viernes, 2 de enero de 2015

basura


Lechugones, tabaibas, escobones…
 
“… cuántos son mis enemigos… con odio cruel…” (del salmo 24).
 
… retamas, tomillos, altabacas, etc., etc. Todo ello, comida de cabras -¡menos las tabaibas!-, ovejas, vacas, etc., y si no bien en sus pesebres, en sus camas -para estiércol-. Toda esa maleza actual, por partes, hasta mas de dos, tres -y más metros de altura, según especies o flora- emboscando todo y tupiendo todo con estas variedades absurdas y sin utilidad. Es el caso, que todo eso -y más- era controlado por y para los animales (su dueños), que a tal fin, tenían justificación y razón de ser (o existir), pero, llegando a la realidad siguiente: ni para pesebre -como comida-, ni para la cama (de los animales), para estiércol, ahora, asilvestrado, sin control por falta de siega o desgaje, ramoniando (o ramoneando) y limpiando toda esa maleza -antes utilizada en la ganadería o fauna- ahora ya sin ésta, como que carece de sentido toda la isla, de forma libre, pues si contamos con zarzas, cañas, pitas, tuneras, y otras lindezas en la tierra (todo comida de animales, repito), taponando, cerrando, invalidando caminos y cercados, emboscando terrenos cultivables en otros días, e inutilizando cuanto ella (la maleza protegida) coloniza, son un tupido manto verde de distintos matices, que secos en verano, pueden ser pasto de incendios por venir, y que sin ser uno agorero, ni adivino, los ve venir en el tiempo, y será entonces los lamentos y desgracias, pues al abandonar agricultura y ganadería, solo el fuego, puede beneficiarse de tanta materia prima para el mismo solito, con los daños colaterales, en casas o domicilios, con sus patios y alpendres, alrededores y demás complementos, dejando muerte a su paso, la desolación, cenizas y todo quemado, muerto, sin vida. Y todo, porque el sector primario es castigado (multado) y ha desaparecido, ya que en lugar de premiarlo (lo que hacen en ferias de fiestas, es un paripé, una burla, un engaño) lo multan y castigan al igual que la agricultura y la ganadería, dos palabras éstas, que han desaparecido de bocas, planes, programa, etc. de cabildicios, gobernanzas y ajuntas y cientos (mentiras)s, y en lugar de la primera, cuatro plataneras –a lo que llaman con exclusividad “agricultura”, y tocante a los animales, más de un millón de perros (como única y boyante ganadería), que si fueran sustituidos por cabras, leche y queso no tendríamos que importarlos (y tampoco cabritos [o baifos]).
 
El Padre Báez.
 
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Por supuesto, no les van a faltar:
 
Buenos días, Padre Báez, no estoy cansada de sus correos, siempre hablando de tabaibas, lleva así un año por lo menos, le ruego por favor, que me siga mandando más correos sobre lo mismo; no hay uno, que no las nombre, siga así ¡y muchísimas gracias!
Feliz, año nuevo.
(T. C.).

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