jueves, 24 de julio de 2014

todo y nada

La plaga de tabaibas…
 
“… una vez salió un sembrador a sembrar. Y al sembrar, unas semillas cayeron a lo largo del camino; vinieron las aves y se las comieron. Otras cayeron en pedregal, donde no tenían mucha tierra, y brotaron enseguida por no tener hondura de tierra; pero en cuanto salió el sol se agostaron y, por no tener raíz, se secaron. Otras cayeron entre abrojos; crecieron los abrojos y las ahogaron. Otras cayeron en tierra buena y dieron fruto, una ciento, otra sesenta, otra treinta… » Mt. 13,1-9.
 
… peor que la de serpientes. Tan invasión es la de una, como la de las otras. A ambas, el turismo rehúyen. Y ambas se van a cargar el turismo. Tan venenosas o peligrosas, son unas como las otras. La proliferación de los ofidios y las tabaibas, han destrozado el ecosistema, que alcanza ya a toda la isla, sin que haya freno posible de ninguna de las dos. Y es que a ningún turista le va a ser grato que tomando el sol o haciendo senderismo, le aparezca una serpiente venenosa y se cruce solo con la no menos venenosa tabaiba. Ningún interés económico causan a la isla la tabaiba, y menos las serpientes, y de ambas estamos más que bien servidos, sin que se logre frenar a las serpientes y mucho menos a las tabaibas. Nadie mueve un dedo para erradicar a la venenosa tabaiba y todo intento de hacer otro tanto con las serpientes es tiempo y dinero perdido. Vamos a tener que vivir irremediablemente rodeados de tabaibas y serpientes; ¿y es esto un paraíso?, ¿acaso destino turístico para nadie? A la par que desaparece la agricultura por culpa de la tabaiba, la enemiga número uno de la flora; la serpiente se encarga de exterminar la fauna menor, como lagartos gigantes y otros. Se expanden y proliferan serpientes y tabaibas, en lugar de cabras, ovejas y vacas; prefieren tabaibas a papas, lechugas y coles. Es el cabildo que tenemos que a favor del turismo, multa a todo aquel que atente contra el medio (plantar comida o tener animales domésticos y lecheros). Les daremos zumo de tabaiba a los turistas con unas gotas de veneno inofensivo de serpientes blancas, como la leche de las tabaibas. Serpientes de dos metros, y tabaibas que se agigantan con el tiempo, toda vez que no se las puede ni tocar, crecen y crecen y no parean de crecer. El turismo descenderá, hasta desparecer, ¡ya lo verán! Y todo por la cabezonería de vivir a costa de las multas por daño a las tabaibas. A sus sombras, viven esperando lagartos, las serpientes. ¡Lo que esto era, y lo que es!
 
El Padre Báez.
 
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Andamos sin ganados, y a menos que vamos. Ahí quedan cuatro vacas, que las pasean por todas las ferias, las llevan a todas las ronerías, en carrozas, y en carretas por todas las Fiestas, y siendo las mismas, viéndolas por todas partes, parece como si una cabaña superior tuviéramos, y repito, son cuatro, que nos las pasan cuatrocientas veces por delante de las narices, y creemos son cientos y la madre, y no pasan de cuatro. Y, para esas cuatro vacas que nos quedan, le compramos al continente la comida o yerba, como si aquí no tuviéramos yerba para hasta exportar, pero es lo que hay: cuatro vacas y le traen la comida de fuera, con lo que es una ruina, a no ser por los premios que las cuatro reciben en todos los eventos a los que van o las llevan, y que precisamente por eso, por estar todos los días subidas en camiones que las llevan y traen, ni leche dan y solo dan pena verlas al sol y tirando con cadenas que les hacen sangrar las patas al tirar de unos rastrillos con sacos de cemento encima. Pero esta es otra, que se les escapa al seprona y a los defensores de los animales, que nada les importan traguen sol por un tubo, y les jodan las patas con esas cadenas. Que lo grave está por venir,  con serlo lo dicho, que -repito- tenemos hierba para alimentar incendios por varias semanas seguidas, y no les dejan probar esa hierba a los animales, que les traen la comida de fuera, que, teniendo la mejor tierra y el mejor clima del mundo, nada producimos para comida de personas y de animales, auque para estos nace espontáneamente, pero no la dejan segar, para que compren yerba mala de fuera, pero ese es el negocio de quienes yo me sé, y ustedes también. Y pasa, que sin animales, toda la leche y queso que tomamos o comemos tiene que venir de fuera, con todo lo que ello supone, al margen que sea menos fresca y de peor calidad. Quesos de fuera cuando el nuestro en todas las exposiciones del mundo se hace con medallas de oro a la mejor calidad del mismo, y ni te lo venden aquí –porque no hay producción suficiente-, y mucho menos se le exporta por no tener ya casi ni rebaños  que den leche. Es decir, comemos queso de fuera, que encima es ayudado o subvencionado, con lo que el poco que se produce, no se puede ni vender al tener que perder por ser más caro y no tener ayuda, y porque no hay o tenemos. Y eso que Europa nos ayuda para producir queso de aquí, pero no sabemos que rumbo cogen esas ayudas, aunque lo imaginamos y no lo podemos decir. Pero es el caso de las grandes superficies, las que ahogaron a las pequeñas tiendas nuestras, que nos inundan con sus productos traídos de sus países de origen y desprecian totalmente lo nuestro, si bien lo utilizan como cebo alguna chuchería, pero sin trascendencia, salvo el paripé de hacernos creer venden productos de aquí, pues vas a dichas áreas y todo lo que ves es de ellos y de fuera, salvo algo testimonial y ridículo, cuando no falsificado. Así, lo poco que producimos, no lo vendemos, ya que a los grandes centros los proveen desde fuera, y es a los que les ayudan desde dentro y no a nosotros, para hundirnos totalmente. Y así se explica seamos los mas pobres y los que menos trabajo tenemos del mundo. ¿Acaso son frescos los huevos que vienen de fuera y ninguno de dentro? Pues hasta eso, que como dijo el otro: ¡manda güevos! ¡Ni los huevos son nuestros ya! Las multinacionales son dueñas del archipiélago y construyendo y abriendo más y nuevas grandes áreas comerciales, que con el engaño de que crean puestos de trabajo, crecen de día en día los que tocan a las puertas de las Iglesias solicitando comida a Cáritas, por todas las parroquias de la Diócesis. Los políticos que tenemos ni siquiera defienden al productor del mejor queso del mundo. Y es que así, no se pueden crear puestos de trabajo, al no producir, ni exportar nada (cosa que pudiéramos si hubiera una política que ayudara a nuestro sector primario, pero andan muy ocupados entre el fútbol y el carnaval, y así el personal embobado, idiotizado, drogado. Y, aquel desgraciado que todavía se resiste y sigue con su ganado, aunque venga a menos, mal vive y acosado, sin ayuda y multado por los cinco costados. Unos políticos que Podemos desbancará -¡gracias a Dios!-, porque solo hacen pedir dinero, dineros que luego no llegan, porque se quedan por el camino en bolsillos desviados. Y como al perro flaco le van -encima- las pulgas, ahora hasta sin tomate. Repito, ya nada exportamos desde aquí, y para todo esto dos señores, hoy con nombres y apellidos, que se llaman y son ellos Juan Pedro Dávila y Francisco Santana Melián, uno consejero del Gobierno y el otro Consejero del cabildo, y a ambos esta pregunta al aire, pregunta sin respuesta: ustedes dos, ¿qué hacen?
 
El Padre Báez.todo

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