Profundizar en las
tabaibas…
“… que sacudan a los montes…
el correr de las acequias…” (del salmo 23).
“… tierra reseca, agostada,
sin agua…” (del salmo 62, 2-9).
“… defended al pobre y al
indigente…” (del salmo 81).
“… ascuas de retama…” (del
salmo 119).
… la isla, está a punto de un estallido de tal magnitud
en el número de tabaibas, que al fin no va a ser posible -aunque lo permitan-
erradicarlas de raíz. Han sido tiempos de grandes desgracias, tales como
muertes, prisión, multas, prohibiciones, juicios, denuncias, visitas, idas y
venidas, y todo por su defensa a toda ultranza, sin restricción por minúscula
que a sido, profundizando en el dolor, aguante y sufrimiento de un pueblo que
borreguilmente sometido solo calla y paga (a veces con sus propias vidas, y
otras con sus propiedades). Y todo ello, gracias al cabildo que a tal fin cuenta
con dos ejércitos y con los chivatos correveydilespremiadosporacusar, que
organizados los tienen por todos los pueblos. Genocidio éste silenciado, pero
real y vivo, que va camino de más de medio siglo, sin que se le vea ponen fin,
frenan o reducen sino todo lo contrario: aceleran, lanzan y siguen en las mismas
y en una más feroz campaña en defensa de una planta que nada nos da, porque
hasta su sombra es mala. Y, en lugar de dar trabajo a tanto parados en el campo,
solo dos ejércitos cabildicios pasean a todas horas y por todas partes la isla,
buscando a quien multar. Y ello, sin que ningún pueblo, pueda contribuir a
paliar el hambre dado que nada se les permite hacer, por más que la tierra sea
de la propiedad de uno, porque si se nació -y dicen que ellos mismos (los del
cabildo) lo siembra desde los helicópteros- y luego nace en lo de uno, y al ser
plantas protegidas, según catálogo aprobado por europa, ya usted, no puede tocar
dicha planta ni nada de lo suyo. Y dada la vitalidad y facilidad de la tabaiba,
que a todo terreno y altitud se adapta, las vamos a tener hasta en la sopa, y es
un decir, porque si al menos fueran comestibles, este pueblo no pasaba hambre,
ni Cáritas existiría en nuestra Diócesis, pues del campo viene o no viene la
comida, y es que no, no viene nada. No así antes cuando los camiones de frutas y
hortalizas cruzaban la isla bajando a la capital (al mercado) el mejor fruto de
tierra alguna y las mejores verduras y hortalizas que ninguna huerta fuera de
aquí produjeran. Las malditas tabaibas se erigen en dueñas y señoras de la isla,
que sometidas a ellas los del lugar, callan y aceptan órdenes reales venidas de
fuera en Boletines Oficiales, que nos machacan y destruyen como raza, como
pueblo, y como comunidad.
Gracias cura!!!!
Un abrazo.
Pedro
El Padre Báez.
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La confianza y la amistad,
se nota:
Cura:
Estoy encantado de que cuente con alguna frase mía.
Yo también rezo por Ud. y seguiré.
Mucho, mucho ánimo, en su lucha; todos debemos comprometernos, o los problemas seguirán.
Cura, estoy con Ud.
Estoy encantado de que cuente con alguna frase mía.
Yo también rezo por Ud. y seguiré.
Mucho, mucho ánimo, en su lucha; todos debemos comprometernos, o los problemas seguirán.
Cura, estoy con Ud.
Gracias cura!!!!
Un abrazo.
Pedro
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