La palabra tabaiba…
“… siembras y recoges…
siembro y recojo…” (Jesucristo: Mt 25, 14-30).
“… el árbol silvestre, sobre
el fruto del suelo…” (del profeta Jeremías 7, 1-20).
“… hambriento falto de
alimento indispensable… su hambre…” (de las homilías de san Juan Crisóstomo,
obispo sobre el evangelio de san Mateo).
“… tuve hambre…” (Mt 25, 35.
40).
… es un término que evoca una sobrecarga de información
negativa, provoca rechazo, símbolo de desaliento, algo superficial, significa
daño, evoca cansancio, hace injusticia al campo, son un pretexto para multar,
entre lo nacido en al tierra es lo peor, manchan, ciegan, envenenan, matan,
llegan a todas partes ya, desde la costa a lo más alto de la isla, nos
empobrecen, roban tierras al campesino, no alimentan a ningún animal, no tienen
ningún provecho humano, echan del campo al campesino, nos multan por ellas,
están protegidas, no se las pueden molestar, son un insulto (¡tabaibo del carajo!), son un castigo
(¡te doy un tabaibazo!),
nos hablan de
dolor, son un peso y una fatiga, un agobio, son demasiadas, muchísimas,
incontables, casi infinitas, lo son todo, lo llenan todo, nos secuestran, nos
echan, son un terror, nos enferman, son un cáncer, son pesadas, una bomba, no
ayudan a nada ni a nadie, son un estorbo, ¡una pasada!, una maldición, un
negocio para el cabildo, trabajo para miedo ambiente y para el seprona, paro
para el campesino, nos ahogan en leche, nos asfixian, nos capturan, crecen, se
fortalecen, se multiplican, nos borran, encarnan la pobreza máxima, son un
cultivo del cabildo, nos afligen, son pobreza absoluta, nos excluyen, nos
persiguen, no dan trabajo, quitan trabajo, son temibles, todo el territorio es
suyo, sus raíces lo llenan todo, nos desheredan, nos dejan sin tierra, nos
encarcelan por su culpa, los hay que se suicidan por ellas, nos ha cambiado el
nombre (gentilicio), nos han borrado la dignidad, son injustas, nos doblegan,
son un terror, el escenario es todo y solo de ellas, están por la costa, pasan
por las medianías, llegan y están en los montes, están en todas partes, son una
cruda realidad, nos borran del mapa, nos barren, encarnan el hambre, nos dan
hambre y sed, cierran puertas al sector primario, con ellas imposible la
agricultura y la ganadería, nos encarcelan por ellas, es una palabra
maldita…
El Padre Báez.
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Sinceramente, creo se pasa un poco (humildad
aparte):
“… me llena
de orgullo decir que lo conozco, y en mi boca siempre está su nombre, hace una
labor que muy pocas personas la podrían llevar a cabo y su fuerza interior la
transmite a todas las personas que se le acercan. ¿Qué más le puedes pedir a una
persona?, muchas gracias por todo lo que hace, muchas gracias por ser como es y
muchas gracias por no decaer en su intento de luchar por conseguir a contra
corriente. Ya que con esa actitud enseña y ayuda a las personas cuando en
momentos de bajón psicológico por malas épocas se acuerdan de usted y se vienen
arriba, y como no lo de "Padre" va más allá de su ideología o de su sacerdocio,
es que se comporta como tal...” (O. T. P.).
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