Terrorismo tabaibero…
“… los plantaste… y los
hiciste crecer… ocupó la tierra…” (del salmo 43).
“… al pasto, los primeros
animales… el árbol toma cuerpo…” (del himno de Laudes del jueves
II).
“… pastor… tu que guías… a un
rebaño…, sacaste una vid… le preparaste el terreno, y echó raíces… extendió sus
sarmientos… y sus brotes… la han talado y le han prendido fuego…” (del salmo
79).
“… te alimentaría con flor de
harina, te saciaría con miel silvestre…” (del salmo
80).
“… plantad huertos y comed sus frutos…” (del profeta Jeremías 29, 1-14).
“… siembra… para que…
acrecientes el bien…” (de la oración del día).
“... que haya trigo abundante en los campos, y susurre en
lo alto de los montes; que den fruto... y broten las espigas como hierba del
campo...” (del salmo 71).
“... multiplica... renuevos de olivos...” (de las preces de Vísperas del jueves
II).
… no, no se ha acordado todavía declarar la guerra a las
tabaibas, que campean a sus anchas por toda la isla. No contamos con el respaldo
de nadie, drogados como los tienen con el balón cesto y el fútbol. Nadie, por
tanto, nos ayuda a erradicar esta plaga. Habría que rescatar a los hombres del
campo, secuestrados por el cabildo y su doble ejército (sepro y miedo). Alguna
cumbre debe celebrarse a tal fin. La universidad -aunque sin prestigio alguno-
debiera sumarse. La conmoción tabaibera, no tardará en dar señales de vida,
porque al fin se mirará al campo y con el paro y hambre creciente, no habrá nada
que comer. La estrategia administrativa o gubernativa es, engañarnos o
embobecernos con deportes (¡ya vendrá también el carnaval, pronto [y estamos en
septiembre, -y encima sin sembrar trigo-]!). Y, a estas alturas del siglo, nada
cambia -sino a peor- , ninguna iniciativa, sino silencio y desvío de la
atención. Siguen los del sepro y del miedo, buscando a pobres descuidados para
sancionarlos con multas muy severas, por intentar sobrevivir de sus tierras, las
mismas que no se las dejan ni tocar, salvo permisos negados siempre. Los dos
ejércitos cabildicios andan movilizados, para paralizar el campo y con leyes en
manos, castigos endófobos, para acotar la movilidad del campesino, que queda así
recluido y apartado de su medio y tierra. Problema este de primera magnitud, y
que no hay gobierno que lo solvente, sino a más y a peor, sin retorno posible al
campo y a sus tareas. Ninguna campaña en favor y defensa del campesino, dejado
de la mano de todos los políticos, que los ignoran y los utilizan con engaños y
mentiras. Nada vendemos; todo lo comparamos. Diálogo no existe, sino leyes,
normas, imposición, prohibición, miedo y terror, pues patrullan el campo, fijo
los coches del cabildo y las motos de los verdes, dispuestos al ataque a
cualquier desaprensivo campesino que haga algo en lo suyo. ¿Cómo rescatar al
campesino?, ¿cómo devolver al campo lo que le es propio?, ¿hasta cuándo va a ser
las tabaibas dueñas y señoras de todo? Problemas los del campo, que al presente
han dejado indiferentes a la comunidad en su totalidad, quedando éste (el
campo), sin voz. Reina en el campo el horror y las lágrimas, la impotencia y la
corrupción más pura y dura. Se extermina lo que es natural, y se ataca al hombre
del campo como víctima a abatir. Hay que actuar en defensa de la tradición y del
sector primario, que nos daría de inmediato trabajo y comida. Hay que dar pasos
hacia la vuelta y a la normalización del campo, ates que desaparezcan los cada
vez menos testigos del pasado, portadores de sabidurías no escritas, y desde
tiempos inmemoriales (los guanches). Es este, un crimen intolerable; es injusto,
los políticos ignoran y pasan del tema. El robo del campo, es una violación de
un derecho sagrado, es un mal trato al campesino, que sufre lo indecible por no
poder ser sin más “campesino”. Los
políticos tienen la vista puestas en otros negocios más rentables para ellos,
los mismos que arruinan y desaparecen nuestro campo, el mejor del mundo por su
clima y tierra.
El Padre Báez.
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Sobre el comentario de ayer, uno de tantos de los que he
recibido comentando el mismo:
El apartheid
tabaibero…
No
confundamos
(Nada
de democracia Padre Báez,
esto es la dictadura del
capital camuflado de
supuesta democracia, una dictadura que se sostiene sobre la mentira, el
soborno y las amenazas… Si hubiese democracia las mafias políticas
y corruptas no podrían actuar con
tanta soberbia, con tanta arrogancia; pero el miedo, el poder mediático, hacen
milagros; hacen que solo exista el Gran Canaria Arena y p’
los demás cal.) Tamarant
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