miércoles, 5 de febrero de 2014


Quedo tranquilo...

... porque según me han informado y no desvelaré la fuente, la cosa de la protección tan férrea, contundente y de forma tan aplastante a la tabaiba es, para: evitar su extinción, cosa que según parece está a punto de suceder, y es que sería una gran tragedia, de alcance mundial, que desaparecieran tan escasas como reducidas plantas, que casi no se las ve, por ningún lado, y encima estando las cabras sueltas, corren mayor peligro de extinción, con lo cual si se consumara la tragedia, sería algo irreparable, pues no sé si solo quedan uno o dos ejemplares de la plantas lecheras, dícese tabaibas, en lugar que tampoco descubriré, no sea algún malintencionado cometa al arboricidio y nos quedemos sin la planta sagrada, que nos alimenta y de la que en otro tiempo de su leche se hacía el queso que premian en el mundo entero, por su calidad, y no el de cabra que apesta por más flores de Guía que le pongan. Así la cosa, evitemos porque oficialmente no desaparezca planta tan beneficiosa, y tanto que la gente no tenía que pedir leche a Cáritas, sino chuparla o beberla directamente de las tabaibas, pero casi extinta, también moriremos los tabaiberos, al desaparecer la fuente de toda energía y alimento tan sabroso.

Nadie piense es ironía o burla este mi escrito, que va en serio. ¡Grito y pido defiendan las dos únicas plantas –si es que aún están vivas- para que no tengamos que lamentar la planta que nos libraba de pedir o comprar leche, porque habiéndola por cuatrillones, nos vamos a quedar sin ella!; y lo malo es que extinguida, quedaremos como gente sin conciencia, y será señal de lo bajo que hemos caído en cuanto condición humana, que desprotegimos una arbórea no venenosa, y por otra hemos acabado con esa estampa tan bucólica y estética de una flor tan hermosa, que no hay otra igual, ¡ni la del almendro se la compara!

Triste van a quedar las islas tabaiberas, sin la planta que les dio nombre; esto no puede pasar, hay que evitarlo. Es, que nos quedamos ya sin nada (antes habían tabaibas, pero ¿y ahora, qué?) Ante planta tan benefactora, es una pena que pase por este trance de su más que segura extinción. ¡Evitémoslo, porque se arruinaría el cabildo al no ingresar por las multas por los ataques y daños a la diosa tabaiba!

 
El Padre Báez.

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