Agricultura tabaibera…
“… una nueva tierra
colmará(n) nuestro anhelo sin medida…” (del himno de Hora intermedia del sábado
IV).
“… he talado la estatura de
sus cedros y sus mejores cipreses, llegué hasta la última cumbre y entré hasta
lo más denso del bosque… sembraréis y segaréis, plantarás viñas y comeréis
frutos…” (del profeta Isaías 37, 21-35).
“… en el camino por donde
avanzo me han escondido una trampa…” (del salmo 141).
… que absurdamente ha olvidado toda otra agricultura. En
el medio siglo que queda atrás, no ha significado un aumento en la producción en
esta desgraciada isla de comida, sino todo lo contrario, ha habido una regresión
tal, que nos ha traído al hambre que comienza a padecer la población, habida
cuenta, que esto, no ha hecho sino comenzar. Antes se comía y se ahorraba;
ahora, no hay comida y se gasta en ella hasta los ahorros que no se tienen. Los
productos agrícolas que tan generosamente esta tierra producía, son importados
de todas las partes del mundo, sin que nada podamos ya exportar. Ayudas que
daban, y que han arruinado a este pueblo, que no tiene suficiente para pagar lo
que se importa, pudiendo producirlo, pero se les prohíbe, persigue y castiga si
lo hace. A tal fin, nada se planifica, y mucho menos se coordina algo. Ninguna
unión ni fuerza política alguna para aunar esfuerzos de cara a la producción o
desarrollo. Y ello, a pesar de tener esta isla el potencial mayor y mejor del
mundo, para producir en cantidad y calidad insuperable por nadie en el mundo. Y
es que ya es grave que nada exportemos, siendo como somos el potencial mayor del
mundo de producción en cantidad y calidad no superadas por ningún lugar del
mundo, dadas las condiciones geográficas, climáticas, bondad de la tierra, etc.
Y, que con todo no tengamos garantizada la comida, al no producir nada, por
dejar toda la tierra para las tabaibas y semejantes. De hecho ya nadie trabaja
la tierra, y como consecuencia, ninguna tierra está cultivada (salvo
excepcionalmente de forma mínima y ridícula y de manera testimonial y con más
trabas y objeciones, que estímulo y verdadera ayuda). Todo lo cual, nos va
metiendo -sin darnos de cuenta- en una sub-alimentación progresiva, y alarmante
por sus consecuencias en la salud. Y tanta es el hambre, que la Iglesia no da
abasto a dar comida (eso es Cáritas) a tantos pobres como aumentan de día en
día. Hambre que crece de día en día, sin freno y a más. Y es que si nada
producimos (sino testimonial y residualmente), y encima -lógicamente- nada
exportamos, esto es de ruina total (y nos distraen con el balón cesto y con el
fútbol a todas horas del día coincidiendo con las horas de las comidas, para
engañar el estómago metiéndonos goles en lugar de alimentos sanos. Y, lo peor de
todo, es que no hay política agraria, o políticos que le metan mano al sector
primario…
El Padre Báez.
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Otro, y otro, y otro… ¡y tantos que no
cesan!:
“Así
es DON FERNANDO, sobra el cabildo y tantas otras administraciones, como
algunos ayuntamientos, gobiernos autonómicos, concejalías de no sé, ni para
qué… en fin… ¡que le voy a decir que
usted no haya dicho y sepa!” (J.
B.).
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