lunes, 10 de febrero de 2014

denominaciones tabaiberiles


El Tabaibal… (2)

 

… y no me refiero al conjunto en general de toda la isla (que también) y de todas las islas (que también), que en efecto esto se convierte irremediablemente con la protección a la misma en un auténtico, total y masivo tabaibal, pero que no van por ahí los tiros, que no se trata de cabras, sino de unas plantas -que también dan leche (aunque no se la aprovecha en industria alguna, porque protegidas como están, ¡ni eso se pudiera hacer!, si alguna virtualidad tuviera y que está por descubrir por tan altas y científicas universidades como las dos que tenemos), que van los tiros a los distintos lugares, que antes de lo de Brusela (proteger a las tabaibas), ya sean amargas o dulce, -imposible saber cuáles son unas u otras, salvo que las muerdas y si te equivocas tengas que consumir un saco de azúcar para recuperar el buen sabor de siempre-, que hoy les vengo a decir que son muchos los lugares que llevan o tienen por denominación o nombre “El Tabaibal”; pues fueron lugares tan llenos de ellas –parcialmente en reductos abandonados o inaccesible-, que las mismas dieron nombre al sitio y así comenzando por El Tabaibal, sobre el Descojonado en Tasartico, usted amable lector de estos mis comentarios tabaiberiles, podría darme cuenta de los otros sitios con idéntica denominación (que son tantos que no me caben en el espacio que he concebido para estos comentarios tabaiberos). Prueba clara y contundente, de la no necesidad de protección alguna, estando como están aseguradas su supervivencia más allá de ataques miles que tuvieran, pues dicho es, y forma parte del acerbo cultural, ya que lo dice el refrán -sabiduría popular es: “hierba mala, nunca muere”. Sobra por tanto dicha normativa, que desgracia y arruina al campo y al campesino. A no ser que como forma y manera de recaudar, los cabildos a costa de machacar al campesino y al campo, sigan con ella. A tal fin, sobran unos gobiernos dobles, y paralelos como son los cabildos, que solo dañan y perjudican sus respectivos feudos.

 

El Padre Báez.

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