Tabaiba arrancada…
“… vitoreen los campos y
cuanto hay en ellos, aclamen los árboles…” (del salmo
95).
“… en mis labios no hay
engaño… no encontrarás malicia en mí… los malvados que me asaltan… enemigo
mortal que me cerca…” (del salmo 16).
“... ¿hasta cuándo
ultrajaréis mi honor, amaréis la falsedad y buscaréis el engaño?... (del salmo
4).
… como es lógico, no voy a decir dónde, ni quién. Lo que
sí diré, que chorreando leche la tabaiba, daba hasta sentimiento. Pude coger
(tomar) su peso, y peso muerto de ramas ya bobas, pesaba –por lo menos- 50
kilos, ¡como un saco de papas de las de antes! Y según tamaño, peso, volumen y
altura (de un hombre normal) y con amplio ramaje, creo, que de triturarla, de la
dichosa tabaiba muerta, hubiera salido, por lo menos 10 litros de leche. ¡Cuánto
derroche de leche retenida en tantísimas tabaibas si se las “ordeñaran”! Y
tantas, que ya son incontables, como las arenas de las playas, que como éstas se
te pegan en la piel -y/o ropa- dejando su huella en el cuero y vestido. Una
auténtica y dramática tragedia y realidad, que sin algún uso provechoso para
nada, nademos en su súper- abundancia, sin que nada remedie, ni para algo (o
nada) sirva. Y sin embargo, otra cosa no se ve(a) por todas partes a la redonda
de esta más que desgraciada isla. Tabaiba muerta, cortada, tirada, que solo me
salían ganas de maldecirla, pisotearla, pues ningún bien proporciona, y es tanta
su degradación, que ha copado toda la isla, sin dejar resquicio para nada u
otras plantas u hortalizas, y ello por complacencia del cabildo y europa, que
nos para (cargándose la agricultura y la ganadería, dejándonos sin empleo) y nos
mata a hambre, pues su leche es puro veneno, y como medicina, no se la encuentra
en la composición de ninguna de ellas; es decir: no sirve para nada y nos la
sirven en todas partes (como se suele decir, hasta en la sopa). ¡Ojala la suerte
de todas ellas, fuera la misma que la del comienzo de este comentario!, que
ninguna quedara en pié, salvo -como he dicho en otras ocasiones- dos o tres
ejemplares en el Jardín Canario y arrasar -por su peligro- con las que puestas
en jardines, parques, orillas de las carreteras, parterres, rotondas, etc.,
etc.; pues son un peligro, y como tales habría que alejarlas o retirarlas del
alcance de las manos, manos que tocando alimento a llevada a la boca, la llena
de amargura, sin que haya azúcar que la endulce; y nada digamos -por sabido- que
si te llega a los ojos, te quedas ciego, sin poder ver, y sin que colirio alguno
te alivie el dolor por tres días; por eso, ¡qué bueno sería, no una arrancada,
sino todas arrancadas! Claro, que si esto así fuera, sería la desgracia y ruina
del cabildo, que se mantiene en gran medida, gracias a las multas por ellas
recaudadas, a costa de machacar al que ose tocarlas y hacerles el menor daño;
así que ni siquiera el que arrancó la susodicha, puede estar tranquilo, pues
como repasen los vídeos y grabaciones hechos desde sus helicópteros, o un mal
vecino lo denuncie, maldecirá la hora del tabaibericidio, porque, ¡se le caerá
hasta el cabello!
El Padre Báez.
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Por supuesto, que se los daré, si es que tengo varios
cientos de ellos, y de varios lugares y todos pegados; me
sobran:
HOLA PADRE BÁEZ. PODÍA OMITIR
A… PARA MI ES UN GRAN ORGULLO DE QUE LO HAGA, PERO PIENSO EN UD., IGUAL ALGUIEN
LE TACHE DE HACER APOLOGÍA DE…
TENGO EL TERRENO PREPARADO Y
ESTERCOLADO, A SU ESTILO, PARA TRES O CUATRO OLIVOS, YA SE LOS PEDIRÉ. GRACIAS
DE ANTEMANO.
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