martes, 6 de enero de 2015

oro

Oro, incienso, mirra y tabaibas…
 
“… que los reyes de las islas le paguen tributos…” (del salmo 71, 10-11).
 
 
… sí, hasta Belén -lo dice el salmo 71- se acercó un cuarto Rey, un Guanarteme o Rey Guanche, que postrado -con los otros de Oriente- lo hizo igualmente, ante el Niño Rey Universal, presagiando con su ofrenda y presencia, su temprana y amarga -como las tabaibas- muerte, y la amargura de su vida pública y redención final. Bien le pudo el nuestro significar con su ramita de tabaiba al Niño (sus padres: José y María, no se la dejaron al Niño tocar) anunciándoles a sus padres, que el Hijo de Dios, lo iba a tener muy amargas -como la tabaiba que les traía- su vida. Dado que tendrían que huir pronto de allí con él; y vueltos, pasar oculto en Nazaret (o como nazireo ofrecido y entregado a Dios, cosa que hizo ya a los 12 años), hasta que pasando por Jerusalén al tercer año, termina en la Cruz, como ya sabemos; y el guanche Rey les explica. Y en ello, complementando al que le traía la mirra (para su sepultura). Y todo esto del nuestro, al margen y como complemento del oro Real, del incienso Divino, y la ya citada mortífera mirra, la dichosa tabaiba de un cuarto Rey (no citado explícitamente entre “unos”, que le llevaba lo dicho: la tabaiba, dicho sea de paso, casi no debió decirlo, por verlo, que no acercaran la tabaiba al Niño, por el daño a sus ojitos de cielo, y que ellos mismos (José y María) tuvieran cuidado, pues ni es planta olífera, ni estética alguna tiene, ni de ramo, ni de otra alguna utilidad es o tiene, sino el símbolo de sufrimiento, hambre y paro, envenenadora como la serpiente del Paraíso, sino que simbolizaba desde ya, la vida amarga del Redentor, al compararla con la amargura de la tabaiba (lenguaje de símbolo, sin más). ¿Una tabaiba al Hijo de Dios, a Dios mismo?, pues ni por eso. Las tabaibas, no. Tabaiba al Hijo, creada por Él y el Padre, pero solo para eso, no para robar tierras a nadie y quitar ganados a los pastores. Que si Ellos, la crearon, no fue para regalo a nadie, sino como símbolo de paro y hambre, de sufrimiento y pena, dado que dulzuras el Niño, pocas tendría y sí muchas sus penas, amargas como las tabaibas, y por eso ese “regalo” u “obsequio”, que mezclada con la hiel sabe Dios si la probó en la cruz, para más amargar su vida con esa leche repugnante y amarga hasta doler y casi parar el corazón, pues si una gota mata a un perro, unas cuantas más…, ¡terrible el dolor de las tabaibas! Así que, mirra y tabaiba al Niño dos Reyes le ofrecieron; que los otros dos Reyes, incienso y oro, estos dos últimos: realeza y divinidad, que los otros dos (el nuestro incluido) mirra de muerte y tabaiba de amargura y amarga; o mejor: muerte amarga cual leche de tabaiba, del Rey Dios. Así que ,viéndola por todas partes, nos lleven (me lleve) a esta reflexión: Nuestro Señor y Dios, supo de vida amarga cual de tabaiba (su leche), y ello -así simbolizado- por unos Reyes Magos, mago, de aquí uno, el nuestro, Rey Guanche, -que los reyes de las islas le paguen tributo, dice el salmo 71- que llegado a Belén, se acercó con algo típico de aquí, por su exclusividad, y porque a nosotros, como al Niño Jesús, esta planta también nos amarga la vida, nos hace sufrir, y por culpa de ella, varios han muerto, por multas al querer defenderlas el cabildo y europa, sin importar nos muramos de hambre y paro.
 
El Padre Báez.
 
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Con motivo y referencia a un programa de radio de un servidor:
 
Padre Báez, qué grande esta diatriba contra los sepulcros blanqueados de los políticos! una de las mejores que he escuchado, y además con el espíritu del Evangelio en la mano.
Porque el Evangelio no es sólo "buena noticia" sino grandeza de Espíritu, grandeza en el Amor y de generosidad, pero también de hombría, de liderazgo, de sacrificio personal por las creencias de uno. Esto es algo que a los políticos actuales les parece ridículo, ellos que no creen en nada, que no son ejemplo ni líderes de nada, a los que el pueblo desprecia -como se refleja en las encuestas- y a los que sin embargo vota con resignación y una pinza en la nariz.

Pero tengan por seguro que a la gente le hace falta Jesús, el Maestro, nos hace falta gente como los héroes de Ansite, ¡carajo!, que comprometan sus vidas de acuerdo a lo que predican, no sepulcros blanqueados y envenenados. Ejemplos para su comunidad  y pueblos, que como decía el Maestro: se echen su cruz a cuestas y marquen el camino… (P. C.).
 

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