sábado, 11 de mayo de 2013

Popurrí 587 y¨´Ultimos años en el campo


POPURRÍ 587:

En el Año de la Fe (211): La Fe de nuestros pueblos y comunidades.

 



Mes de María.

11 de mayo.
fotos de flores - centaurea
Ella, la humilde esclava.

 

 

Al habla el historiador (211):

 

¿Y usted...

... no llora la muerte de Landa, q. e. p. d.?


 

¿Y cuándo nos quedemos sin cintura...

... podrán seguir ajustando?

 

¿A qué espera a comprarse...

... una bicicleta? Supongo, que ya tiene perro, ¿no?

 

¿Acaso no justifican los ejércitos su existencia...

... jugando a guerras?

 

¿Qué no sabe usted, lo que fue a hacer Colón...

... detrás de una palmera?; ¡pero, hombre, imagine, imagine...!

 

Me imagino, usted habrá ya comprado el equipo completo...

... para echarse a correr por el campo. Tenga cuidado no sea que espante algún pájaro azul.

 

¿Y por qué proyectan nuevos hoteles, si ya no vienen turistas?...

... ¡se están cargando la isla! ¡Dios mío!

 

¿Y si no hubiera petróleo?...

... ¡el caso es, que lo saben!; pero... marean la perdiz.

 

¿Cuándo vamos a desaparecer el cabildo...

... y así recuperar el sector primario?

 

¿No saben ustedes que como no sieguen la hierba...

... este año, puede ser un infierno esto?

 

Si se volviera al campo...

... desaparecería el paro; pero antes hay que desaparecer al miedoambiente y al seprona. Y Roma no se ganó en una hora.

 

Al menos, nos queda el fútbol...

... el que no se consuela, es porque no quiere.

 

¿No se enteró usted de la muerte...

... de otro chacalote? ¡Fuerte desgracia, usted; fuerte desgracia!

 

Si un joven se va fuera, no es que se fuguen los cerebros...

... es que buscan oportunidades de trabajar. ¿Y eso qué es?

 

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“... tú que, por medio de pastores santos y eximios, has hecho resplandecer de modo admirable a tu Iglesia, haz que los cristianos se alegren siempre de ese resplandor...” (De las preces de Vísperas).

 

“... me alegre con la alegría de tu pueblo, y me gloríe con tu heredad...” (Salmo 105).

 

“... pedid y recibiréis, para que vuestra alegría sea completa...” (Del santo Evangelio según San Juan).

 

“... tus acciones, Señor, son mi alegría, y mi júbilo, las obras de tus manos...” (Salmo 91).

 

“... el justo se alegra con el Señor, se refugia en él, y se felicitan los rectos de corazón...” (Salmo 63).

 

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Últimos años en el campo:

 

Ya me gustaría ser un buen reportero, y mostrarles cómo se vive en el campo; un campo en guerra contra el cabildo. Exactamente, contra el miedoambiente y el seprona. Los campesinos, están cansados de tanta muerte, de tanta vigilancia, de tanto drama. Sobrevivir en medio de esta más que triple guerra, no es nada fácil. Es, vivir en la contradicción, en el horror y en el caos. Son muchos, los que viven después de haber intentado el suicidio; pero al fin se arrepienten, aunque han estado a punto de hacerlo. Y es, o sería el último viaje. Ya es grave, tropezar con las botas de uniformados, vayas por donde vayas, y vengas por donde vengas. Con botas militares y gafas negras, ocultando la mirada, y cambiando de cara, por si se los encontrara de paisano, escapar de tanta venganza y odio acumulado. Siempre hay unos anteojos que te acechan, un helicóptero que te fotografía, un vecino que te denuncia para igualarte a él. Y te caen, como las moscas a la miel. Pero, ¡tranquilo!; no hay rebelión alguna, tampoco revolución, por más heridas que den al campo y al campesinado; por más, que gravemente tengan al personal, que está atado, encerrado, encarcelado. El campo, desierto de campesinos, lleno de uniformados. El campesino, arrinconado. Nadie se opone; todos tragan, y callan. Algunos, huyen, se van, se marchan, se rinden. El cabildo solo alumbra oscuridad, persecución, prohibición. Ya sin economía, sin comercio, sin política, sin cultura (agri-cultura). Son unos fanáticos, que no dan el brazo a torcer; al contrario, cada vez aprietan más la tuerca. Hay miedo, mucho miedo y hasta terror. Es de locura (esquizofrenia). Nadie se atreve ni arriesga a plantar nada, no se hurga la tierra, para nada; eso sería delito, arrancar alguna hierba –todas- protegida. Es, como vivir en un infierno; eso ya no es vida. Son violentos, y abusan del uniforme; vienen con leyes, decretos, normas, boletines, etc., etc. El campesino es ninguneado, parado, aquietado, subyugado. No se le respeta, por más años tengan de vida. ¡Cuántas cosas –tradiciones- perdidas en el campo estos últimos años! ¿Volverá alguna vez a resurgir, tanto perdido?, ¿será posible? Ya, no será lo mismo, ni igual; ni parecido (y no mejor, seguro). El campo se borra, se está despidiendo. Hay que decirle: ¡adiós, adiós! Ojalá se regrese al campo, y no para cuando ya sea demasiado tarde. Entonces, habría pan en las mesas, y la familia unida. De lo contrario, una cultura de varios siglos, se pierde; sin que nada avance, sino todo lo contrario: regresemos a épocas cavernales, primitivas, exploradores de lo desconocido y por aprender, sin que haya quien enseñe tradiciones, costumbres, sabiduría, experiencias, etc. Desaparece la Historia. No hay periodismo ni investigación crítica. La política esta ciega. Se acaba todo lo bueno: espiritualidad, principios, valores, obediencia, respeto, etc. Estamos a las puertas de un drama sin precedente. Perdemos lo mejor de la gente (naturalidad, hospitalidad, sencillez, etc.). Desaparece tanto, todo. Y no se debate el asunto, callan cobardes; lo silencian, como si nada pasara, y va a pasar de todo. Y, cuando el campo se despide; un servidor, quisiera darle la bienllegada o la no retirada.

 

El Padre Báez.

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