viernes, 4 de mayo de 2012

yo, conozco mis cabras

“¡Yo, conozco mis cabras!”

Expresión que se oye a veces, y que con la desaparición de la ganadería, y con ella el pastoreo, cada vez se oye menos. Y, que según el sentido que se diga, querrá decir una u otra cosa.

Y es el caso, que evangélicamente, ya Jesús, lo decía, que el pastor conoce a sus ovejas, y éstas al pastor. Recuerdo a aquel pastor, que perdida una baifa recién nacida, a los ocho meses –me dijo- la reconoció, y no por el pelaje, ¡ni mucho menos! Que fue a donde su vecino el pastor –también, como él- y le dijo: “¡jace ocho meses se me perdió una baifa!, ¿no la tendrás tú aquí?” A lo que le dijo, el pastor amigo: “¡con ese cuento, vienen muchos, a robarme el ganado, y diciendo ésta o aquella es mía, así que si me dices el color y me das alguna señas, te la llevas!” Entonces, mi amigo se paseó por entre el ganado en el corral, y comenzó a escuchar –con los ojos cerrados- hasta que oyó el valido de su faifa, y sin abrir los ojos, pero señalando hacia donde venía el balido e indicando –sin verla- a la baifa que baló, dijo: “¡Esa es la mía!” A lo que le preguntó el pastor visitado. “¿Y cómo lo has sabido?” Le dijo: “¡por el valido la he conocido!” Y entonces, le dijo el otro: “¡cógela y llévatela, porque hace ocho meses, esa baifa se me juntó y se vino con las mías!”

Está claro, que el pastor conoce a sus ovejas, o cabras o lo que sea. Pero, sucede que es frase, que se suele usar también con un sentido figurado, y es el que sin tener cabras u otros animales que cuidar, sino personas a su cargo o no, conoce los caprichos, defectos, manías, virtudes o lo que sea de dichas personas, y entonces repiten lo de: “¡yo, conozco mis cabras!”

Frase y expresión, que nos da pie, para deducir, cómo las cabras, nos han dado dichos, ideas, conocimientos, palabras, etc.,  para ésta y otras frases, que con la desaparición de las mismas, se va a perder mucha cultura, como es la jerga que usa el pastor, los nombres, las clases, etc., etc. razón por la cual –entre otras- por la que las cabras, no deben desaparecer, sino todo lo contrario, ser defendidas y multiplicadas. Menos hambre habría, y por supuesto: más trabajo. Y todo en ello, en época de hambruna, por el paro y la crisis, mira que las cabras, bien pueden paliar una y otra.

Decir que son unos cabritos –por no decir “cabrones”- los políticos, que teniendo en sus manos y “autoridad”, el fomentar el ganado y la agricultura, prefieren leche de polvo, mala, química y traída de Asturias y del Canadá, cuando tenemos la mejor cabra del mundo, y por tanto su leche la mejor del planeta, y nuestros quesos son premios de oro y producto exquisito y preferido en los EE. UU. y en el mundo.

El Padre Báez.

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