La tabaiba lucha…
“… la tierra abrasada…, la
tierra extenuada…” (del salmo 67).
“… el Señor nos dará la
lluvia, y nuestra tierra dará su fruto…” (del salmo
84).
“… la tierra ha dado su
fruto…” (del salmo 66).
“… y os deje vivir en
vuestras tierras… pasaremos hambre de pan…” (del profeta Jeremías 42, 1-16; 43,
4-7).
… por el control económico y estratégico de la isla. La
tabaiba, puja por ser ella, la única. La tabaiba anda por todas partes:
escalando, llaneando, barranqueando, encumbrándose… La tabaiba se carga cuanto
antes era para pastoreo o cultivo, desgraciando para siempre las tierras por
ellas colonizadas (nunca más, volverán a ser esas tierras lo que antes, al
quedar envenenadas de por vida). El cabildo es el gran promotor de esta invasión
tabaibera que nos condena y lleva irremediablemente al hambre (nada se cultiva,
salvo libremente la tabaiba que cabalga a su gusto por toda la insularidad).
Somos y tenemos el mayor centro mundial de tabaibas (aunque no sirvan para nada
[salvo para cobrar multas a los pobres e indefensos campesinos, si intentan
deshacerse de alguna de ellas y ello, a pesar de la de millones, y millones, y
millones, y millones de ejemplares que tenemos y que van a más, a más, a mucho
más, a muchísimo más. Somos el lugar o centro de mayor producción tabaibera (y
ello a pesar de no tener ninguna propiedad, ni valor, ni nada su envenenadora y
maléfica leche, ¡que son otras leches las que necesitamos!: de cabra, ovejas,
vacas, etc., y precisamente, de estas ya casi ni testimonialmente queda
alguna]). Todo el campo, ha sido cedido a las tabaibas, que campean a sus
anchas. A pesar de todo la administración insular persiste en la defensa y
protección de las tabaibas, cuales plantas divinas (a pesar del aconfesionalismo
que les caracteriza, cuando no la indiferencia religiosa y hasta el ignorante
ateismo). Aún sin fe, y precisamente por ello, martirizan a la población (antes
canaria, y ahora tabaibera), con darnos cada vez -sin pedirlas y sin
necesitarlas- cada vez más y más tabaibas [tabaibas, hasta para tupiros]).
Algunos por no poder pagar las multas, cumplen prisión, y hasta les han
expropiado sus tierras, para cobrarse y seguir plantando en lo “ajeno” más
tabaibas. Tabaibas protegidas, a pesar del ataque contra la seguridad que
representan y son para la población. Terrorismo tabaibero, que pretende asesinar
al pueblo isleño. Nada les importa a los del cabildo y a los otros, el recordar
lo que fue esta isla (también las otras), nada les importa la dispersión del
pueblo campesino y desaparición del mismo, y nada les importa volver a lo que
esto era, sino que persisten en la maldad y sin razón de una política a favor de
una determinada planta con prioridad a lo humano. Por culpa de las tabaibas, los
hay que han perdido todas sus tierras (y son ya irrecuperables al haber nacido
en ellas una planta protegida). Las tabaibas caminan, sin parar a asesinar al
pueblo que les dio cobijo y les entregó las tierras (por orden superior). Somos
pobres víctimas de un sistema de gobierno necio y absurdo (genocidio). Actitud
inverosímil de unos gobernantes corruptos, que hacen su agosto con la
importación de todo (al pueblo la basura; para ellos, los dineros). El problema
de fondo, es que estos inútiles que nos (mal) gobiernan no saben anteponer al
ser humano antes que cualquier cosa (esta es, la madre del
cordero)…
El Padre Báez.
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La cita, es un poco larga,
pero vale la pena, y si no: lea, lea, lea…
“Estimado Padre
Báez,
Le confieso mi admiración por su ironía, y se la felicito. Ya sabe Ud. aquel dicho:"vale más una risa que mil silogismos". Así sea.
Le confieso mi admiración por su ironía, y se la felicito. Ya sabe Ud. aquel dicho:"vale más una risa que mil silogismos". Así sea.
Como estudioso e historiador
de nuestros Mayores, sabe Ud. que estos utilizaban la savia de la susodicha
tabaiba para envenenar las aguas de las rocas costeras donde cercaban a los
peces, que rápido caían intoxicados.
No es que la plantita sea
pues una desconocida en nuestra historia, pero francamente, no veo a nadie
usándola hoy en día para capturar animales envenenándolos, ni aunque estos
fueran especímenes del Cabildo, cosa que como cristianos Dios nos libre de
hacer.
Y además como Ud. señala, es
difícil superar a la ponzoña que el Cabildo vierte en forma de extrañas
disposiciones legales, que lo que parece buscar es emponzoñar el ambiente que
tratan, dicen ellos, de preservar. La traición a un pueblo por 30 denarios de
la UE puede que explique el comportamiento suicida de las autoridades. El todo
vale con tal de trincar, parece que aquí se antepone a cualquier otra
consideración.
Le tomo la metáfora de la
tabaiba como toda una forma de gobernar a un pueblo intoxicándolo de todas las
maneras posibles. ¡Poderosa y terrible metáfora! Primero nos roban nuestra
historia, luego nos ponen a los Tenesores Semidanes de ejemplo para acabar con
toda resistencia, a continuación, perdida la memoria y el honor, siguen
imponiendo formas económicas ajenas a nuestros intereses pero no a los de una
oligarquía caciquil, y al final, mire Ud., literalmente, nos envenenan con leche
de tabaiba... el circulo se cierra, y es que las tabaibas pesan más en el
bolsillo de las autoridades que el destino y el modus vivendi de un
canario.
¡Un gusto leerlo!
(J.
C.)”.
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