir de la comunidad europea...

... la misma que nos arruinó. Epakistania, sigue en esa ruina.

 

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“... los justos se alegran, gozan en la presencia de Dios, rebosando de alegría..., alegraos en su presencia..., el Señor pronuncia un oráculo, millares pregonan la alegre noticia...” (Salmo 67).

 

“... ¿no vas a devolvernos la vid, para que tu pueblo se alegre contigo? Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación?...” (Salmo 84).

 

“... que canten de alegría las naciones, porque riges el mundo con justicia, riges los pueblos con rectitud y gobiernas las naciones de la tierra...” (Salmo 66).

 

“... Dios todopoderoso, de quien dimana la bondad y la hermosura de todo lo creado, haz que comencemos este día con ánimo alegre y que realicemos nuestras obras movidos por el amor a ti y a los hermanos...” (De la oración de Laudes).

 

 

 

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“La hermana madre tierra”, es el campo:

 

La madre (el campo), lo es para siempre. La madre (el campo), deja una huella imborrable en el cerebro de quien la trabaja (el campesino). Los desvelos de la madre (el campo), con sus cuidados durante toda la vida de sus hijos (los campesinos), dejan en el mismo el mejor desarrollo en todos los niveles. El campesino, se enamora de su madre (el campo), por razón de supervivencia. El campesino, depende de su madre (la tierra), porque vacío, ella lo alimenta. El hombre del campo, no puede dejar de mirar a su madre (el campo), y quiere cuidarla (cuidarlo). La madre (el campo), siempre recompensa ese amor de su hijo -sus hijos- (el campesino[s]). Esa unión de la madre (el campo), y su hijo (el campesino), es muy compleja, e influye en ella varios factores. El amor de la madre (el campo), a su hijo es básico para el desarrollo completo de éste (el campesino). La mejor inversión del campesino la hace amando a su madre (el campo [o la tierra]). De ese amor (al campo), depende la salud del hijo (el campesino). El campesino, depende de la alimentación que le proporciona esa relación con su madre (el campo). El horizonte de cada campesino, no es otro, sino el de amar a su madre (el campo). La madre (el campo), a su hijo (el campesino), le habla (le dice), lo acaricia (lo besa), le canta (le arrulla), lo acuna (lo mece), le sonríe (le guiña el ojo), etc. Se une estrechamente a él, ríen juntos los dos, se sobrellevan mutuamente los dolores. Se aman. Entre ambos, hay una comunicación muy estrecha. El campesino, habla con sudores, con entrega, con generosidad... Ella (el campo), lo coge, lo abraza, lo anima, le da de comer, está inseparablemente junto a él... Se entienden a las mil maravillas (madre e hijo son). El hijo (el campesino), se siente seguro, porque su madre (el campo), no lo abandona nunca.  El campesino, está seguro, si está en el entorno de su madre (el campo).  El campesino se consuela, con su madre (el campo). El campesino no teme a nada ni a nadie, si está con su madre (el campo). La madre (el campo), regula la vida de su hijo (el campesino). La madre (el campo), siempre responde a su hijo (el campesino), aún sin llamarla. La madre (el campo), siempre está disponible para su hijo (el campesino). Para el campesino, no hay nada como su madre (el campo). El hijo (el campesino), vive apegado a su madre (el campo). Si el hijo (el campesino) le dedicara todo el tiempo a su madre (el campo), la sociedad saldría de la crisis (del paro y del hambre), y todo nos iría bien. Sabido es, que para que la relación madre-hijo sea buena es necesaria la relación física; es decir contacto. Y en ello, hay que tomarse todo el tiempo. El buen hijo (el campesino), palpa, huele y siente a su madre (el campo). Sin esa relación, el campesino (el hijo), sufre depresión, y... El cabildo ha roto esta relación y está por romper lo poco que queda entre los dos (madre e hijo): el campo y el campesino.

 
El Padre Báez.

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